CAP.4 NUEVOS OJOS

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Me convertiré en tus ojos

Ese pensamiento invadía su mente, conforme caminaba por el pasillo tan familiar, le acababan de dar una gran noticia y deseaba compartirla con Steve, después de todo era a él a quien principalmente afectaba.

Durante las últimas tres semanas había estado acompañándolo durante todo el tiempo que le era posible, ocultando su nostalgia con dulces palabras, imitando el comportamiento de su hermana, cosa que le resultaba un poco difícil debido a que ambos eran diferentes en carácter y comportamiento, su naturaleza era distinta a la de su hermana, a Tony le costaba un trabajo sobre humano demostrar su verdadera personalidad frente a otras personas, también trataba de imitar la peculiar forma de vestir de la pelirroja, eso no era difícil ambos compartían gustos similares en la ropa, accesorios. Pero lo que estaba fuera de sus gustos, interese eran los benditos tacones que tanto adoraba su hermana mayor, ¡Dios sabe cuánto odiaba esas armas del sufrimiento!

A pesar de la situación no podía evitar sentirse un poco feliz al compartir tanto tiempo con su Steve , las palabras de aliento que continuamente salían de sus pequeños labios siempre las pronunciaba con un tierna sinceridad, quería apoyarlo, ayudar a Steve Rogers a superar esta difícil etapa.

Las actividades que había estado desempeñando junto a él eran diversas, a veces le leía algún libro de poesía o con alguna historia especialmente dramática, o si no llevaba cd's de música clásica y extrañamente también de hip hop y rap, la favorita de ambos, recordaba que su hermana solía escuchar música pop y por tanto se había asegurado de obtener algunos de sus cd's prestados, solo por si las dudas.

Siempre evitaba cantar debido a que, a pesar de que tenía una voz igual a la de su hermana, era a la hora de entonar las canciones en donde se notaba quien era quien, la pelirroja siempre lograba dulcificar su voz y con ella entonar bellas melodías, mientras que el castaño, tenía una voz más fuerte y tenía cierta tendencia a cantar con más vigor cada una de las notas.

Un rubor cruzo por sus mejillas al recordar la ocasión en la que la enfermera le había preguntado si quería ayudar a bañarlo, esa también fue la primera vez, después del incidente, en que escucho a Steve reír alegremente. Según lo que su Steve había explicado se debía a que nunca antes la había escuchado tartamudear, por suerte su Steve no había insistido en que aceptara la propuesta.

Finalmente, llego a su destino, por primera vez, en mucho tiempo, pudo hablar de forma realmente entusiasta.

¡Steve! Felicidades por salir del hospital- un Tony lleno de entusiasmo y con una radiante sonrisa se encontraba en la puerta de la habitación de Steve , una vez hubo pronunciado tales palabras, recibió como contestación un gesto de desconcierto del joven.

Vamos, sonríe un poco- Se acercó al joven de ojos azules y una vez a su lado comenzó a hacerle cosquillas en uno de sus costados, con lo cual ambos rodaron sobre la cama recién tendida, arrancando carcajadas y sonrisas el uno del otro. Se detuvieron al verse en la necesidad de respirar, fue entonces cuando Tony volvió al tema principal.

Entonces... ¿A dónde quieres ir para celebrar?- empezó a juguetear con los mechones del cabello de su Steve, al igual que Nat. La reciente actitud era algo que su hermana siempre hacia al ver a Steve  deprimido, no es que a Tony le disgustase hacerlo, pero se sentía extraño, amaba la sedosidad del cabello negro de su Steve , sin embargo a veces creía que era mejor darle un tiempo para pensar las cosas y cuando calmara su mente podría hablar con el alto para animarlo.

Nat, sabes que no me gusta que hagas eso...- Tony resistió las ganas de reír, era algo que siempre había pensado al verlos realizar este tipo de cosas una y otra vez. Aun así no dejo de acariciar su cabeza- Y respecto a tu pegunta- continúo su Steve - Yo ya no tengo nada que hacer en ese mundo, creo que comprenderás que no deseo salir del hospital.

Pero...- el pelicastaño observo con cuidado el rostro sereno del chico, con la finalidad de encontrar algo que decirle. Mientras tanto el retomo la palabra.

Hay demasiados colores y formas en el exterior...-en este punto su voz se ahogó un poco- Cosas que yo ya no puedo disfrutar.

