En el mundo de Harry Potter

Capítulo XIV

En la mañana se levantó un poco tarde, aunque llegó a tiempo para desayunar un zumo de calabaza y algunos manjares que se encontraban por ahí. Cuando se disponía a morder un trozo de su deliciosa tostada, una mano la agarró de su brazo y tiró de ella para llamarla la atención, provocando que la tostada saliera volando y diera a parar a la mesa de al lado, en el pelo de un alumno. Miró con el ceño fruncido a los causantes del infortunio de su tostada.

--¡Marlo! ¡Hagrid fue el que abrió la Cámara de los Secretos hace 50 años!-exclamó/susurró Harry.

--¿Vosotros sois tontos o barreis playas? Hagrid es un cielo. Decir eso es como decir que un unicornio es la criatura más fea de todos los tiempos.

--¡Te lo digo de verdad!- bajó un poco el volumen de su voz-. Riddle me lo dijo mediante el diario- señaló con la cabeza el diario, que asomaba una esquina por un hueco de su bolsa.

--Me ofende de sobremanera que confíes tan poco en el guardabosques de Hogwarts, una persona en la cual el mismísimo Dumbledore confía, y confíes tanto en un diario raro que absorbe tinta y te contesta.

Vio titubear las seguras facciones de los rostros de los tres gryffindor, los cuales se retiraron de su lado tras ver que llegarían tarde a clase. Suspiró, todavía con una expresión molesta, pero después se relajó y se preparó otra tostada. Levantó la cabeza y se cruzó con la mirada de un peliplatinado, el cual desvió su vista a su plato, notablemente sonrojado.

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Llegaron las vacaciones de semana santa, Marlo se encontraba a las orillas del lago negro, junto a Dilan, su amigo de Ravenclaw con el cual compartía algunas clases. (Para los que no recuerden, mencioné a Dilan en el cap 7). Llegaba el momento de elegir las optativas del próximo año y Marlo y Dilan debatían sobre cuales elegir, ya que querían estar juntos en las clases.

--Vengaaaa, elige Cuidado de Criaturas Mágicas por mi, ¿si?- hizo cara de perrito regañado, mientras unas orejas de perro asomaban por su cabeza.

Tras un bufido, Dilan accedió y Marlo celebró, dando saltos de la emoción. Tras su celebración, notificó que el cielo estaba oscureciendose, por lo que fueron a cenar al GC en la mesa de Ravenclaw, en donde entabló varias conversaciones sobre diversos temas.

Al día siguiente, tras el desayuno, Marlo decidió no ir a ver el entrenamiento de quiditch y quedarse en la biblioteca, leyendo un poco sobre la historia de Hogwarts. Al menos esa era su intención. En el cruce de una esquina chocó con alguien, provocando que cayera al suelo.

--¿Te encuentras bien?- una mano estaba en frente de su cara, esperando que aceptara la ayuda para levantarse.

Aceptó la ayuda y se levantó, frotándose el trasero por el dolor. Miró a la persona con la que había chocado.

--Estoy bien, no te preocupes- le sonrió.

-Me alegro- parecía que brillaba más que le mismísimo hechizo lumos-. Por cierto, soy Cedric.

--Yo Marlo, siento haberme chocado, ultimamente ando en las nubes.

--No es problema, nos pasa a todos de vez en cuando- dijo, sin quitar la sonrisa.

--¿El qué?¿Andar en las nubes o chocarse con una persona como una situación cliché?- preguntó, divertida.

-- Supongo que ambas cosas- dijo entre leves risas.

--¡Oh! Debo de haber interrumpido tu camino hacia algun sitio, mejor no te entretengo más- Rascó su nuca, con nerviosismo.

--No tenía un destino fijo, solo estaba haciendo tiempo hasta la hora de comer- confesó-. Tú parece que ibas a la biblioteca, ¿podría saber el motivo? ¿Es por los estudios? Si quieres te ayudo con ellos.

--Solo iba a leer un poco sobre Howarts, voy bien en mis estudios, pero gracias por la oferta- dijo con una epresión que denotaba agradecimiento.

--¿Tienes curiosidad por alguna cosa?- preguntó, curioso.

--Sí, quiero aprender algún que otro detalle de la historia de este colegio que me sea de relevancia en un futuro.

Varios alumnos emprendieron su camino hacia el GC, por lo que Cedric y Marlo también fueron allí, conversando. Haber comido en la mesa de los tejones había sido una de las mejores decisiones de su vida. El ambiente entre los alumnos de esa mesa era muy ameno y relajante. Casi nadie la evitaba por su habilidad de poder hablar con serpientes, de hecho, mostraban curiosidad y entusiasmo.

El resto del día trascurrió normal, hasta la noche. Harry, Ron y Marlo recibieron la información de que Hermione estaba en la enfermería, petrificada. A Marlo se le quitó todo color de la cara, se le había olvidado completamente que era justo el día en el cual Hermione era petrificada. La petrificación de Hermione significaba una cosa: pronto conocerían a Aragog. Una maldita araña gigante.

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Gracias por vuestra inmensa paciencia, siento no haber publicado en tanto tiempo, esto de la cuarentena me ha estresado muchísimo.

Prometí que publicaría el domingo, y, aunque sea corto, aquí tenéis el cap. Pronto volveré a actualizar, lo juro solemnemente.

Si hay algún error, por favor, díganme y lo corrijo.

Bueno, espero que os haya gustado este capítulo.

Hasta pronto hermosos animagos
:3