Juliana valdes. Era una maravilla.No podia dejar de mirarla mientras entraba con Nayeli en su dormitorio, con su brazo alrededor de la cintura de la otra chica, susurrándole al oído palabras de consuelo aunque ella tuviera tantos si no mas motivos para estar aterrorizada.
Cuando desapareció en la habitación, sacudí la cabeza tratando de salir del trance que me había provocado ese sencillo gesto.
Verla llamar a mi puerta me había conmocionado. Al principio no entendía por qué lo había hecho. Pero debería haber sospechado que había sido porque el llanto de Nayeli la había alterado.
Me preguntaba qué habría pensado antes de cerrar la puerta. No sabía qué tenían sus ojos. Había algo distinto en la forma en la que me miraba, en comparación con las otras chicas. Con incertidumbre, sí. Pero no con miedo exactamente. Era más como una curiosidad morbosa.
Me preguntaba por qué.
Volví a la cama, aunque no tenía deseos de dormir. Me quedé mirando el techo. Al día siguiente, Eva vendría a por mí y de nuevo me vería envuelta en los asuntos de la isla. De vuelta a la vida de la que había tratado de escapar.
Descubrí que el pensamiento de dejar sola a Juliana durante horas en la casa del árbol me producía gran ansiedad. Dudaba que ninguno de los guardias le hiciera daño, no después de haber convertido a Jonas en un ejemplo. Pero la idea de que le ocurriera algo malo me preocupaba. Todavía no estaba convencida de que no volvería a intentar escapar.
Puede que mis guardias fueran leales, pero, ¿qué ocurriría si otro vampiro decidía aventurarse... uno que no estuviera totalmente bajo mi control?
Mis pensamientos volaron hacia mi hermano, y otra vez me sentí hervir de ira por la forma en que se comía a Juliana con los ojos. Había aceptado que Juliana era su regalo para mí. Pero no descartaba que, a pesar de ello, intentara algo con ella.
Juliana era tan frágil. Solo hacía falta un vampiro para fulminarla y la perdería para siempre.
De repente, me pareció que ella era lo más valioso que poseía o que había poseído jamás. Y, sin embargo, no tenía elección. Debía cumplir mis obligaciones en la isla. No podía aplazarlo más tiempo.
Una solución se abrió paso en mi mente durante las primeras horas de la madrugada. Y, cuando surgió, me pregunté cómo no se me había ocurrido antes. Ciertamente, no era un plan infalible, pero al menos la ayudaría de algún modo. No sería un objetivo tan vulnerable. Podría respirar algo más tranquila cuando no la tuviera a la vista.
Hice una mueca al imaginar lo que pénsarian mi padre y mis hermanos por permitir que la idea siquiera se me pasara por la cabeza. Pero no me importaba lo que pensaran. Era mía y la tenia que proteger.
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LSDUV (TERMINADA)
Hayran KurguEs el cumpleaños numero 17 de Juliana Valdés y es succionada a una pesadilla de la cual no se podrá despertar. Mientras camina por la playa, se encuentra cara a cara con una peligrosa pálida criatura que desea mas que su sangre. Ella es raptada a u...