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JinHwan ya tiene el colchón de aire inflado junto a su cama, cubierto con sábanas y mantas limpias, cuando JunHoe aparece. Todavía tiene el cabello mojado y huele demasiado a Axe. JinHwan jura buscar en su mochila y tirar el spray tan pronto como se duerma.

Tan pronto como JunHoe entra por la puerta le da a JinHwan uno de esos abrazos, como siempre hace cuando les va bien en los torneos, han sido dos abrazos en una noche. Aún está un poco animado por la victoria, borracho de adrenalina, y es asombroso ver al mayor así. Se ve más feliz y más joven que de costumbre, menos como un policía anti drogas que intenta pasar como un estudiante de preparatoria. Él también se muere de hambre.

—Dios mío, ¿tienes una lombriz solitaria o algo así? — pregunta JinHwan, sentado en la mesa de la cocina viendo a JunHoe devorar tres rebanadas de pizza fría y tragarlas con un gran vaso de leche. Y esto es después de que JinHwan calentó pastel de pollo y un pedazo de lasaña.

JunHoe no responde, solo sigue masticando.

—YeJin me habló después del juego, — se arriesga el pelinaranja un minuto después, no del todo seguro de querer hablar del tema, pero se ha sentido culpable desde entonces.

—Genial, — dice JunHoe con cansancio, dejando su pizza en el plato. Su rostro se vuelve un poco más serio, como si ya supiera que no le va a gustar lo que YeJin dijo.

—Lamento no haber asistido a más de tus juegos, — dice JinHwan. JunHoe se ve ligeramente sorprendido. —Quiero decir, si hubieses querido que fuera a tus juegos, perdóname por no haberlo hecho. Si no te importaba, entonces supongo que estoy quedando como un idiota. Lo cual es completamente culpa de YeJin, no mía.

Para cuando JinHwan cierra la boca, JunHoe vuelve a mirar su plato buscando un trozo de fideo de lasaña. No dice nada, lo cual es toda la confirmación que JinHwan necesita.

—Hubiera ido a todos los juegos, si lo hubiera sabido, — le dice JinHwan. Desea tener su propio fideo de lasaña, pero como no lo tiene, tiene que conformarse con rasgar nerviosamente con los dedos la servilleta de JunHoe.

JunHoe toma un trago de leche antes de mirar a JinHwan.

—No te gusta el fútbol, — dice.

—Realmente no, — admite JinHwan. —Pero me gustas.

JunHoe tímidamente agacha la cabeza y sonríe a su plato.

—Gracias por venir esta noche, — dice, volviendo a su pizza como si ellos no hubieran tenido una charla sincera.

Salió bien, piensa JinHwan, dándose mentalmente palmaditas en la espalda, se levanta y le da a JunHoe otro vaso de leche.

—Es hora de ir a la cama, — dice JinHwan un tiempo después, tratando de reprimir un bostezo. Deben estar despiertos a las 4 de la mañana. Además, si deja que JunHoe pase más tiempo en la cocina, no quedará nada para comer en el desayuno.

—Está bien, — eructa JunHoe, después de beber lo último de su leche. Saca una banana del frutero al salir de la cocina.

JinHwan se cepilla los dientes primero, y luego se pone pantalones de chándal y una camiseta vieja. Para cuando JunHoe termina en el baño, JinHwan ya está en su cama, bajo las sábanas, balanceándose entre la emoción y el miedo. Nunca ha tenido a nadie que se quede a dormir excepto HanBin, y no está enamorado de HanBin. Nunca estuvo tan ansioso por estar a solas en su habitación con HanBin. ¡Aquí es donde JinHwan se masturba! ¡Pensando en JunHoe!

Cuando el más alto finalmente regresa, se queda en ropa interior, unos calzoncillos azules oscuros que no dejan nada a la imaginación, y JinHwan traga saliva e intenta no mirar demasiado. JunHoe se ve realmente bien solo en ropa interior, y de alguna manera incluso más mayor: más músculos y más vello corporal que la mayoría de chicos en la clase de gimnasia de JinHwan, y definitivamente más que el propio JinHwan. Papá le sigue prometiendo que pronto tendrá un gran crecimiento. Espera que ese día llegue pronto.

binomial coefficients » junhwanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora