CAPITULO 5

45 4 0
                                    

-¿Enserio?,¿ligando? Trataba de ser "sociable"-

-El tipo estaba......-

-John...-

-Si él, John. Quería huir de allí, y yo, fui su salvación- se acomodó en la cama con su celular en mano.

-Bueno, como sea- sacudí las manos restándole importancia -Yo quiero esa cama- lo señale.

-Claro que no te la daré, tarada...-

-Infantil...

-Anti-social....

-Egoísta....

-Berrinchuda

-¿Vamos a la playa?- pregunté cuando miré  por la ventana que daba directo a la playa, era hermosa.

-¿Qué?-preguntó confundido por el cambio rápido de la conversación.

-Lo que escuchaste, quiero ir.-

-Estoy cansado. Ve tu sola-

Volteó y lo miro con una ceja alzada.

-Sabes que mamá no me dejará ir sola, y no creo que ella me quiera acompañar.

-Isabell, estoy cansado, ¿no entiendes?, otro día será- puso su celular sobre su pecho y se cubrió la cara con su brazo derecho.

-¿Por favor?- hice un pequeño berrinche y baje un poco el tono de mi voz.

-No-

-¿Por favor?- repetí más amable.

-No- dijo en tono seco.

-Por favor- junte mis manos

Él sólo negó

-Por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor y te perdono los golpes que me has dado- guarde silencio para escuchar su respuesta.

-Gracias por la oferta, pero estoy cansado y sólo quiero dormir-

Y es lo que yo menos quiero hacer.

-Por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor- comencé a decir varias veces para ver si así podría lograr algo.

Pero él sólo negó una vez para dar a entender que estaba siendo infantil.

-Por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor- seguí, y algo se me ocurrió.

Camine y brinque a la cama de Sebastián y seguí diciendo "por favor".

Es increíble la energía que tengo en este momento, no estoy cansada sólo quiero conocer más, pero él no esta de acuerdo conmigo. Y yo seguí brincando.

Empecé a confundirme con las palabras y decía "pro favor" o "fra vor", y brinque un poco más lento ya que me estaba confundiendo.

-¡Por favor!- me corrigió enfadado.

-Ooh, gracias- y seguí.

De pronto sentí su mano en mi abdomen y me lanzó hacia atrás cayendo de espaldas y por culpa de la fuerza, rebote. Se sintió raro, pero fue divertido.

-¡Callate ya!- me gritó en mi cara y se subió sobre mi, sacando el aire que me quedaba en mis pulmones.

Por unos segundos no pude quejarme por falta de aire. Trate de quitarlo de encima pero no lo podía lograr.

-Sebastián no puedo respirar- me queje.

-Yo no puedo dormir- se defendió.

-¡Entonces llévame a la playa!- grite eufórica.

¡Pudiste haberlo dicho!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora