Parte 2

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"A veces el amor une a dos seres que no saben nadar y que viven en dos islas distintas"
Noel Clarasó


A la hora de almuerzo el sol brillaba sobre la ciudad despeglando los rayos más abrasadores de la mañana. Casey estaba en la fila para elegir la comida cuando sintió que alguien tocaba su hombro.
—¿Nos sentamos juntos? —ella aún no comprendía por qué Niall le hablaba con tanta confianza, como si ella no fuera mala. Todos los observaban disimuladamente, esperando la respuesta con la misma ansiedad que Niall. Casey le sonrió y asintió con la cabeza. Por alguna razón ya no estaba tan interesada en hacerles creer una mentira a los demás y si alguien se burlaba, le rompía los dientes.
Eligió una hamburguesa y un jugo de naranja y los dejó en su bandeja. Cuando se volteó para buscar la cebellera rubia de Niall tuvo una desagradable imagen a unos metros de distancia: Katty estaba sentada en las piernas de su novio besuqueándose como si el mundo se fuera a acabar. Se le quitó el apetito de sólo verlos.
Se acercó hasta la mesa de Katty con toda la intención de arrojarles el jugo encima para arruinarles el espectáculo, pero desistió de hacerlo al ver que Niall estaba tres mesas más allá, agitando su mano para llamar su atención.
Resopló y pasó de largo.
A Niall lo acompañaban dos chicos: uno de cabello rizado y otro moreno. Casey hizo una mueca, no se le había pasado por la cabeza que Niall tuviera amigos. Se detuvo antes de sentarse, no quería ver como esos chicos se oponían a su llegada.
—Chicos, ella es Casey. Ellos son Harry y Zayn —los presentó Niall. Definitivamente no se sentaría con ellos, sólo se produciría un silencio incómodo y terminarían por irse a otra mesa. Necesitaba decir algo antes de que ellos lo hicieran.
—¡Oh, tú eres la chica que golpeó a Dylan, el del equipo de fútbol! —exclamó de repente el rizado, Harry. El otro chico asintió con una sonrisa y aplaudió.
—Eres nuestra heroína —dijieron los dos. 
Casey no sabía porque estaba tan soprendida. No sabía si era porque esos chicos la miraban con normalidad, porque no se asustaban o porque no tenían ni la más remota idea de quien era ella.
—¿De verdad consideran que golpear a otra persona es digno de una heroína? —les preguntó. Niall iba a responder, pero Harry se le adelantó.
—Por supuesto, Dylan es un estúpido. A principio de año escondió mi ropa mientras me duchaba, a Zayn le robó su tarea de matemáticas y a Louis lo echó del equipo.
Louis, ella conocía a ese chico. Así que Niall era amigo de Louis.
Soltó una carcajada al recordar cuando golpeó a Dylan en medio del campo de fútbol, cayó al suelo como una niña y se puso a gritar de dolor. Los otros miembros del equipo la rodearon con el deseo de vengarse hasta que uno de ellos gritó "¡Oh por Dios, es Justin Bieber!" y todos se giraron a ver donde se suponía que estaba. Louis le hizo señas para que escapara y Casey se fue corriendo hasta perderse lejos de la escuela.
—Yo conozco a Louis —les dijo. Ellos se miraron entre sí, preguntándose por qué su amigo no se los había dicho—. Y creo que también sé por qué lo echaron del equipo.
—Interesante. Así que Louis te conoce y ni siquiera se le ocurrió comentarlo —espetó Niall. Harry rió y lo golpeó en el hombro, Zayn hizo un gesto con la mano para que se sentaran. 
Casey se quedó de pie. Algo no estaba bien en todo esto ¿Por qué de repente unos chicos se comportaban como si nada con ella? ¿Es qué no tenían oídos para escuchar las horribles cosas que se hablaban de ella?
—¿Te vas a sentar? —le preguntó Zayn. Ella se sentó distraída y por accidente dio vuelta su jugo de naranja sobre la mesa. Todos se levantaron para no mancharse, excepto Casey que ya tenía una gran mancha mojada en su suéter.
—Lo siento —les dijo ella. Había arruinado su primera conversación normal con chicos de su edad en años.
—No te preocupes —le dijo Niall—. Aunque deberías quitarte eso o te vas a manchar más.
Casey se puso tensa, apretó su badeja hasta que le dolieron las manos controlando los nervios que amenazaban con gritarle a Niall que no se entrometiera en su vida.
—Está bien así, es que soy muy torpe —se disculpó ella.
—Torpe nada, sólo derramaste jugo. Vamos, quítate eso, hace calor y quedarás pegajosa —le dijo Zayn. 