Humm...- Tony solo bufo un poco, mostrando su descontento- ese no es el Steve alegre y positivo que yo conozco, ahora mismo vamos a salir a dar un paseo y no quiero ninguna queja- se apuró a decir, al ver que el joven alto estaba a punto de reclamar.

Además- agrego con un tono más alegre- no pase por tantos problemas para nada

¿Problemas?-pregunto un poco preocupado Steve.

Exacto, quisiera que te los probaras- con cierta emoción Tony coloco una caja mediana entre sus manos- espero que sean de tu número.

El joven retiro la tapa y, desdoblando el papel con el que estaban envueltos, saco un par de zapatos. Comenzó a recorrer su superficie con sus largos y gruesos dedos, los zapatos eran de piel y, tal como pudo comprobar con su sentido del tacto, eran de solo meter el pie con lo cual se evitaba el atar las agujetas. Con una simple mueca asintió y procedió a ponérselos.

Camina un poco más rápido- Steve podía sentir a su hiperactiva compañera jalando uno de sus brazos, mientras caminaban por el parque, soltó un pequeño gemido de descontento pero, a pesar de eso, apresuro un poco su marcha.

¿Qué te parece si compro un par de helados? Ahora vuelvo, espérame aquí- El peli rubio no pudo evitar el enorme sentimiento de nerviosismo que le provocaba el estar, según él, perdido en la inmensa obscuridad.

Cada sonido se le hacía peor que el anterior, escuchaba a un perro ladrar cerca de él, no sabía si lo atacaría de un momento a otro, un balón que golpeo con fuerza el suelo que se encontraba a solo medio metro de él hizo que un temblor involuntario recorriera su espina dorsal.

Lo peor fue, sin embargo, cuando sintió la oleada de niños que corría alrededor de él empezó a retroceder con pasos temblorosos estaba cada vez más cerca del borde de la pequeña colina, esta parecía terminar cinco metros más abajo, cuando uno de los pequeños lo golpeo accidentalmente, Steve, perdió el equilibrio y estando a tan solo unos pasos de caer por la ladera, escucho que alguien gritaba su nombre y casi al mismo tiempo la pálida y cálida mano de Tony lo sostuvo, jalándolo hacia él, en ese pequeño instante Steve se dio cuenta de que Nat estaría para el siempre que lo necesitara, que la joven a su lado nunca lo dejaría y que siempre sostendría su mano.

Todo sentimiento de desesperación desapareció de su interior, en un primer momento se había sentido caer, caer profundamente en una obscuridad sin fin pero, fue el llamado de su amada Nat lo que le devolvió el sentido de pertenencia a este mundo

Continuaron con su tranquilo paseo en completo silencio, disfrutando del momento, se sentaron a descansar debajo de uno de los tantos árboles y fue entonces cuando continuaron con su charla. Cuando una bresca brisa paso junto al rostro de ambos, Tony, empezó a describirle el entorno Steve.

Steve, ¿No se siente bien el viento?- la alegría se podía notar en cada una de sus palabras por lo tanto Steve asintió con una minúscula sonrisa- Esta anocheciendo ¿sabes?, los pájaros están volando libremente por el cielo y que está lleno de colores hermosos presenta una combinación de naranja, rosa, lila y azul oscuro.- Con cada nueva palabra, la sonrisa del joven alto aumentaba su tamaño- También hay bastantes nubes de color dorado, flotando a la deriva, el sol se está escondiendo por el poniente y hay seis estrellas que ya empezaron a brillar, todo se está reflejando en la superficie del agua del hermoso lago que tenemos enfrente. El pueblo se está envolviendo gradualmente en la oscuridad...

Puedo verlo- exclamo de pronto Steve emocionado mientras unas lágrimas de alegría resbalaban de sus mejillas - ¡Puedo ver, cuando estoy contigo! Veo la luz y los colores, Nat. Todo es muy intenso... y por primera vez una verdadera sonrisa apareció en su rostro

El peli castaño lo observo en silencio y con una pequeña sonrisa, apretó un poco más su mano alrededor de la del joven de ojos grandes, prometiéndose así mismo que estaría siempre a su lado, siempre que Steve lo necesitara.

Seré sus ojos por el resto de nuestras vidas si es necesario, asi que Steve-Steve solo sonríe para mí.

Flores de PapelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora