Dazai despertó por los golpes en su puerta.
—Dazai-san, hoy es un día especial, debe levantarse ya.
—Claro que es un día especial, estoy entregando a mi mejor amigo y amor de mi vida, tengo semanas sin avance y me quedo sin tiempo—Murmuró Dazai malhumorado.
—Dazai-san, no podemos iniciar sin usted, por favor levántese.
—Si no pueden iniciar mejor será que me quede durmiendo—volvió a murmurar mientras se metía más entre las sábanas.
Si se quedaba ahí al menos podría fingir que era un día normal, uno donde la persona que amaba no estaba junto a un anémico ruso. En algún punto Chuuya iría por él, quizá enojado, pero a fin de cuentas sería él y no Atsushi llamándole por más de diez minutos.
Antes de poder cubrirse por completo la puerta fue pateada.
—Escúchame con atención, idiota. —La voz al otro lado estaba medio gruñendo las palabras. Ah, Chuuya no estaba de buen humor. Eso obtenía por casarse con anémicos. —Vas a levantarte de esa cama, te vas a vestir adecuadamente y vas a bajar a desayunar en menos de cinco minutos o voy a entrar ahí y sacarte yo mismo estés vestido o no.
Dazai sonrió. Vestido o no ¿verdad?
Se sacó la camiseta y los pantalones.Para cuando Chuuya entró Dazai estaba aún acostado y envuelto entre las cobijas, lo único visible era su rostro.
—¡Te dije que te quería que pie y vestido! —Gritó mientras jalaba las sábanas.
Entonces lo vio.
Dazai con algunas vendas desacomodadas y boxers. Ninguna prenda más. No pronunció palabra, solo se quedó mirándolo mientras soltaba las sábanas.—Chuuya es peor que una esposa. —contestó Dazai, fingiendo desinterés y estirando los músculos, provocando las vendas resbalaran por su piel. la mirada de Chuuya no se apartó de él.
Bostezó con pereza y al abrir los ojos se encontró con Chuuya completamente rojo, apretando los puños. —Buenos días, enano.Lo último pareció sacarlo de su trance, sacudió la cabeza un par de veces y se aclaró la garganta.
—Vamos a desayunar, date prisa. —Su voz sonó demasiado débil, pero seguro.
—¿Qué pasa si no quiero? — Preguntó en tono infantil sentándose en el borde de la cama solo para levantar las sábanas.
—No es una opción.
Dazai rió bajito mientras se tiraba nuevamente en el colchón, esta vez extendiendo los brazos. La mirada de Chuuya lo escaneó una última vez antes de apartarse
—Chuuya es tan aburrido.
—Muévete Dazai, estamos atrasados.
—Pero Chuuuuyaaaa —Alargó, notando que el pelirrojo estaba ya moviéndose hacia sus maletas.
—Hoy son los juegos, no querrás perdértelo.
—¿Juegos? —Chuuya asintió, aún buscando algo dentro de las maletas— ¿Qué se gana?
—Al novio.
Osamu se levantó rápidamente.
—¿A ti?
—Sí. Bueno, eso en caso de Fyodor. En el tuyo quizá llames la atención de alguna chica linda y quiera arriesgarse con un putero andante como tú.
—No quiero una chica.—rebatió cruzando los brazos. Chuuya suspiro.
— Escucha Dazai, eres mi mejor amigo y por ello voy a darte dos opciones:
Uno: te vistes con lo que te estoy buscando y sales a desayunar conmigo.
Dos: te quedas en esta cama. Los juegos son un desastre, no puedo casarme, me deprimo, paso semanas sin salir de la habitación y antes de morir decido visitarte, estarás con alguna mujer y cuando me vea se asustará porque estaré acabado, huirá y entonces te asesinaré.
—¿Por qué esperarías tanto para asesinarme? —Pregunta intrigado.
—Es eso o volver a América contigo, pasando cada día en casa deprimido y arruinando cada salida que tengas, así nunca tendrás una cita más y estarás tan solo como yo.
Osamu, como un hombre adulto y maduro hizo lo que cualquier otro en su posición haría:
Volvió a abrigarse con las cobijas.
—¡Deja de jugar! —Gritó Chuuya arojándose sobre él.
Dolió, pero Osamu no iba a ceder.Chuuya intentando destaparlo y Dazai negándose, cada que jalaba una esquina el más alto se cubría nuevamente.
Después de algunos minutos ambos terminaron riendo, rojos y en el caso de Chuuya despeinado y con la ropa desordenada.
—Te extrañé—murmuró Dazai. —Cada día.
Chuuya abrió los ojos aún más. El castaño raramente era honesto con sus sentimientos, no porque le gustase mentir, sino que no sabía cómo poner en palabras lo que sentía. Él nunca admitía que necesitaba algo o lo pedía, Chuuya aprendió a leerlo con los años y saber qué quería con solo mirarlo.
Conocía cada seña, cada gesto, sabía que cuando sonreía honestamente un par de hoyuelos se formaba en sus mejillas, cuando solo fingía los bordes de sus labios eran tensos.
Cuando estaba sobre analizando algo su rostro parecía tranquilo, pero escondía sus puños porque estarían apretados. Cuando estaba inseguro se comportaba como un imbécil arrogante. Si estaba triste se encerraba en su habitación o molestaba a Chuuya hasta que le prestara atención. Cuando se concentraba en su trabajo sus ojos parecían más los de un robot que los de una persona, sin emociones o pensamientos.
Cuando estaba planeando algo su mirada se volvía maliciosa y formaba una sonrisa de lado.¿Pero Dazai honesto? Dazai siendo honesto tenía una mirada llena de miedo, miedo al rechazo y con añoranza por partes iguales, como un cachorro que ha sido dejado de lado demasiadas veces.
—Te extrañé, a cada momento.— Contestó en cambio. La sonrisa en la cara de Osamu esta vez fue burlona.
—Tenías un ruso.
—Pero no a ti.
Dazai le abrazó. Tras unos segundos se separó.
—¡Vamos a jugar!
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Por supuesto, Chuuya tuvo que ayudarle a vestirse mientras Dazai le peinaba porque realmente se habían quedado sin tiempo.
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.Sin comentarios para añadir.
Sí, sigo viva(?)
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Quiero robarme al novio
أدب الهواةAdaptación de la película "Quiero robarme a la novia". Chūya y Dazai han sido amigos desde hace 10 años. Dazai, un mujeriego sin remedio, se da cuenta que está enamorado de su mejor amigo cuando este va de viaje a Rusia por un mes. Decide declarar...