-¡Demonios Bryce baja de ahí!- Gritó Josh con todas sus fuerzas.
Bryce no le hizo caso y continuó subiendo arriba de la lámpara para alcanzar a Jaden que estaba arriba de un mueble.
-¡Atrápame imbécil!- Gruñó Jaden, esto hizo enojar más a Bryce.
-¿S...
— ¡Mave llegamos!— Escuché que gritó Josh desde la entrada. Detrás de él venían los chicos llenos de bolsas.
Sí que habían comprado.
Chase soltó las bolsas y corrió hacia mi.
— El pervertido no te hizo nada ¿Cierto?— Preguntó preocupado.
— No te preocupes, se comportó bastante bien.
— ¡Estoy aquí ¿Saben?— Gritó Bryce.
Chase y yo reímos y luego fuimos a acomodar las cosas en la cocina.
Hoy los chicos querían hacer algo diferente. Así que habíamos decidido ir a un bosque a caminar un poco.
Habíamos preparado varias mochilas con suministros por si alguno de los chicos tenía hambre, se lastimaba o etc.
Cuando llegamos, comenzamos a caminar mientras seguíamos a Quinton, que él ya había estado aquí con sus primos antes.
Caminamos unos minutos hasta que llegamos a una cascada, totalmente preciosa.
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Anthony y Josh decidieron meterse con ropa puesta.
Mientras que los chicos buscaban en las mochilas sus trajes de baño.
Yo busqué mi bikini y llamé a Chase para que me cubriera con una pequeña manta que traje.
Luego de cambiarme, me metí con sumo cuidado de no resbalarme con ninguna piedra. Tayler pasó por mi lado y me hizo subirme en su espalda. Disfrutaba mientras que él hacía todo el trabajo de llevarme.
Tony se acercó a mi y me preguntó si quería que nos tiráramos desde la punta de la cascada.
Sin dudar le dije que sí.
Salimos del agua y corrimos hasta arriba, al llegar, noté que era demasiado alto. El miedo invadió mi cuerpo, pero al ver como se tiraba Tony y como caía al agua sumamente feliz, me sentí un poco segura.
— Creí haberte dicho que no me gusta que enseñes lo que es mío.— Él nuevamente se encontraba atrás mío.
¿En qué momento había subido y porqué siempre me habla desde atrás?
— Creí haberte dicho que no soy un objeto como para que me reclames o mandes.— Me giré y ahí estaba él, con una sonrisa burlona en el rostro.— ¿Qué demonios quieres conmigo Ondreaz? Estoy casanda de tu estúpido juego.
— Cuida la boca bebé. — Me respondió acercándose. — ¿No querrás hacerme enojar cierto?
— Sólo dejame en paz.— Suspiré y me di vuelta, cuando estaba por lanzarme él me tomó de la muñeca y me giró de modo que choque contra su pecho.
Con su mano libre tomó mi mentón y lo levantó. Se acercó y presionó lentamente sus labios contra los míos. Tomó mi cintura y me acercó más a él, Ondreaz comenzó a mover los labios y cuando estaba por responderle reaccioné.