Capítulo 6 | Charla

75 7 2
                                    

Ambos permanecimos en un profundo silencio durante unos momentos.

No estaba segura de cómo reaccionar, Agustín no demostraba ninguna emoción en su rostro, por un momento dudé si era él. Ya era todo un hombre, estaba incluso más apuesto que la última vez que lo vi; pero algo en él había cambiado, no tenía esa alegría que lo carecterizaba tanto. Parecía un hombre totalmente serio y formal, no pude encontrar un rastro de emoción.

Sin estar totalmente segura, decidí hablar.

—Agus, cuánto tiempo... —dije con un tono algo inseguro.

Por un segundo, sentí en mirada un destello de luz que me hizo sentir que todo estaría bien.

—Sí. —contestó cortante. —Podés dejar las hojas en una esquina de mi escritorio.

La decepción fue evidente en mi rostro. Me sorprendí demasiado de la forma en la que me había hablado. Había imaginado muchas veces mi encuentro con Agustín, pero jamás así. Él volvió a seguir con lo que estaba haciendo cuando entré, sin siquiera mirarme.

Con el ceño fruncido y manos temblorosas me acerqué hasta su escritorio. Dejé lentamente las hojas en la superficie de madera lujosa. Sin saber qué hacer, lo miré de reojo y giré en dirección a la puerta.

—Ah, una cosa más. —volví a girar la cabeza con una mínima ilusión de que aquello había sido una broma y estaba jugando conmigo. —Avisale a Amanda que la próxima vez entregue las cosas por su cuenta, no mandando a principiantes.

Aquello había sido la gota que colmó el vaso, pero era lo suficientemente orgullosa como para romperme delante de él después de que me había humillado de tal modo. Sentí mis ojos húmedos, y creo que él también, porque frunció el ceño por un segundo antes de volver a concentrar su mirada en las dichosas hojas en las que trabajaba.

Sin contestar, me retiré por la elegante puerta que se encontraba enfrente mío y salí tan rápido como mis piernas me lo permitían.

Amanda, al verme pasar a esa velocidad y lágrimas en mis ojos, me siguió hasta mi pequeña oficina con cautela, asomando la cabeza.

—Hey, sé que probablemente te dijo algo feo, por eso estás de esa manera.  —me dirigió una sonrisa de compasión.—Pero él es así con todo el mundo, no te lo tomes personal.

Pero lo sentí demasiado personal, no sabía que hacer. Ese no era el Agustín tierno y gentil que yo había conocido, era un hombre poco amable, que humillaba gente y pensaba que era superior a todos. De solo pensarlo me llené de rabia, pero si bien había cambiado su forma de ser, también su físico, ahora sus facciones eran mucho más maduras, estaba incluso más lindo que la última vez que lo vi, aunque su carácter opacaba su belleza.

—Yo no sé si pueda seguir. —por algún motivo, preferí no contar que ya conocía a Agustín, eso solo empeoraría las cosas.

—Carolina, escuchame, ¿acaso no trabajaste duro para llegar hasta acá? ¿creés que todo fue en vano? Porque yo no. —nunca, en el poco tiempo que la conocí, había sentido a Amanda tan decidida y segura.

—Lo sé, pero no quiero estar en un lugar donde consideren que no sirvo o que soy menos. —bajé los ojos.

Durante mucho tiempo luché con mi baja autoestima, y pensé que era una etapa superada, pero aquél momento me hizo dudar de ello.

—No dejaré que vayas nunca más, tal vez ni te lo tengas que cruzar. —ella suspiró. —Por favor, no abandones, ya muchas chicas lo han hecho y creo que sos lo suficientemente fuerte para poder soportarlo.

Superando el pasado | AguslinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora