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En serió, no esperaba que todo se le viniera encima estando en el hospital.

Primero su padre, luego lo de su madre, luego su ceguera parcial, pensaba que terminarían las sorpresas cuando kacchan se quedó con el hablando hasta tarde.

Al parecer aún no terminaban las sorpresas porque ahí estaban sus tías a quienes veía en festividades y cumpleaños, sólo en esas fechas por sus trabajos.

Porque ambas eran heroínas, mejor conocidas como "Tornado del terror" y  "La líder del grupo Fubuki".  Tatsumaki y Fubuki, dos mujeres de temer.

Tatsumaki era la mayor aunque muy pequeña, Fubuki era la del medio siendo la más alta e Inko era la más pequeña, pero sin ser tan alta como Fubuki, ni tan pequeña como Tatsumaki. A todos les había llamado la atención como las 3 tenían el mismo kosei, con una abismal diferencia de manejo del mismo.

Muchos hacían bromas de que "la impresora de kosei" iba bajando la potencia pues Tatsumaki podía manejar su kosei a la perfección y sin resentirlo, algo verdaderamente impresionante para muchos pues podía aguantar cargar hasta un tren en movimiento (algunos aseguraban que pudo cargar una nave extraterrestre). Fubuki solo podía aguantar cargar a una persona y si usaba de más su kosei, sentía mucho cansancio y finalmente la pequeña Inko quien solo podía acercar a ella objetos pequeños.

Esto fue un caso que llamó la atención de reporteros, científicos y doctores de varias partes del mundo. Sin embargo a medida que fueron creciendo y más siendo heroínas, eso se convirtió en una amenaza para la pequeña Inko quien era la del kosei más débil.

Por ello Inko junto a su amiga de la infancia Mitsuki decidieron aprovechar el intercambio que ofrecían en Corea del Sur a Japón, una por la insistencia de sus hermanas mayores y la otra no quería dejar sola a Inko.

Vaya que ninguna hermana esperaba que Inko encontrará el amor y que años después decidiera quedarse en Japón bajo el apellido de su esposo Midoriya, algo que en cierta forma alegraba y entristecía a ambas hermanas mayores.

Ahí frente a el estaban las únicas dos personas que quedaban en su familia materna.

--Tía Tats, tía Fubu. -Así las llamaba desde que tenía uso de razón.

--Pequitas -Exclamó con alegría Tatsumaki.

Tatsumaki podría ser una arrogante, despreocupada, caprichosa mujer con los demás, pero con su sobrino sacaba su lado más tierno. En realidad Izuku sacaba el lado más tierno en ambas.

--Pequitas, perdónanos la vida por llegar hasta ahora. -Dijo Fubuki dramatizando.

--Fue culpa de unos incompetentes que no supieron sacar el vuelo correcto. -Dijo enojada la más pequeña.

--Entiendo -Sonrió para luego abrazarlas- Me alegra mucho que estén aquí. -Dijo con la voz un poco rota.

Ambas lo notaron y lo abrazaron de vuelta, ambas se enteraron por medio de los subordinados de Fubuki, quienes sabían del parentesco con Inko.

Les cayó como un balde de agua fría, la menor de las tres había muerto y no sabían nada de su sobrino. Les afecto tanto que Fubuki se sentia al borde del desmayó y Tatsumaki empezaba a usar su kosei sin darse cuenta, a tal punto que produjo un mini temblor en la zona, por ello tomaron el primer vuelo disponible sin embargo tardaron más de lo que esperaban.

--Pequitas -Dijo Tatsumaki viendo a Izuku- Dime la situación.

Sus corazones se rompieron más al saber el estado de su amado sobrino.

Ambas sentían un nudo en la garganta, era tanto para un niño de 12 años.

--Tatsumaki. -Llamó Fubuki separándose del abrazo.

Kitty hero Donde viven las historias. Descúbrelo ahora