—Tú… este… —Minho se le quedó mirando, estaba seguro de que había un mayor significado en sus palabras
—Quieres a alguien que no puedes tener ¿eh? ¿Es hetero, casado o qué?— Kibum colocó los codos sobre sus rodillas cubiertas de mezclilla y luego reposó su cabeza sobre sus manos las palmas le cubrían la mitad de la cara.
—No seas imbécil, Minho.
—¿Qué se supone que significa eso?
—Imbécil significa: lento, lelo, escaso de razón— como si no supiera lo que significa imbécil ese pequeño idiota…—Kibum.
—¿Qué? —Kibum se frotó el rostro con las manos.—¿Podrías ser honesto conmigo y decirme que diablos te está pasando ahora por la mente? —Con honestidad, esperaba que lo estuviera malinterpretando todo ya habían cometido un grave error, no quería agregarle otro al menos, no asumiría nada para no arruinar su relación podía olvidar lo que había ocurrido entre ellos, bloquearlo en la parte más profunda de su mente y nunca volverlo a visitar sin embargo, no era la única persona involucrada.
—¿Estás seguro de que eso es lo que quieres? Es posible que no te guste lo que tengo que decir.
—Santo Cielo, Kibum no lo hubiera preguntado si no quisiera escucharlo sólo dilo, ¿de acuerdo?
—Muy bien, aquí te va —Kibum respiró profundamente y exhaló lentamente lo miró fijamente y dijo:
—Sabía que eras tú— Minho se le quedó mirando a su reflejo mientras escuchaba los acelerados latidos de su corazón.
—¿Qué dijiste?— Kibum sacudió la cabeza.
—Me oíste la primera vez.
—No creo haberte escuchado bien —era posible que no hubiera entendido apropiadamente, porque entonces eso significaría… Cielos, su cerebro no podía ni comprender el concepto.—Lo hiciste —Kibum se puso de pie y caminó alrededor de la cama abrió la puerta del clóset y sacó una maleta.
—Lo lamento, Minho sabía que eras tú y me gustó.
—¿Qué? Kibum… —una vez llena, la maleta lo atormentaba con lo que estaba a punto de ocurrir si no hacía algo para evitarlo en ese instante desafortunadamente, no sabía que decir.
—No tengo idea que decirte.
—No tienes que decirme nada, me voy.—Kibum, no quiero que te vayas todo lo que necesitamos hacer es hablarlo y olvidarlo no tenemos que permitir que esto arruine nuestra relación.
—No puedo olvidarlo, Minho, ni siquiera quiero intentarlo.
—Yo…—Bajó la cabeza y sus hombros comenzaron a temblar Minho se puso de pie y caminó hacia su hermano, incapaz de quedarse sentado y verlo llorar sin hacer algo al respecto tenía una mano sobre el hombro de su hermano y lo apretó.
—Oye, buscaremos una solución, todo estará bien— Kibum se alejó inmediatamente.
—No me estás escuchando.
—Sí, lo hago.
—¿En serio? ¿Entonces no te molesta lo que hice? Hoy ni siquiera fue la primera vez solo la única ocasión en la que te diste cuenta.Minho dio un paso hacia atrás.
—¿Todas las veces anteriores?
—Sí.
—Pero escuché que le dijiste a Taemin acerca de un sujeto que se sentaba ahí los viernes y que practicaba felación gratis.—Sabía que estabas escuchando, me lo inventé.
—¿Por qué diablos harías eso, Kibum? no tiene sentido.
—Claro que sí, sabía que aprovecharías la oferta si no había compromisos todo lo que tenía que hacer era llegar y esperarte— lágrimas comenzaron a acumularse en los ojos de su gemelo y estas se esparcieron por sus pestañas haciendo que el líquido atrapara la luz y brillaran como hojas verdes llenas de rocío.