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Esa mañana había sido difícil, en especial debido al hecho de que me encontraba en una situación especial, tanto que se había tornado un poco incomodo. No diría que sentía un gran apego hacia mis compañeros y amigos de la escuela, toda persona en mi vida se había visto un poco eclipsada desde hace unos años, y por ello, viendo como mis amigos de la escuela lloraban un poco ante mi, no me provocaba la misma reacción de mi parte, no realmente, al menos me hubiese gustado poder fingir un poco de llanto, aparentar normalidad, pero en realidad solo sentía ansias por irme de ese lugar, de esa escuela lejana a mi hogar.

Pero era el día de la graduación y debía soportarlo por un tiempo mas, al menos hasta que pudiese marcharme y volver al templo o al bosque, mis padres miraban la escena con lagrimas en sus ojos, yo les regalaba pequeñas sonrisas tranquilizadoras, suponía que el hecho de que yo mismo no expresase real tristeza evitaba que ellos terminasen por realmente llorar.

Sabia que después de ese día me tacharían de insensible, al menos hasta cierto punto. Recibí las felicitaciones de mis amigos y profesores, acepté tratos de volver a verlos en algún momento, aunque, siendo sincero, dudaba que eso sucediese.

Esa mañana, al igual de casi todas las mañanas, Dazai me había acompañado todo el camino hasta la escuela, muchas veces hacia lo mismo para el camino de vuelta, cuando me encontraba solo, aun insistía en preferir que su existencia fuese algo sumamente secreto, y yo seguía aceptando aquello, a pesar de conocernos desde los quince años, teníamos dieciocho ahora.

Una parte de mi interior esperaba ver a Dazai en algún momento de la ceremonia, al menso en una zona oculta de la escuela, tal vez en la lejanía, pero al menos verlo, había sentido un poco de decepción al notar que, por mas que mis ojos viajasen de un lugar a otro, no había terminado por verlo.

Antes de subir al escenario y recibir mi diploma, había mirado una ultima vez a mi alrededor casi buscando con una ultima esperanza, Dazai no estaba allí, pero si me lleve una sorpresa al encontrar otra cosa, la ceremonia se había llevado a cabo en un lugar abierto, era agradable, sol tibio, el viento, el bosque, y entre los arboles, en la lejanía, se encontraba un animal que no sabia del todo como reconocer, a primera vista había pensado que se trataba de un zorro, aunque un tanto extraño, su pelaje era algo oscuro para serlo, pero su tamaño no correspondía del todo al de un lobo, y seria aun mas extraño encontrar uno en esa zona.

Por un momento me quede congelado solamente observándolo, a pesar de que había sido llamado a retirar mi diploma, sin embargo, no podía apartar la mirada, no fue que logre despertar y moverme con libertad hasta que la persona a mi lado termino por golpearme de forma amistosa.

Me sonroje de inmediato, muchas miradas curiosas habían terminado en mi debido a mi despiste, baje un poco la mirada y me apresure a subir al escenario, una vez allí arriba, observe hacia la zona en que se había encontrado el animal, en la lejanía, entre los arboles, sin embargo, ya no se encontraba allí.

Y el resto de la ceremonia se llevo a cabo de forma tranquila, sin embargo, mi mente se encontraba recordando una y otra vez a ese animal, había sido extraño, normalmente no seria una gran sorpresa ver animales de ese tipo cerca de cualquier lugar en el bosque, algunas casas o el templo, pero su forma se había sentido extraña, su cuerpo e incluso su pelaje.

Parecía que con cada minuto que me dedicaba a pensar en él, su imagen se borraba de mi mente, cada vez que lo intentaba recordar, mas detalles se escapaban. Hasta llegar al punto en que apenas recordaba dicho encuentro.

Para cuando terminó la ceremonia y me dirigía a casa junto a mis padres, el momento había terminado por extinguirse en mi mente.

No me gustaba ese sentimiento, como si algo en mi mente jugase en mi contra, en parte era como si alguna especie de control estuviese llevándose a cabo, memoria selectiva o alguna ridiculez de ese tipo, claramente no creía en ello o, mas bien, prefería no considerar seriamente la posibilidad y ahorrarme algunos malos entendidos.

CuriosidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora