CAPITULO 5

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La calles estaban llenas de vida y color, pese a que todas las casas tenían techos de ladrillo rojizo y estaban pintadas de blanco, además de tener todas, aquella forma puntiaguda, todas estaban adornadas con azulejos que se entrelazaban y formaban bandas que surcaban partes de la casa o bien tenían toda la pared repleta de azulejos de distintos colores y formas que creaban distintas figuras, todas maravillosas, algunas incluso habían sido pintadas con colores llamativos. Gia se fijó en que, de cada balcón salían una fila de banderines de colores que cruzaban la calle hasta el balcón más cercano y así por todas las calles, además Gia descubrió que había pequeñas cascadas que caían por toda la colina cruzando la calle hasta llegar al río o al mar, era un paisaje hermoso que no tenía ni punto de comparación con nada que Gia hubiera visto antes.
- Es precioso ¿verdad?-Habló entonces Shira sacándola de su ensimismamiento.
- Es magnífico- logró contestar Gia pese a haberla pillado por sorpresa.
-He visitado muchos lugares pero jamás he encontrado algo que me haga sonreír tanto como Milkvar, dicen que es el reino más feliz de todos, aunque tiene sus defectos, como todos- Shira hablaba feliz y sin parar como si hubiera estado deseando enseñarle todo aquello desde hacía mucho tiempo.
-Además, ahora con el festival de primavera es mil veces más colorida.
-¿El festival de primavera?- pregunto Gia.
-Si, es una de nuestras fiestas más conocidas, el reino entero se llena de extranjeros que vienen a ver el florecimiento de las flores Buha y como, al final del festival, cada uno de sus pétalos se convierten en pequeñas mariposas Gueri- esta vez fue Kelz el que habló con emoción pero Gia había entendido muy poco por lo que Shira salió en su ayuda.
-¡Kelz!, ha vivido toda su vida en la tierra- le regañó, entonces se volvió a Gia.
-El festival de primavera, es una de nuestras fiestas más conocidas, se celebra durante toda la primavera, porque justo el primer día de primavera empiezan a florecer las flores Buha, que son flores enormes, de muchos colores y hasta el final de la primavera no florecen todas, es entonces cuando de cada pétalo nace una pequeña mariposa Gueri, como ha dicho Kelz, que tienen propiedades curativas muy poderosas y son bastante importantes y muy necesarias, sobre todo ahora, con...todo esto.
Gia sabía que se refería a aquella guerra tan lejana pero no hizo ningún comentario sobre eso, ahora solo quería ver las flores.
-Entonces, he llegado justo a tiempo para ver las mariposas Gueri- sonrió Gia. Pues
la primavera terminaba dentro de dos dias.
Entonces Shira sonrió, pero era una sonrisa distinta, Gia, que la conocía bien, sabía que escondía algo, tramaba algún plan pero no sé lo diría hasta que llegara el momento.
-¿,Que pasa, porque sonríes así?- intentó sonsacarle Gia, pero está solo negó con la cabeza dando a entender que no diría nada, al fijarse en Kelz, vió que este también sonreía de una forma similar, quería saber que se traían entre manos pero si Kelz era como Shira, no lo sabría nunca, al menos hasta el momento del plan, así que Gia solo pudo resoplar.

Tras recorrer miles de calles llenas de colores y banderines y sobre todo, gente que no tenía nada que ver con nada humano, Gia preguntó.
-Shira...respecto a los... ciudadanos- no quería faltar el respeto a nadie.
-Ah, claro, ¿que son?, No te preocupes, es normal que te parezcan extraños, aquí no solo hay humanos, mira...- comenzó a explicar Shira con tranquilidad, comprendiendo la extrañeza de su amiga
-En este mundo conviven muchas razas distintas, muchas ya las conoces por los libros de fantasía de la tierra, así que se te hará un poco más fácil entenderlos. Los seres de distintos colores de piel, son ninfas o driadas, las diferenciaras por sus ojos, todas las driadas los tienen alargados y color esmeralda mientras que la ninfas pueden tenerlos de más de un color, por otro lado, los seres con esas alas tan hermosas son hadas, las hay femeninas y masculinas, como las ninfas,
también hay elfos, pero aquí no vive ninguno, son un poco ariscos y prefieren no mezclarse aunque siempre hay alguno que sale de su reino. Digamos que... Los que te he explicado son los más comunes, sobre todo en Milkvar, que hay una mezcla de todo, el resto... será mejor que lo descubras por tu cuenta y poco a poco - Shira hablaba sin prisa, encantada de poder contarle todo aquello a su amiga.
Finalmente, tras una larga caminata cruzando pequeños puentes y calles llenas de azulejos y banderines llegaron  a un cruce, por un lado se llegaba al puerto y por el otro se llegaba al puente más grande de la ciudad y al campo lleno de cultivos, dónde se podía ver a gente trabajando, pequeñas casitas y un pequeño río que cruzaba cada uno de los cultivos hasta llegar al mar, todo era enorme y casi hipnótico, sobre todo desde allí abajo, dónde se veía aquella colina, repleta de hermosas viviendas, como se alzaba hasta provocar una larga sombra. Gia descubrió que el edificio en el que había descansado era, en realidad, un enorme castillo con características góticas, muy parecido a catedrales de su mundo pero el triple de grande y sin duda, el edificio que mas imponía en todo aquel reino.
Entonces un grupo de niños salió corriendo de una plaza, con una hermosa fuente en su interior. Chillaban emocionados algo que Gia no comprendio al principio, por la emoción.
-Las flores- dijo Kelz mirando hacia el bosque que había justo al lado de los primeros campos de cultivo y luego se perdía más allá.
-¿Que pasa con la flores?- pregunto Shira preocupada.
-las últimas flores estan empezando a florecer- dijo este sonriente. Muchos más comenzaron a cruzar el gran puente hasta el bosque y Gia sintió un gran deseo de dirigirse también allí.
Kelz tiró de Shira, tan entusiasmado como Gia, cruzaron el gran puente de piedra, el cual, Gia solo pudo observar muy por encima. Era un puente de arco decorado con distintas figura, tanto humanas como no y con dos pilares puntiagudos al principio y a final de este.

La dama de fuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora