Capítulo 2

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El mar chocaba contra las enormes rocas. Estaba sentada sobre una de ellas. El aire frío le hacía revolotear el pelo y hacia que sus mejillas se enrojecieran. Los fuertes vientos levataban arena de la playa, Ruth apretó sus ojos para no llenarlos de arena. Cuando los abrió de nuevo se encontraba en hospital. Ese horroroso hospital. La paredes se veían mas blancas y los pasillos estaban desiertos. Comenzó a caminar hacía la puerta que estaba en el fondo, la única puerta que se podía ver, era blanca y se confundia con las paredes, el pomo era plateado. Entro en la habitación. Al frente de ella había una interminablr fila de mujeres, todas con un bebé en los brazos. Donde se supone que comenzaba la fila estaba la enfermera Matilde, se veia más joven, llevaba su rojizo cabello suelto, aunque ahora se veía más naranja, y las facciones de su cara eran suaves, no se notaban arrugas alrededor de los labios o de los ojos. Ella estaba recibiendo a todos los bebés de la mujeres y los metia, a cada uno en una pequeña camilla. Le estaba diciendo algo a una mujer que queria negarse a entregar a su bebé. Ella no lo entregaba. Unos hombre vestidos de uniforme militar la agarron por los brazos y se la llevaron. Ruth cerró la puerta detrás de la fila. Ya no estaba en el hospital. Estaba en una enorme casa. El recibidor era enorme y una escaleras crecían al frente de ella. Comenzó a subirlas, estas se hacian eternernas. Entro en la primera habitación que vio. La mujer que se habia negado a entregar a su bebe estaba allí. Estaba hablando con alguien, por el movimiento de sus labios, pero nadie estaba en la habitación, solo ella. De la nada salió una niña, con un vestido floreado, se acercó a la mujer. Ella dejó de hablar y tomo a la niña en sus brazos, aunque ya se veía grande para ser una niña de brazos. La niña recostó su cabeza en el pecho de la mujer, mientras ella le decía: <Tranquila, te prometo que no volveras a ese hospital mientras yo siga viva> La niña levanto la cabeza y le dedico una sonrisa. <Mi pequeña...

Se despertó de golpe, había sentido minutos antes que alguien la tomaba por los pies. En ningún sueño anterior había existido un dialogó, siempre eran las misma imagenes, la misma playa desolada, el hospital, la mujer, la enfermera Matilde, y esa niña. Abrió los ojos y se encontro perdida, como todas las mañana. El entorno estaba oscuro y poco a poco enfrente de ella se fue formando una silueta. Y luego otra, un poco mas pequeña.

-¿Estás bien? -dijo una voz grave, que provenia de la silueta mas grande. Ruth asintió con la cabeza. No era capaz de articular una palabra. La silueta mas pequeña se acerco y se ubico a su lado. Pudo ver el rostro, era una mujer, de unos cuarenta y tantos años, se notaban algunas arrugas alrededor de los ojos, tenia la piel palida y el cabello negro con algunos tonos de grisáceo, sus ojos grises y brillantes. Las características de su cara indicaban que, durante su juventud era una bella mujer, pero el tiempo fue apagando poco a poco su belleza.

-Darren te encontró en el bosque, te tropezaste y caiste, te golpeaste un poco la cabeza, y luego caiste rendida. -dice la mujer. La miro por un minuto y luego miró al hombre, Darren, como lo habia llamado la mujer. Poco a poco fue viendo su rostro, era moreno, con el cabello algo canoso como el de la mujer, la nariz algo puntiaguda y sus ojos marrones eran pequeños y achinados. Le sonrió. -Mi nombre es Samantha. -dijo la mujer. Ruth apenas escucho lo que dijo. Le dolia la cabeza.

-¿Por cuánto tiempo he dormido? -dice Ruth a Samantha.

-Llevas dormida todo el día. -dijo Darren. Su voz era grave y ronca. Abrió los ojos, con sorpresa, no era normal dormir todo el dia. -¿A dónde ibas a esa hora? -Ruth duda un momento. No podía decirle que se habia escapado del hospital porque la llevarían de vuelta.

-No lo sé. -responde, era verdad, nunca tuvo un destino planeado. -No puedo recordar nada. -claro que no. Para ella era casi imposible.

Darren le da una mirada a Samantha. Y esta mira a Ruth y le dedica una sonrisa.

-Puedes quedarte un rato más hasta que te sientas mejor. -dice Samantha. -No. -responde Ruth rápidamente. -Yo me tengo que ir. Les agradezco por ayudarme. -termina y se levanta de donde estaba sentada. En ese momento se dan cuenta de que sus rodillas no responden bien y cae al piso. Samantha la ayuda a sentarse de nuevo.

-Vas a quedarte -dice Samantha. -Necesitas comer algo. -termiba de hablar, se levanta y se pierde en la puerta que lleva a la cocina. Ruth mira sus rodillas, se rasparon y hay sangre seca. Nunca se había herido. Cree. Se recostó en el sofá donde estaba, tomo un respiro y y cerró los ojos esperando a que la oscuridad y que la falta de memorias llegaran. Pero habia algo en la oscuridad. Un rostro. Una mujer. La del sueño. Lo recordo. La recordo.

Luego, un susurro. <Ruth... Estoy aquí>

Pasado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora