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Mientras iba al banco donde estaban todos sentaos, encendí mi móvil para ver los mensajes.
Tenía uno de Alex que decía: "buenos días gruñona🖤" y otro de mi madre preguntándome qué tal la mañana, les respondí a los dos y seguí andando hacia el banco.
—Oye Kylie, ¿qué te ha dicho el director?—me pregunta Myriam mientras me siento. En ese momento me acordé de lo que me dijo Alex, debería hablarle a Myriam sobre él.
—Me van a hacer una especie de homenaje por lo que hice aquel día—busco mi desayuno en la mochila y empiezo a comer.
—Pues ya puedes ir pensando qué vas a decir porque va a estar todo el mundo, incluso es cuerpo de policía—dice Pedro esta vez.
Yo me atraganto con una galleta, ¿va a estar toda la guardia civil ahí delante y yo no sé ni que decir?.
—Lo vas a hacer bien Kylie—me relaja Eva.
Cada vez estaba más nerviosa, hasta que escuché que me llamaban por el megáfono del instituto, ya está, aquí se tenía que quedar mi vergüenza si quiero demostrar que soy una persona fuerte.
Entré al edificio con todos los demás y solo veía a mucha gente delante de un escenario, entre la multitud divisé a Alex y fui corriendo a darle un abrazo.
—Podrías habérmelo dicho idiota, ahora estoy enfadada contigo, ¡no sé ni qué voy a decir ahí arriba! Madre mía.
—¿Puedes relajarte? No me dejaron decirte nada si no te lo hubiese dicho, anda ven aquí que lo vas a hacer bien—abrazar a Alex me hacía sentir segura y me relajaba.
Después de un largo discurso del director, subí al escenario, sentía que todo el mundo me miraba y cada vez me hacía más pequeña, pero tenía que afrontarlo.
Empecé mi pequeño discurso y al terminar solté todo el aire que tenía acumulado y todo el mundo empezó a aplaudir y me fijé en Josh, me estaba mirando mientras sonreía y aplaudía, incluso parecía bueno.
Me entregaron una insignia y bajé del escenario y fui directa hacia Alex. Todo el
mundo ya se estaba yendo y cuando estaba hablando con Alex escuché una voz algo familiar.
—Increíble discurso Kylie—dice el jefe de policía.
—Gracias señor, estoy muy orgullosa de mí misma—le digo sonriente.
—Necesitaremos a alguien como usted en el cuerpo, ya sabe dónde encontrarme, buenos días—se despide y cuándo ya se ha ido empiezo a dar palmas y pequeños saltos.
—¡Muy bien hecho enana! Al final parece que no me voy a poder quitarte de encima ni en el trabajo—dice mientras se cruza de brazos.
—¿Pero tú eres tonto?—digo mientras le doy un puñetazo en el brazo.
—¡Auch! Vale, vale, solo era una broma, que bruta eres... Bueno enana me voy al trabajo, estudia—me deja un beso en la frente y yo me despido de él con un beso en la mejilla.
Estuvimos dando las últimas clases y nos fuimos al autobús, dónde tuvimos una media hora bastante movida antes de llegar a casa.
—¿Puedo ver la insignia?—pregunta mi hermano.
—Claro, toma, ten cuidado—se la doy mientras llegamos a casa.
Él mira la insignia asombrado mientras yo le toco el pelo, siempre le he querido muchísimo y nunca voy a dejar de hacerlo porque aunque tengamos nuestras peleas, nunca nos separaremos.
Ya habíamos llegado y la comida se había resumido en risas y en cosas qué cada uno había echo hoy. Mis padres estaban muy orgullosos y yo estaba contenta por poder haberles hecho sentir así.
Estaba tumbada en la cama viendo una serie cuando mi móvil empezó a sonar.
—¿Quién es?—pregunto.
—Si mirases el nombre a lo mejor lo supieses—reconozco la voz pero aún así alejo mi móvil de la oreja y leo en la pantalla "el mejor bro🖤".
Me río y vuelvo a poner el móvil en la oreja.
—¿Quieres venirte hoy a mi casa? Me aburro mucho.
—Que pereza Alex—digo mientras me acomodo en la cama.
—Venga ven porfi, que nos lo vamos a pasar bien, o si no voy yo a por ti—insiste al teléfono como un niño pequeño.
—Vaaale, en unos 20 minutos estoy ahí pesado—digo levantándome.
—¡Bien! Luego nos vemos, te quiero, chao—se despide y corta.
Cuando ya me he arreglado bajo para salir por la puerta.
—Me voy a casa de Alex—le doy un beso en la mejilla a mis padres.
—¿Quieres que te acerque?—me pregunta mi padre.
—No, gracias jefe, prefiero andar un poco, me voy, os quiero—me despido y cierro la puerta.
Me encanta pasear porque me relaja y hay detalles en los que me fijo cuándo voy tranquila, hay cosas que no valoramos y qué algún día, desgraciadamente no podremos hacer así que me gusta disfrutar de la vida.
Toco el timbre y escucho un ¡voy! por parte de Alex.
—¡Hola! Pasa, estábamos jugando a la play—me deja pasar.
—¿Jugando?—pregunto.
—Ah si, ha venido un amigo, sube a la habitación que te lo presento—me dice y vamos subiendo las escaleras, abro la puerta y cuándo veo quién es, maldigo haber venido.
—No puede ser...—digo resoplando.
—¡Anda! Hola guapa—dice Josh mientras sonríe.
—Vaya, parece que ya os conocéis—dice Alex asombrado.
—Desgraciadamente sí—digo y me siento en la cama.
—Quien pierda, se cambia por Kylie—dice Alex mientras coge el mando de la play e inicia el juego.
—¿Es que sabe jugar?—pregunta Josh.
—Creo que hasta mejor que tú—digo mirando el móvil.
Yo no soy borde pero es que este chico era muy imbécil. Después de un rato, pierde Josh y me da el mando para que yo pueda jugar, y cómo no, le vuelvo a ganar a Alex.
—Siempre te gano pringado jajajajaja—me río de él.
—Vaya, eres buena—se sorprende Josh.
—Jugamos siempre y me sé todos sus trucos—le miro mientras se va fastidiado a la cocina a por comida.
—¿Juegas conmigo?—le pregunto a Josh, tampoco le conozco así que no le voy a juzgar.
Levábamos veinte minutos jugando y no sé dónde se había metido Alex, siempre se pica jugando conmigo, la verdad es que Josh era majo, el tiempo que habíamos estado jugando, estuvimos hablando y es bastante majo. El vivía en Brooklyn pero sus padres se mudaron aquí a Santa Mónica porque querían tener una mejor vida. Tiene una hermana pequeña que se llama Rose y es de la edad de mi hermano, seguro que va a su clase.
Nos estábamos riendo por algo que Josh había dicho cuándo entró Alex.
—Anda si parece que ya os lleváis bien—dice mientras se sienta.
—Gracias a que tú te has ido—le digo y el me mira mal.
—Es bromi jajajajaja—le doy un abrazo.
Ya llevábamos unas cuatro horas jugando así que Josh y yo decidimos irnos a muestras casas.
—Adiós feo—le digo a Alex y hacemos nuestro saludo.
—Adiós enana—me abraza y Josh se despide de Alex.
Salimos de su casa y vamos andando cuándo Josh me llama.

𝑃𝑜𝑟 𝑚𝑖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora