Capitulo 12: Juliana

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Su mano era tan fria. Un escalofrío subió desde mi mano hasta mi codo. No podía entender por que ella haría eso— agarrar mi mano. Pero estrañamente, el gesto me dio conforte cuando no tenia nada.

Mientras caminábamos hacia donde sea que se encontraban los aposentos de la príncesa, mantuve los ojos abiertos para escapar. Acabábamos de salir de El Valle y ahora nos estaban llevando a otro bosque oscuro, aunque estaba segura de que aparecería algún otro claro, mostrándonos otro aspecto de La Sombra que sorprendería mi imaginación.

En este punto, sin embargo, no había nada más que ver que el mismo bosque oscuro, iluminado solo por las antorchas que llevaban los guardias: árboles altos, rocas que cubrían el camino de tierra, matorrales espinosos dispersos aquí y allá.

Mis pensamientos volvieron a las personas que había en El Valle. Era muy fácil distinguir entre los vampiros y los humanos. Siempre me había imaginado a vampiros con cuero negro ajustado o gabardinas oscuras, pero vestían trajes de diseñador directamente de las páginas de Vogue. Los humanos en cambio vestían un uniforme— overoles de algodón gris para hombres, y batas de algodón blancas para mujeres.

Estaba claro que la mayor parte del trabajo estaba siendo realizado por los humanos, mientras que los vampiros paseaban por el lugar o pasaban tiempo juntos, uno o dos humanos detrás de ellos, listos para atender a su más mínimo capricho. Estaba bastante segura de que los humanos éramos la fuerza laboral que mantenía a La Sombra en funcionamiento. Éramos la sangre y el sudor de La Sombra.

Mientras nos arrastraban por El Valle, había visto a un vampiro golpear a un joven en la cara, haciendo que el niño cayera al suelo. Quería hacer algo. Pero solo pude mirar. Me habían encadenado detrás de los vampiros, escoltada como un animal.

Ahora me encontré apretando la mano de Valentina. Fue instinto, una reacción al recuerdo, pero cuando me di cuenta de lo que había hecho y miré a Valentina por una reacción, podría haber jurado que vi gratitud en sus ojos.

"Estamos aquí," anunció Eva, deteniéndose en medio del bosque. "Bienvenida a Las Residencias, Valentina."

Fruncí el ceño y miré a mi alrededor. Solo podía ver los troncos de los árboles.

Valentina parecía tan confundida como yo me sentía.

"No entiendo..."

Guillermo sonrió. "¿No fue tu sugerencia construir las residencias en la cima de los árboles?"

Antes de que su comentario pudiera registrarse en mi mente, Guillermo saltó hacia arriba. Miré hacia el cielo. Mi boca se abrió.

Brillando sobre las secuoyas gigantes había redes de casas en los árboles.

Aunque, por lo que pude ver desde el suelo, llamarlas casas en los árboles habría sido una grave injusticia. Eran villas modernas de alta gama conectadas por pasarelas cubiertas de vidrio y puentes colgantes. Cómo era posible haber construido esas cosas allí estaba más allá de mi comprensión, pero allí estaban: lujosas villas construidas en árboles. La sola idea de ir allí hizo que mi corazón se acelerara.

Mi asombro fue interrumpido cuando vi la cara de Valentina. Sus ojos se habían suavizado mientras miraba las Residencias con asombro. Con la voz quebrada, dijo: "Te acordaste".

Eva sonrió. "¿Como podría olvidarlo?''

Me quedé allí, presenciando este rastro de afecto y humanidad entre ellas. Por un momento, me sentí celosa de lo que Valentina y Eva tenían. Pude ver cuánto se adoraban la una a la otra.

No se intercambiaron más palabras, porque no se necesitaban palabras. Ellas entendieron y, de una manera extraña, yo también.

Eva saltó al aire tal como Guillermo lo había hecho momentos antes. Fue entonces cuando me di cuenta de que no había escaleras. Ni siquiera una escalera a la vista. Abrí la boca, preguntándome cómo demonios iba a llegar allí, pero antes de que salieran las palabras, un destello de diversión surgió en los ojos de Valentina.

LSDUV (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora