Mi propia estrella

Un Tipo Desconocido

Un par de horas después el avión aterrizó, ahí me comencé a sentir cada vez más nerviosa me encontraba en los Angeles y no conocía a nadie, a pesar de saber inglés a decir verdad nunca fui muy sociable con los demás, así que comencé a buscar hoteles por Internet, con una ligera esperanza de encontrar en ese lugar a alguien con al menos una situación similar a la mía, imposible, pensaba, aun así, estaba un paso más cerca de lo que quería en ese instante saltar a la fama y que la gente supiera mi nombre, todo el mundo.

Envuelta en mis pensamientos no logre percatarme de que detrás mio se había situado dos hombres, con un porte bastante siniestro, mi instinto me dijo que saliera de ahí, así que cogi mi maleta, pero uno de ellos me detuvo en seco por el brazo, quede totalmente paralizada por el miedo no conocía mucho de leyes o las reglas del país pero creí que me deportarian por el mero hecho de ser mexicana, acababa de comenzar no podía acabar así y menos en ese instante.

Sin decir una palabra me encaminaron hacia afuera del aeropuerto, comencé a sentir como toda la sangre se me helaba tenia un miedo profundo y el corazón acelerado, de manera rápida me safe de ellos dejando mi maleta atrás, corrí sin mirar atrás, con la respiración entrecortada y siendo incapaz de gritar por ayuda, en ese instante todo se me nubló y sin percatarme de ello ya estaba en otro lado; más tarde caí en cuenta de que se trataba en realidad me había desmayado, no había nadie a mi alrededor así que me incorpore y eche una vistazo y note que estaba vacío, la sensación qué me provocó me dejo helada.

En ese momento apareció un hombre con un finta demasiado elegante, de mediana edad y complexión latina y robusta, de donde vengo nada bueno puede suceder en una situación cómo está, así que grite por ayuda pero fue inútil.

Tu eres Dulce Martínez? - me preguntó

Si, soy yo - respondi entre tartamudeos

Entiendo qué te encuentres asustada, pues no te he visto desde que eras una niña - me dijo con media sonrisa en el rostro

Aquellas palabras me dejaron confundida..

Tu madre me ha llamado una vez que se percató de que te habías ido, ella sabía que vendrías aquí - me dijo con un aire un tanto melancólico, continuó - soy tu tío uno de los capos de los carteles qué residen en California, mi hermano no esta en una etapa terminal, así que lo menos que podría hacer era apoyar a su querida hija qué escapó de casa.

Esas palabras me hicieron sentirme avergonzada ya qué sabia que solo había pensado en mi, alze la vista y con fuerza y desconfianza le dije:

Y porque debería confiar en ti - dije ya con un poco de cólera - no volvere a casa si eso quieren.

Mira no tengo intención de ser tu amigo, lo único que te diré es que te prestare para tus colegiaturas en un colegio privado de bellas artes aquí en California, quiero que te quedes en un lugar donde puedas estar segura es un internado - me dijo, sosteniendo un folder entre las manos

Esto es una broma? - pregunte aun incrédula aunque a decir verdad fascinada por aquella oferta

No, obvio me pagaras cada centavo, aunque te cueste la vida entera - me entrego el folder, eran formatos para el colegio

Si, lo prometo, siempre y cuando me involucre solo a mi - asintió con la cabeza, firmo un cheque por una gran suma de dinero y me lo entrego

No te daré más hasta final del semestre, tendrás que arreglartelas - me dijo mientras daba la vuelta - vendrá alguien a recogerte así que deja de llorar.

Sin percatarme de ello me seque la cara y le seguí a distancia...