Casey iba a explotar. Le agradaba esto de sociabilizar sin tener que intimidar a alguien, pero por naturaleza era antisocial y le costaba demasiado abrirse a la gente. Y estos chicos la trataban como si se conocieran de siempre. Ella sabía que estaban siendo amigables, mas eso era lo que la estaba enloqueciendo.
—No, en serio estoy bien. Creo que sólo lo limpiaré. Voy al baño —Dejó la bandeja sobre la mesa y se fue corriendo a través de la cafetería empujando a todo aquel que se le cruzara.
Niall resopló un poco decepcionado, Casey le había parecido una chica interesante y creía que siendo simpático lograría quitar esa pared que la alejaba del mundo. Porque si había oído todos los rumores sobre ella, también los comentarios de los maestros sobre su agresividad a pesar de sus buenas calificaciones y miles de cosas más que la tachaban como una chica mala. Sin embargo, él sabía que ningún rumor era cierto hasta que la misma persona lo confirmara, y Casey nunca decía nada, los insultos y el odio le resbalaban.
—Siempre supimos que eras raro, Niall. Pero nunca imaginamos que te harías amigo de Casey Whitmore —dijo Zayn. Niall lo miró confundido, sus amigos no eran prejuiciosos y que Zayn dijiera eso era extraño.
—Amigos no lo sé, ella es muy esquiva —le respondió el rubio.
—Bueno, chicos...—Harry se les unió y los abrazó a ambos pasando sus brazos por sus hombros—. ¿Quién dice que nosotros somos normales? Dale una oportunidad, Zayn. ¿O le haces caso a lo que dicen los demás? Da un poco de miedo, tengo que admitirlo...—Niall iba a interrumpirlo para que no dijiera una estupidez, pero Harry fue más rápido y agregó—: Aunque yo creo que no hay persona en el mundo que se pueda resistir a la ternura de Niall.
Los chicos rieron, Niall con las mejillas sonrojadas. Limpiaron la mesa y se sentaron a comer. Cuando acabaron, Niall guardó en una bolsa la hamburguesa de Casey para entregarsela después.
Detrás de la escuela, en un rincón al lado de los basureros que contenían los desperdicios del almuerzo, Casey estaba sentada en el suelo con la cabeza entre las rodillas. Quería llorar por la misma razón de siempre, la terrible inseguridad que sentía cada vez que hablaba con alguien que deseaba ser su amigo.
—Te odio, te llevaste todo lo bueno que tenía...—maldecía con los ojos fuertemente cerrados.
El rostro de "él" apareció en su mente y no pudo borrarlo por más esfuerzos que hizo. Su recuerdo estaba adherido a ella como su propia piel, cada vez que ella caía en la tristeza "él" aparecía y hacía girar sus pensamientos, retorcia toda idea coherente y la hacía ahogarse en un dolor tan intenso que Casey temía que fuera depresión.
—Te odio, te odio, te odio, te odio...—susurraba.
—¡Miren a quien tenemos aquí! —escuchó de pronto.
Levantó el rostro y vio a cinco chicos que la acorralaban. Pudo distinguir entre ellos a Dylan, el idiota al que golpeó hace dos semanas, y al novio de Katty, Brad. Los otros carecían de importancia para su existencia a menos que intentaran llevarle la contrario, eso los pondría en su lista negra de personas a las cuales odiar.
Se colocó de pie y disimuló las lágrimas que estuvo a punto de llorar, levantó una ceja y sonrió de medio lado.
—Un grupo de inútiles detrás de la escuela, espero que no estén haciendo cosas indecentes, como sacar su lado salvaje contra la pared —Casey rió con sarcasmo para enfadar más a esos chicos.
Dylan gruñó mientras sus manos se hacían puños, sus nudillos estaban blancos de tanta fuerza contenida.
—Y tú, que estás sola... me imagino que cosas harás aquí mientras nadie te ve, porque estoy seguro que a nadie le gustaría acompañarte en tu soledad... —los chicos sonrieron con suficiencia. 
Casey se dio cuenta del doble sentido en la frase de Dylan, pero por un momento recordó a Niall que tan amablemente la había tratado esa mañana, aunque no en el sentido que señalaba Dylan.
—Oh, mira como me pillas. Al menos no tengo sexo con el novio de mi mejor amiga —contraatacó Casey. 
Brad miró sorprendido a Dylan, quien nervioso agregó:
—Por supuesto que no, tú no tienes amigas y él único amigo que tuviste te abandonó —eso fue el colmo.
Casey podía soportar las miradas, los insultos y todo lo demás, pero jamás que hablaran de "él" en su presencia, jamás.
Se abalanzó contra Dylan y lo golpeó en el ojo, los otros chicos la agarraron de los brazos y ella gritó. La sostuvieron justo donde estaban los cortes.
