1

3K 262 203
                                    


Me quede de pie mirando perplejo lo que se encontraba en frente de mi, un chico, de mi edad, en medio del bosque, cerca del lugar en donde vivía, un lugar que carecía de demasiadas casas y familias cercanas, era tarde por la noche y en realidad yo no me debería encontrar en ese lugar, no en esas condiciones de oscuridad, sin embargo, había llegado tarde luego de haber ido de visita al templo cercano, solamente había ido con el propósito de llevar unas cuantas cosas a ese lugar, por orden de mi madre.

Tenia quince años y me había criado en esa zona, por ende, no representaba un problema el recorrer el lugar cuanto se me diese en gana, sin embargo, había una regla, una sola regla me imponía mi familia. No vagar por el bosque de noche.

Perderse en el bosque era algo sumamente peligroso, aunque conociese el lugar bastante bien, por la noche la historia podía ser diferente, mas bien, con seguridad lo seria.

Y como el idiota que era, me encontraba en esa situación, en un bosque oscuro y espeso que había terminado por desconocer, había vagado por bastante tiempo, esperaba que fuesen solo minutos, no horas, las que me encontraba pedido. Me esforzaba por no dejar que el pánico tomase como presa mi cuerpo y mi mente.

Pensar en el castigo que me esperaría en casa me tranquilizaba ante la inminente idea de terminar por morir en ese lugar, olvidado, perdido. Como idiota, había comenzado a pensar en el millón de cosas que deseaba hacer en mi vida y que no había terminado por lograr realizar, si, dándome por vencido, aunque por naturaleza no fuese el tipo de persona que se rinde con facilidad ante algún problema, sabia que pasar la noche en el bosque no podría ser demasiado grave, cuando amaneciese podría reconocer el lugar, pero claro, también había cometido el error de caminar sin rumbo fijo, incluso correr, había tenido algo de pánico, lo admitía.

Agotado, decidí dejar de caminar, al menos debía intentar realizar mi hospedaje un poco agradable en ese lugar, mejorar un poco mi condición. Recogí hojas y ese tipo de cosas, aunque la idea de recostarme sobre el suelo del bosque no me agradaba, sabia que terminaría por hacerlo en algún punto de la noche. También temía terminar por ser mordido por algún animal de allí, estar perdido y atacado por un animal era uno de los peores panoramas que podía imaginar.

"madre, juro que después de esto obedeceré cada pequeña advertencia" me decía.

Me termine por sentar y reposar mi espalda contra un árbol. El bosque se encontraba completamente sumido en la oscuridad absoluta, y podía escuchar mi estomago gruñir debido al hambre que comenzaba a sentir. Solté un suspiro y cerré un poco mis ojos, aunque sabia que no conseguiría el sueño, mi cuerpo se encontraba tenso, alerta ante cualquier movimiento a mi alrededor.

Esa fue una larga noche.

Y para la mañana siguiente, el panorama no mejoro, si, estaba en el bosque, pero no reconocía nada de lo que me rodeaba, como un idiota, comencé a gritar, aunque eso podía llegar a atraer a los animales, sin embargo, la expectativa que pasar otra noche en ese lugar era aun peor.

Intente subir a un árbol y observar desde allí, falle en el intento, pude subir el árbol, sin embargo, las ramas que se encontraban cercanas a la cima cederían ante mi peso, por ende, pude observar un poco, no lo suficiente como para reconocer nada o ver mi casa, incluso con ver el templo me encontraría a salvo, pero no había mas que arboles a mi alrededor.

Siendo sincero, no sabia con certeza si en ese caso debería quedarme en un sitio y esperar a que alguien me encontrase o continuar caminando sin rumbo alguno. Crecer cerca de un bosque no significa que sepas realmente sobre supervivencia en caso de perderte en uno, en especial si desde pequeño te han prohibido bastantes cosas con respecto al lugar.

CuriosidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora