Parte 17

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"Bebamos la tímida lucidez de la muerte
La lucidez polar de la muerte"
Altazor, Vicente Huidobro

Niall dormía, no tenía pesadillas ni sueños. Simplemente dormía. Pero aun así no dejaba de removerse, algo hacía que no se quedara quieto. Algo incómodo.
De pronto, despertó. 
Asustado y con el corazón latiéndole a una velocidad casi inhumana, miró a su alrededor. No había nadie allí, estaba solo. 
Consciente de que ya no podría volver a cerrar los ojos sin sentirse perseguido o amenazado por un ente invisible que le atormentaba cuando intentaba dormir, se levantó y buscó su cámara.
Revisó las fotos que se habían sacado hoy con Casey y los chicos en el cine. Harry iba con una chica a la que llamaban Barbie, y Zayn con otra llamada Connie. Casey no se llevaba bien con ninguna de las dos, ella decía que por más que lo intentara le costaba ser sociable, así que pedía que no la apuraran en hacerse amiga de las chicas o terminaría odiándolas. Nadie le dijo nada, esperarían a que se llevaran bien.
Pero por el contrario, Casey conversaba mucho con Emma y no parecía molestarle. Niall deducía que era porque era la novia de Louis, y Casey le tenía mucho cariño a él.
Miró una foto donde salía él abrazándola, ella sonriendo. Niall amaba su sonrisa, le gustaba pensar que él provocaba esa alegría en su rostro.
Las ramas del árbol del jardín se estrellaron contra el cristal de la ventana, eso sobresaltó a Niall, pero se recompuso en seguida y se dijo que sólo era el viento. Afuera comenzó a nevar, pronto la escarcha blanca cubriría la ciudad.
Se detuvo en otra donde besaba la mejilla de Casey y ella estaba levemente sonrojada. Niall decidió imprimir esa foto para pegarla en su pared.
“No”
La cámara cayó al suelo. Revotó contra la alfombra y se apagó. Niall estaba seguro, apostaría su vida que escuchó a alguien.
“Me gustan las apuestas”
—¡Quién anda ahí! —gritó con el miedo recorriendo sus venas. Era estúpido haber gritado eso, si había un ladrón o un psicópata en su habitación, era obvio que jamás revelaría su ubicación.
Sin embargo, una sombra cruzó su habitación y desapareció tan rápido como la vio.
¿Qué había sido eso? Tal vez la sombra del árbol o cualquier otra cosa. Se estaba volviendo paranoico, desde la muerte de Katty en el baile que no podía dormir por las noches, siempre despertaba a la misma hora -3:16- y de ahí en adelante escuchaba ruidos o creía ver cosas. Las únicas veces en las que podía descansar con tranquilidad era cuando Casey se quedaba a dormir con él.
Se metió a la cama y continuó revisando las fotos, esta vez colocándose los audífonos para no asustarse.

(…)

Dylan entró a la casa de Brad sin dejar de mirar hacia todos lados, no se sentía seguro allí. La madre de su amigo lo recibió en silencio, aún afectada por el ataque hacia su hijo. Dylan subió hasta el cuarto de Brad y lo encontró acostado, jugado videojuegos. Ya no eran los mismos, Dylan enloquecido con la idea de que Liam seguía con vida y Brad traumatizado por las heridas y la muerte de Katty.
—¿Noticias? —inquirió Brad, sin apartar la mirada de la pantalla.
—Culpable —le respondió Dylan. Brad asintió, aunque no del todo convencido.
—Sé que no fue él, no tenía ningún motivo —dijo después de unos segundos de silencio.
—Lo sé, también lo creo, pero todos lo vieron. Me hubiese gustado estar allí… —murmuró Dylan.
Brad lo encaró furioso, ¿desear presenciar la muerte de su novia? Fue la escena más aterradora que haya visto en su vida y no se iba ni se iría jamás de su cabeza, cada vez que cerraba los ojos podía ver el cuello abierto de Katty.
—Pero no te preocupes, haré que el verdadero asesino pague por lo que hizo.
No esperó a que Brad le contestara o estuviera de acuerdo, salió de allí lo más pronto posible y se encaminó al centro la ciudad, tenía cosas que hacer.
Se detuvo frente a un edificio viejo de comida china, tenía cinco pisos y la dirección que tenía anotada en un papel arrugado entre sus dedos señalaba el tercero. Subió y tocó la puerta indicada, segundos después, una mujer cabello enmarañado le abrió. 
No se tardaron en formalidades ni en presentaciones, ya habían hablado y organizado por teléfono su encuentro.
—¿Trajiste la fotografía? —Dylan asintió y sacó de su chaqueta una foto doblada. La mujer la estiró sobre una mesa y le indicó a Dylan que se sentara. 
Dylan observó con rabia la imagen de Liam, sonriendo para la cámara.
—Cuéntame todo lo que sabes sobre él —le dijo ella.
—Estaba loco, tenía 14 cuando se suicidó en el árbol del jardín de su casa, su mejor amiga estudiaba en la misma escuela, tenía una novia la cual lo engañó con mi mejor amigo. Ella murió hace tres o cuatro meses y él quedó gravemente herido. No sé más detalles, nunca hablé con Liam cuando estaba vivo.
—¿Y dices que ahora es un fantasma? 
—Exacto, estoy seguro de que él mató a su ex novia —la mujer pareció pensar un momento y chasqueó los dedos.
—Si se suicidó, entonces algo lo retiene en la tierra. Pueden ser sus padres…
—No, ellos se mudaron de la ciudad hace un año —le interrumpió Dylan.
—¿Qué tal esa amiga que mencionaste?
—¿Casey? —si Casey era la culpable de que Liam haya vuelto de su tumba, no se atrevería a hacerle daño. Si llegaba a colocarle un dedo encima otra vez, seguro Liam lo mataba.
—O es la chica o es el lugar donde se mató. Puede ser el árbol. Cualquiera de las dos opciones debes destruirlas para que se marche. O matas a la chica o destruyes el árbol. Así de simple.
Dylan tragó duro, ¿matar a Casey? Él no era un asesino, pero había jurado detener a la persona –en este caso, fantasma- que arruinó su vida y la de su amigo.
¿Qué se supone que debía hacer ahora?

I Love you (Niall Horan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora