Capítulo 12

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A duras penas Anna se mantuvo en pie, necesitaba un soporte, era consciente que probablemente se había fisurado el fémur derecho, la omega se aferraba a ella ayudándola a caminar, a pesar del dolor no pudo evitar sonreír, el olor de Elsa era delicioso y transmitía calidez a la vez.
- Creo que debemos ver si hay alguien que pueda ayudarnos- expresó la omega con un semblante cargado de preocupación.
- No quiero que vayas sola a exponerte, quien dice si no hay tribus caníbales por aquí, ni sabemos en qué parte del mundo estamos ahora- respondió Anna.
- No soy débil ni tampoco me expondré pero debo al menos ir a ver si hay algún lugar para refugiarnos, además tu no puedes siquiera dar un paso sin verte terriblemente adolorida.-
Anna solo asintió ya que no podía refutar pero le molestaba no poder ser útil en esta situación, se sentó bajo un cocotero y espero a su omega.
Sin darse cuenta volvió a quedarse dormida se despertó y vio que ya estaba atardeciendo, se sentía sedienta y debil, se incorporó a duras penas también sentía una preocupación inmensa por Elsa que no estaba volviendo y si le pasó algo o le mordió alguna alimaña ponzoñosa, se desesperó ante esa idea y comenzó a caminar de una manera un tanto lastimera , el dolor era fuerte aún , sintió el fuerte viento helado que era un aviso de que esa noche habría una tormenta y eso sumo aún a su desesperación pero de repente de entre el follaje salió Elsa , tenía las mejillas rojas, estaba jadeando y el olor a celo abrumó a la alfa , su cuerpo reaccionó ante tal aroma, Anna también comenzó a jadear, sus colmillos hicieron acto de presencia ,desvío la mirada mientras Elsa se acercaba.
- No hay nadie en está isla... Pero yo me he topado con una choza a metros de aqui, está vacía así que supongo que podemos pasar la noche allí, también he juntado en ese lugar bananas y cocos para que podamos comer algo- dijo Elsa mientras pegaba su cuerpo al de Anna ofreciéndose como soporte.
- Em ... Muchas gracias por todo... Me siento mal por no haberte ayudado- respondió Anna evitando mirar a Elsa y apoyando su brazo sobre la delicada omega. Contenía un poco su propio peso para no lastimarla y ahora no solo le dolía su muslo sino también su entrepierna, ese leve roce entre sus cuerpos y ese aroma tan dulce a fresas le hacían creer que su cordura se mantenía por un débil hilo y que su lado bestial quería emerger.
Apenas llegaron a la choza que estaba hecha de barro y paja, Anna se sentó en el piso y comenzó a romper cocos, la sed era mucha, le ofreció a Elsa para que beba ya que también estaba visiblemente sedienta, mientras Anna acababa de beber toda la agua de su segundo coco sintió como se le abalanzó encima la omega , se sentó sobre ella y comenzó a besar su cuello, Anna sentía un placer inimaginable con ese contacto pero se sintió extrañada ya que la omega era todo mucho menos cariñosa.
- Elsa estás bien? Es esto lo que deseas?- pregunto Anna tratando también de contenerse.
- Esto no es ni la mitad de lo que quiero hacer- respondió Elsa desabotonando la camisa de la pelirroja.
El corazón de Anna latía con fuerza y a una velocidad impresionante, nunca había sentido esto en su vida pero de alguna manera que  fuera Elsa la primera persona con quién intimaria tanto no le molestaba en absoluto.
Elsa le besaba en la clavícula y luego en los hombros para luego subir había su cuello que mordisqueaba suavemente, Anna gruñía no solo por placer sino porque también contenía las ganas de morder y enterrar sus colmillos en esa pálida piel. Anna torpemente despojo a la omega de su camisa y de su sostén, comenzó a besarla también desde el cuello para bajar hacia las zonas sensibles de sus pechos, con una mano acariciaba el pecho que estaba libre de sus labios, la omega gemía y jadeaba. Anna se fijó que había una cicatriz de colmillos en la parte más angular de el  hombro de Elsa y se detuvo en seco y le preguntó: ¿ Tu ya estuviste con algún otro alfa?. La idea en sí cabreo a la alfa pero un lado de ella quería saber la respuesta.
- Si pero realmente eso ya ni siquiera importa- respondió Elsa y antes de que Anna pudiese responder la omega comenzó a besar con lascivia a la alfa, Anna dejo de pensar con coherencia, las feromonas eran demasiado fuertes, la misma Elsa fue quien libero la erección de Anna y se había despojado a si misma de toda su ropa alejándose un poco de la alfa. Anna no pudo apreciar la desnudez de su esposa ya que cada vez estaba más oscuro, la rubia se volvió a sentar encima de ella y la alfa podía sentir su humedad , agarro la intimidad de Anna y se empalo a si misma, Anna podía sentir cada parte de Elsa envolviéndola y la omega se sentía completamente invadida por la alfa pero comenzó a moverse y Anna no podía con tanto placer que su torso se tumbó al suelo y aún con sus manos estimulaba los pechos de la omega, Elsa se tumbó sobre Anna y comenzó a besarla con pasión y Anna se contenía para no lastimarla con sus colmillos, los movimientos de la omega eran una tortura para Anna, en un punto paso por un segundo el recuerdo de las cicatrices en el hombro de Elsa así que Anna termino abruptamente el beso y directamente mordió por encima de la cicatriz de Elsa, la omega solo soltaba gemidos y Anna dejo de morder hasta que sintió el sabor metálico en su boca.
Elsa se sentó de nuevo y las embestidas eran cada vez más rápidas y profundas, Anna la atajaba de las caderas hasta que la primera en contraerse fue la omega y segundos después fue Anna quien dejaba los rastros de su éxtasis dentro de su esposa y aún así podía sentir como Elsa aún palpitaba tanto por dentro como por fuera.
Anna tenía miedo de que lo que acababan de hacer no haya sido un error.

Anna tenía miedo de que lo que acababan de hacer no haya sido un error

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Matrimonio entre extrañas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora