Capitulo 4

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La resignación en la voz de Minho rompió el corazón de Kibum observó a su reflejo, preguntándose lo que debía decir si debería admitir que estaba enamorado de su gemelo o pretender que esto era una perversión sexual y dejarlo antes de poder causarle algún daño como fuera, esta vez había arruinado la relación que tenía con su hermano.

¿Se atrevería a presionar su suerte y tratar de crear algo que sólo había imaginado posible en sus fantasías más privadas? este podría ser el momento en el que sus sueños se podrían volver realidad, o el momento en el que su hermano le diera una paliza, dejara su cuerpo para podrirse y ser comido por las moscas su nariz ya estaba adolorida por el golpe que había recibido hacía un momento.

Sin embargo, al analizarlo, no estaba seguro de querer cambiar las cosas meses atrás, después de que su último novio lo dejara por haber gritado el nombre de Minho durante el sexo, sabía que algo tenía que cambiar una vez aceptó que no había nadie que lo podría hacer sentir de esta manera, a excepción de su gemelo, no tenía sentido continuar buscando al hombre ideal no había ningún hombre en este mundo que pudiera compararse a Minho.

Aunque, no podía continuar viviendo con su hermano, amándolo a la distancia, y pretendiendo que todo estaba perfectamente bien cualquier otra persona se habría mudado y tratado de distanciar de la tentación, pero Kibum no podía tolerar el
separarse de su gemelo en vez de irse, había planeado la forma de como poder saborear a Minho, esperando que de esta manera pudiera ser curado, o que fuera lo suficiente para no tentarlo más la fruta prohibida jamás había sabido tan dulce… hasta cuando fue descubierto esperar a que Minho regresara a casa fue lo más difícil que tuvo que hacer o quizás lo segundo más difícil, lo primero siendo esta conversación.

Había llegado así de lejos, lo mejor sería confesar todos los secretos de su alma la pregunta de Minho continuaba repitiéndose en su cabeza “No quiero que te marches, ¿Qué tengo que hacer para evitarlo?”.

Kibum respiró profundamente, tratando de acumular su valentía.

—Te deseo por completo, yo… —levantó la mirada y la fijó en Minho.
—Sé que probablemente esto no era lo que esperabas escuchar, pero he estado enamorado de ti por tanto tiempo que no quiero pretender querer menos que eso.

—Yo también te amo —la expresión de Minho se suavizó, aunque la preocupación se mantuvo.
— sabes eso…

Kibum podía escuchar el “pero” que le seguía. Pero antes que pudiera pronunciar tal palabra, se levantó de la cama y se arrodilló frente a su hermano lo miró fijamente y trató de demostrar cada emoción que sentía por su gemelo y expresarla a través de su mirada.

—Por favor, Minho te lo ruego no me rechaces.

—Jamás haría eso —Minho acarició su rostro.

—Te necesito tanto —volteó el rostro y besó la palma de Minho— Dime que te gustó mi boca alrededor de tu pene mientras lo chupaba. Sé que así fue.

—Mierda, Kibum… —los parpados de este se entrecerraron— No deberías decir cosas como esas.

—¿Por qué no? —Acarició la línea de la vida con su lengua y luego comenzó a lamer la piel entre su pulgar y dedo índice

—Es como me siento te deseo, Minho, más que como un amigo o como un amante te deseo por completo.

—Cielos, Kibum, no sé…— Ligeramente alentado, Kibum se acercó recorrió los mulsos de su hermano con sus manos y masajeó los músculos.

—Te preocupas demasiado Minho— tembló.

—Alguien necesita pensar con claridad.

—¿Por qué? —Sus ánimos se alegraron un poco cuando el pene de Minho se endureció sintiendo valor, recorrió con la yema de su dedo el largo y grueso miembro debajo de la tela.

Gemelos - MinkeyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora