¿Por qué la persona que más se preocupó por mí en la vida, es aquella que me tiene secuestrado?
Tengo tantas sensaciones, tantas preguntas. Ahora no distingo el bien del mal, hay solo un gris inmenso. Me dijo que podía quitarme la venda, pero no podía verlo a él. “Cuando de dos golpes en la puerta te puedes sacar la venda, cuando escuches de nuevo los dos golpes quiero que te la coloques de nuevo. Si no cumples… -hiso un silencio, como buscando las palabras adecuadas- No me hagas enojar, no quieres eso”
Hay un sofá, donde puedo dormir, no es cómodo pero no es una silla. La puerta oxidada, sillas, estanterías con porquerías. No puedo moverme más halla a la circunferencia del sillón. Mi pie esta encadenado a una especie de tubería en la pared. Es un sótano, pero no es una sorpresa, se me hacía bastante obvio.
Froté mis muñecas lastimadas, estaban rojas, al igual que mis tobillos. Estoy sucio. Paso las manos por mi pelo que debe ser un desastre. ¿Qué mierda hago pensando en mi pelo? Estoy en un sótano contra mi voluntad y… no me molesta. Fruncí el ceño confundido de mis propias conclusiones.
Escuché los dos golpes en la puerta. Rápidamente amarré la venda a mis ojos. La puerta se abrió, primero un poco, después del todo. Estaba cerciorándose que no lo estuviera viendo.
-Tus padres son testarudos.
-Creo que hubiesen tenido más resultados si secuestraban al perro.- era un maldito caniche, prefería a la pastor alemán pero ella no podía estar dentro porque quiere comerse al caniche, así que ya sabemos quién gana.
Dijo algo en voz baja, y supuse que estaba lejos, no logre oírle.
-¿Qué dijiste?- me atreví a preguntar.
-Nada, Harry, nada- lo dijo con mucha serenidad
Lo escuchaba caminar, en silencio, eso me ponía nervioso. Inconscientemente mordí mi labio.
Él se detuvo frente a mí, y un cosquilleo me recorrió la mejilla cuando sus dedos acariciaron mi piel, se posaron en mi barbilla inclinando levemente mi cabeza hacia arriba. No sabía cómo reaccionar a un extraño tomándome de esa manera del rostro, pero no… no era un extraño, no era un completo extraño para mí, por más que no lo hubiese visto, él se había vuelto algo, era alguien. Era esa sombra diciéndome que nunca me iba a ir, era esa persona que me encontró en la oscuridad. Siempre había estado tan solo, ahora me acompañaba, en esta interminable oscuridad me acompañaba.
No me sorprendió cuando sus labios tocaron lo míos, y le respondí con lo mismo. Podía imaginarlo un hombre adulto pero sus labios se sentían tan jóvenes, su beso era tan refrescante. Cerré los ojos, aunque ya no viera nada los cerré, para sentirlo con mayor magnitud. Él tenía ambas manos sosteniendo mi rostro. Lo quería tocar y acercarlo a mí, pero tenía miedo de tocarlo, de que se alejase.
Cuando se separó despacio, apoyó su frente contra la mía, negó levemente y suspiró. Necesitaba verlo, lo necesitaba. Lentamente subí mi mano, debió tener los ojos cerrados, no notó mi movimiento hasta que empujé la venda hacia abajo. Y vi el destello azul que vi la primera vez y mechones de pelo, fue todo lo que alcancé a ver antes de solo ver el gris del suelo, él me había derribado, la cadena en mis pie estaba tensada. Quedó a horcajadas sobre mi espalda, sosteniendo mis manos. Quedé inmovilizado en segundos.
Se dejó caer y apoyó su cabeza al lado de la mía, del lado contrario a donde estaba mirando. Emitió un ruido de frustración.
-No, Harry, no.- murmuró -Esto está mal.
-Quiero verte- supliqué -, por favor.
-No puedes, cuando te vayas…
-No quiero irme- le dije -No quiero- susurré.
Su agarré se suavizó. Entonces, despacio, sin prisa, me levantaba y él se sentó a un costado. Al fin lo pude ver.
Rasgos finos, piel bronceada, ojos azules y brillantes, labios delgados entre abiertos, cabello castaño. Una expresión tan tierna, de niño pequeño, y a la vez se veía adulto. Por primera vez nuestros ojos se chocaban. Su cuerpo delgado se puso de pie, se sentó en una silla de espaldas a mí mientras se pasaba las manos por el pelo y se fregaba la cara con desesperación.
-Esto está mal, esto está mal- repetía como en un mantra.
Tatuajes, tenía tatuaje en sus brazos. Quería saber tantas cosas sobre él, pero en ese momento solo quise levantarme para abrazarlo y hacer que pare, la cadena me detuvo. Quedaba tan fuera de mi alcance que me sentí frustrado. Quería gritar su nombre y decirle que se calmara, pero no sabía su nombre. Vaya, no sabía nada de él, no sabía qué hacer.
-Basta- dije despacio -Nada va a pasar, todo está bien.
-No, nada está bien.- dijo aun sin mirarme.
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who's that shadow (larry stylinson)
Fanfiction"Tengo tantas sensaciones, tantas preguntas. Ahora no distingo el bien del mal, hay solo un gris inmenso..."