Parte 19

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"Todo inicio tiene un final..."


Liam sintió calor. Mucho calor. No sentía ese cosquilleo desde que estaba vivo. 
Comprendió muy tarde lo que había sucedido. Casey lo estaba matando, su mejor amiga lo estaba quemando.
—¡¿Por qué me haces esto?! ¡Creí que éramos amigos! —le gritó él, llorando por primera vez como un fantasma. El calor subió por su cuerpo y comenzó a extinguirse como humo por el aire, ya no podía ver ni sentir sus pies, la mitad de su cuerpo estaba flotando en el aire.
—¡Tú lo has dicho! ¡Éramos! —y esas fueron las últimas palabras que Liam escuchó salir de la boca de Casey. Las últimas palabras que lo llevarían definitivamente a la tumba.
Cuando los gritos cesaron, Casey ignoró el gran incendio que provocó el haber quemado el árbol. Con eso daba por cerrado ese período de oscuridad en su vida, ese árbol había representado la muerte en vida que tuvo durante tres años. Y al fin había acabado con él, aunque a un costo demasiado alto.
Cuando reaccionó y recordó lo que le dijo Liam antes de incendiarlo, corrió adentro de la casa y se encontró con Niall tirado en el piso. Tenía una gran mancha de sangre en el hombro y un pedazo ensangrentado del florero estaba al lado de su cuerpo. Se agachó y le tomó el pulso, aguantando la respiración y con todas las esperanzas de un milagro.
Contó. Uno, dos… tres.
Niall estaba vivo, Liam no lo había matado.
Casey intentó sonreír, la pesadilla había terminado.

(…)

El funeral de los padres de Niall fue lento y casi tormentoso. Niall no parecía tener expresión facial, se había quedado sentado mirando el suelo todo el tiempo en que las demás personas hablaban sobre su familia y le daban el pésame. 
Casey estaba a su lado, tomando su mano y dándole ánimos. Pero ella más que nadie sabía que eso no servía de nada.
El funeral de Dylan sería en la tarde, Casey tenía pensado ir, aunque Niall no. Él le había dicho que tenía que conversar con sus tíos y atender al resto de sus parientes lejanos. Ella no protestó, si eso era lo que él deseaba, no le llevaría la contraria. 
Antes de partir al funeral de Dylan, besó en los labios a Niall y lo abrazó con fuerza, con miedo de que le sucediera algo malo mientras ella no estuviera a su lado.
—Niall, te amo —le susurró en el oído y lo volvió a besar. Niall arregló un poco su cabello y le dijo que se veía bien.
En el funeral, se encontró con Brad. El chico la miró con rabia, casi con odio. Mas no se acercó a ella ni le dirigió la palabra, sólo se limitó a observarla. Casey no le prestó mucha atención, seguía preocupada por Niall y sus heridas, al final había terminado con el hombro dañado y un fuerte golpe en la cabeza por la caída, cosa que lo tenía un poco aturdido todavía.
Explicarle a la policía lo que había sucedido fue un problema, no era fácil decir que un asesino mató a todos sin dejar rastro. Las autoridades habían dado aviso por la ciudad de que fueran precavidos para que no ocurrieran más accidentes. Al principio creyeron que había sido el mismo chico que mató a Katty, pero lo descartaron ya que él seguía encarcelado injustamente.
Pero Casey sabía que no habría más muertes, Liam se había ido para siempre.
Después de todo lo que pasó, Casey comenzó a culparse, se decía que si no hubiese sido por sus constantes lamentos nada de esto hubiera ocurrido. Aunque después recordaba lo que Liam le había dicho, aquello de estar encerrado en la casa y que sólo cuando ella puso un pie allí fue liberado. Aunque, claro, sólo era una mentira. Quemar el árbol en que Liam se suicidó era el ritual para acabar con su espíritu.
Cuando estaba a punto de irse del funeral, Brad se le acercó. No dijo ni una palabra, sólo le entregó un sobre blanco que estaba dirigido para Dylan. Y ese fue todo el contacto que tuvieron.
Casey no se fue a su casa, quería estar con Niall en esos momentos, pero se demoró un poco más porque la madre de Dylan le hizo preguntas acerca de cómo mataron a su hijo, simplemente no podía dejar a esa mujer consumida en su dolor sin apaciguar un poco su llanto, así que le dijo una mentira y le explicó que Dylan no sufrió al morir.
—Fuiste muy valiente al encenderle fuego a ese árbol para ahuyentar al asesino —le dijo la mujer. Casey se mordió el labio y no dijo nada. No lo había hecho por Dylan, sino ante la idea de haber perdido para siempre a Niall.
Sin embargo, algo peor le aguardaba en la casa del rubio. Llegó entrada la noche, pero sólo encontró a algunos parientes, Niall no estaba por ningún lado.
—¿Dónde está? —preguntó desesperada, quería estar con él, abrazarlo, consolarlo, besarlo. Pero las noticias que le dieron los familiares de él fueron devastadoras.
—Se fue esta tarde a Mullingar con sus tíos, a ellos les concedieron la tutoría y Niall no quería estar ni un segundo más aquí, insistió en irse esta misma tarde —le dijeron, mientras ella contenía la respiración y contaba mentalmente para no ponerse a gritar.
Se había ido sin despedirse.
Ya eran dos perdidas de las personas que más quería en el mundo.
Desde ese día nunca más volvió a tener noticias de Niall. Se había conseguido el número de su casa en Mullingar, pero él se reusaba a hablar con ella con excusas tontas como que estaba en el baño o que estaba dormido. No volvió a escuchar su voz, no volvió a ver su mirada azul que la hipnotizaba, y mucho menos escuchó su risa contagiosa.
Después de un tiempo olvidó como eran esos detalles que le hacían amarlo, aunque nunca cambió ese sentimiento que la sobreponía cuando pensaba en él.
Terminó la escuela y como siempre esperó, se fue a Londres con su padre. Tampoco mantuvo mucho contacto con su madre, en cierta parte porque ella no estaba interesaba y porque a Casey tampoco le importaba, estaba mejor en Londres que en esa ciudad asfixiante donde vivió tantas desgracias. 
Sólo esperaba rehacer su vida, comenzar desde cero.

I Love you (Niall Horan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora