Capitulo 9: Valentina

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No podia apartar mi vista de ella. Quería parar, pero solo me encontraba cada ves mas cera.

Era la mas bella de todas—y no solo por su apariencia que me llevo al mas aya. No. Ella era hermosa porque, en momentos en los que tenia todo el derecho de estar aterrorizada, se las arreglo para confortar a otra persona que lo necesitaba.

En el momento en que ella cogio la mano de la otra chica a su lado, todas las demás palidecieron en comparación.

Ella me mostró la humanidad que tanto añoraba regresara a mi.

Pero era un depredador. Ella era mi presa. Y aun que la aya admirado por ese gesto tan simple, estaba luchando para evitar saborear la dulce delicadeza que era para mi especie.

Me maldije. Eva sabia la lucha que mantenía por tener el control para satisfacer mi hambre.

Los ojo cafe de esa mujer se pusieron sobre mi. Mechones castaños caían sobre su delicado rostro. Había una inocencia en el leve sonrojo de sus mejillas que me hizo doler por dentro. Su mirada puesta sobre mi, sin parapadear—me hizo querer alejarme de ella.

Sabia que me estaba estudiando y daría todo lo que fuera por saber que es lo que pasaba por su cabeza mientras me observa.

Un dolor conocido me lleno el pecho con cada paso que daba mas cerca a ella. Ella era todo lo que yo ya no era. Era la representación de todo lo que perdí el momento en que mi padre decidio convertirme en este monstruo.

Me acerque a dos pies de ella e imediatamente me arrepenti. La fragancia de ese pequeño rastro de sangre debajo de su labio se convirtió en mi ruina.

Con la velocidad de la luz y fuerza que se me olvido que poseía, la embestí contra el pillar de mármol. La culpa me lleno por hacerle daño, pero estaba cayendo en mi naturaleza, desesperada por probar su sangre.

Trague fuerte mientras mis ojos se centraban en el corte de su labio. En el momento en que la probara, no tendría control sobre mi. Y no habría marcha atras.

"Valentina, no..."

Mi voz frenetica y los latidos de mi corazón erráticos se ahogaron en las protestas de mi hermana. En lo que ami me respecta, no había nadie mas con nosotros. Era solo yo y esta inocente— esta inocente que estaba apunto de destruir.

Enrede mi brazo alrededor de su cintura y la levante hacia el pilar sosteniéndo su peso con mi cadera. Ella trato de empujarme, liberarse de mi agarre, pero no le tomo mucho darse cuenta que no había escapatoria. Yo era mucho mas fuerte y estaba a mi merced. Ella lo sabia. Yo lo sabia. Y me odiaba a mi por que, en ese momento, no había ni una gota de merced corriendo por mis venas privadas. No había nada en mi, solo la necesidad de satisfacer— mi hambre.

LSDUV (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora