Matrimonio entre extrañas.

Capítulo 6

Habían pasado dos meses que Anna había tenido su primer celo. Por lo que sabía se casaría dentro de una semana, estaba más que nerviosa, ya se estaban preparando los decorados y los detalles.
Anna también debía ir junto a un sastre para medir el traje con el cual se casaría.
La pelirroja le puso incontables rostros imaginarios a su futura esposa, inclusive rió al imaginarse que era una mujer Barbuda.
También sentía como la ansiedad le apretujaba el estómago al menos dejaría de estar sola y tendría compañía de alguien pero hasta ahí.
Se probó el traje y le quedaba a la perfección era de color negro con bordes rojos y hombreras con flecos amarillos, pantalón negro y botas del mismo color. Todo iba bien y se resignó a su destino.

Cuando llegó el día de la boda parecía que estaba más que nerviosa, no había dormido la noche anterior y no paraba de tratar de imaginar como sería el rostro de su esposa. Cuando se vistió por completo se observó a si misma en el espejo de su habitación, sonrió porque la ansiedad la estaba matando, al salir de su habitación observó la impecable decoración de telas blancas que había alrededor y un montón de gente  unos cuantos rostros  conocidos y otros más desconocidos pero eso sí toda persona con la cual se tomaba la felicitaba como si hubiese logrado algún récord mundial.

Pensó para sus adentros que los humanos somos tan de tradiciones tontas el hecho de casarse por obligación no era algo para celebrarse, simplemente era un acto político.
Cuando ya eran las once de la mañana ya todos empezaban a ubicarse en los asientos  ya que la boda sería a las once y media de la mañana, Anna no podía sentirse más tonta ahi en el altar frente al juez esperando y siendo juzgada por miles de ojos y también se encegaba por el flash de las cámaras ya que esto probablemente sería noticia mundial.

Comenzaba ya a ser casi las doce, faltaban cinco minutos para el mediodía. Anna pasó de la ansiedad a la ira , realmente sería humillada de esta manera, apretó los puños pero aún mantenía su sonrisa pero en sus verdes ojos transmitía ira que se podía percibir aún sin tanta empatía y sin darse cuenta sus colmillos salieron.  Cuando en el último segundo antes de darse media vuelta se abrieron abruptamente las puertas del castillo y ahi apareció su futura esposa, ella estaba con un vestido blanco al cuerpo al estilo sirena pero tenía una cola larga, sus pechos estaban cubiertos por encajes y perlas,su diminuta cintura estaba bien contorneada por el vestido,  tenía mangas cortas y se podían ver sus pálidos brazos y un tul blanco que cubría su rostro, en un brazo estaba sosteniendo un ramo de rosas rosadas y por el otro era sostenida por un hombre corpulento con canas y abundante barba pero elegantemente vestido con un atuendo militar de gala de color verde, cuando la novia se pero en frente de ella hubo un silencio sepulcral interrumpido por el juez diciendo las típicas frases pre matrimoniales, Anna no pudo evitar sentir que su nerviosismo volviera pero le intrigaba ver el rostro de la pequeña mujer que estaba en frente.

Cuando Anna terminó de decir el acepto y firmó aquel papel hubo una pausa en la mujer que tenía adelante que también dijo un acepto vacilante y cuando tomo la pluma y comenzó a firmar, la alfa pudo ver sus pequeños dedos era una buena señal con ese cuerpo y manos que parecían etéreos  no podía ser una vieja bruja.  Anna le colocó la alianza en el pequeño y pálido dedo anular de su aún desconocida esposa y cuando le tocaba a su esposa ponerle el anillo sintió la torpeza en sus movimientos.
Llegó el momento de besar a la novia, al fin Anna podría ver quien sería su esposa, cuando alzó el velo quedó petrificada.