Ella se removió tratando de escapar, pero ellos eran más fuertes. La lanzaron al suelo y Casey se golpeó la cabeza.
—Si tu madre te hubiese enseñado a ser una buena para nada como ella, tal vez no tendrías tantos problemas, Cass —Casey se tapó los oídos, sólo "él" la llamada de esa forma—. Pero como está más preocupada de acostarse con todos los hombres de Inglaterra, se olvidó de educar a su hija.
Escuchó como las risas de ellos se apagaban a lo lejos mientras el timbre de la escuela anunciaba más clases.
Se miró el suéter manchado de jugo y sucio por el polvo del suelo, hacía un calor que no se aguantaba y más encima estaba enojada, muy enojada.
—Me pregunto por qué odiaré cada día un poquito más al mundo —dijo con sarcasmo en voz alta. Se quitó el suéter y lo arrojó a la basura, quedó con sus jeans y su playera negra.
Niall se sentó al final de la fila, en el puesto que ocupaba Casey para su clase de lengua. Se sentía bien poder conversar con ella después de todo ese tiempo sin conocerse, estaban juntos en las mismas clases (absolutamente todas) desde hace más de un año y jamás se había atrevido a hablarle. Debía admitir que el comentario que hizo en el pasillo acerca de sus dientes le dolió, pero algo le decía que no fue su verdadera intención decirlo.
—Niall ¿quieres morir? —le preguntó una chica castaña de enormes ojos marrones. Estaba sentada en la fila de al lado y lo observaba alarmada—. Ahí se sienta Casey, si te ve serás hombre muerto.
—No seas exagerada, Mel. Esta mañana también me senté con Casey y mirame, vivo y en una pieza, no es nada del otro mundo —le dijo él. Mel abrió la boca al no creerle.
—¿En serio? ¿Y no te golpeó o te amenazó?
—Para nada, es muy amable y algo tímida —Niall tenía en cuenta que estaba contando un trozo de la verdad, pero quería dejar bien a Casey frente a Mel, ella era una chica agradable y tal vez, con un poco de suerte, podía hacer que Casey entablara amistad con ella.
—Allí viene, Niall... —exclamó Mel.
Casey iba entrando al salón y hubo la misma reacción que en la mañana, todos se apartaron y se quedaron en silencio mientras ella caminaba. Sin embargo, esta vez el silencio fue sepulcral. Todas las miradas se posaron en su brazo izquierdo, en especial una mirada tan azul como cielo.
—¿Qué haces en mi puesto, Niall? —le preguntó ella a Niall cuando llegó a su mesa. Mel no pudo pronunciar ni una palabra para ayudar al rubio y Niall estaba concentrado observando los cortes en su brazo.
—¿Cómo te hiciste eso? —inquirió él.
—Esa no es la respuesta que esperaba. Te pregunté qué haces en MI puesto.
Niall reaccionó y miró a Casey al rostro. Ella tenía los ojos llorosos y una mancha de sangre en la frente.
—¿Qué te sucedió? —insistió él.
Ella bufó y empujó la silla que estaba al lado de Niall para sentarse. La clase no podía dejar de observar la escena, Casey la chica fuerte que los intimidaba se cortaba y no temía admitirlo.
A pesar de la conmoción, nadie dijo nada. Ninguno se atrevía salvo Niall.
—¿Qué te sucedió? —repitió.
—Nada que te importe. Deja de preocuparte —le dijo ella con amargura—. Y para la próxima que estés en mi puesto sin mi consentimiento, te saco a patadas.
Niall se fijo que Casey aún tenía los ojos tristes cuando le dijo eso. Él espero a que el profesor llegara para que dejaran de mirarlos y así acercarse con la silla un poco más a ella. Casey se dio cuenta y lo miró con mala cara, pero él la ignoró y la tomó de la mano.
—¿Qué crees que estás haciendo? —le susurró ella para que el maestro no la escuchara.
—Te brindo apoyo.
Sintió que se echaría a llorar en cualquier segundo.
Niall era parecido a "él".
Sólo un día le basto para darse cuenta de que a pesar que "él" se marchó, aún existían personas perecidas. Niall era un claro ejemplo, la estaba apoyando en ese momento y el hecho de que hiciera eso provocaba un nudo en la garganta de Casey.
"Te odio, te odio, te odio..." comenzó a decir en su mente.
—No lo necesito —dijo en voz alta más para convencerse a sí misma que a Niall.
—No me importa —contestó él en un leve susurro.
Nadie volvió a mirar a Casey a pesar de la inmensa curiosidad que tenían.
Casey se distrajo toda la clase observando sus dedos entrelazados con los de Niall. No quería admitirlo, pero le agradaba este chico sin importar las pocas palabras que había intercambiado con él.

I Love you (Niall Horan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora