Queen Week 2020

Happy with you

Día 2

Tema: bosque

Shipp: Dealor (John Deacon x Roger Taylor)

Etiquetas: NSFW

Era una tarde soleada del verano de 1979. Tenían unos pocos días hasta tener que partir para grabar su siguiente álbum y los más jóvenes de la banda decidieron alejarse por unas horas de la ciudad para juntar energías para el trabajo que les aguardaba.

Unas horas perdidos por las rutas inglesas no les vendrían mal. Juntaron algo de comida por si les daba hambre, algo de beber y partieron. Emprendieron el viaje y Roger se encaminó hacia un lugar al que solía escapar que John no conocía.

Fueron aproxidamente dos horas en el carro. Hubo risas, algunas anécdotas, pequeños silencios que para nada eran incómodos y miradas. Muchas miradas. Algunas poco discretas de parte del castaño que veía al rubio conducir con una sonrisa boba en sus labios. A veces, el mayor las correspondía y otras se mantenía concentrado en el camino.

Roger estacionó el auto y ambos bajaron para encontrarse en un pequeño bosque, donde parecía que la única compañía serían sólo un par de aves que se posaban en los árboles. Pronto se echaron sobre el manto de pasto y John tomó aire entrecerrando sus ojos para protegerse del sol que se colaba entre las hojas del árbol que los cubría.

— Ven aquí,— susurró el bajista, tomando a su novio de las manos y atrayéndolo hacia sí mismo, acercándose él también para recostar su cabeza en su pecho.

Se quedaron abrazados mirando el cielo respirando aquel aire puro y tranquilidad que les otorgaba el lugar. Roger acariciaba con suavidad el brazo de Deacon, que se dejaba mecer por el vaivén de su pecho.

John alzó la cabeza y se acercó despacio a besar los labios ajenos, siendo correspondido casi inmediatamente. Aquel roce que comenzó como algo dulce y sin prisa, comenzó pronto a aumentar la intensidad y cuando quisieron recordar Roger estaba sentado y el menor a horcajadas sobre su regazo, rodeando la cintura con sus piernas.

La lengua del mayor investigaba sin restricción la boca ajena y acariciaba cada rincón del cuerpo del contrario. Sus labios bajaron hasta su cuello y comenzaron a succionar la pálida piel del cuello del castaño.

El juego continuó por unos momentos, caricias, suspiros y besos. Se fueron deshaciendo de sus prendas y luego de preparar a John, el rubio lo recostó sobre el césped abriéndose paso entre sus piernas y besándolo con dulzura mientras se introducía con cuidado en su interior. Un gemido incómodo abandonó los labios del bajista y contuvo el aire por unos segundos. Cuando se relajó, el mayor comenzó a embestir lentamente, aumentando la velocidad luego de unas cuantas estocadas.

El sudor se hizo presente en las frentes de ambos amantes. Una de las manos de Roger se encontraba pronto rodeando la erección del menor y masturbándolo al ritmo de las embestidas que daba. Así ambos alcanzaron el orgasmo en unos minutos y el rubio se dejó caer sobre el cuerpo debajo de él antes de recostarse a su lado y abrazarlo otra vez.

Se miraron con las respiraciones aceleradas y sonrisas de satisfacción en sus rostros. Taylor limpió unas gotas de sudor de la frente de su novio y acarició su mejilla.

Luego de limpiarse y volver a vestirse, buscaron la comida que habían llevado. Pasaron el resto de la tarde recorriendo el campo, caminando con sus manos entrelazadas e intentando reconocer las especies de las aves que alcanzaban a ver.

Luego de algunas horas el atardecer se hizo notar y decidieron que era hora de regresar a casa.

—La pasé de maravilla hoy, amor,— susurró John acurrucado en el hombro del mayor.

—Yo igual,— besó su frente y, con la caída del sol, regresaron a casa.

Buenas! Aquí les hago entrega de mi segundo aporte a esta bella Queen Week.

El título surgió de una canción de Paul McCartney, de su último disco (Egypt Station). Es la única canción del álbum que me gusta, pero igual lo escucho porque lo amo demasiado.

No más distracciones, no podía parar de cantar la bella melodía de mi bebé, así que la tomé prestada como título.

Nos leemos mañana!