10 | Otro tiempo más

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Hace cuatro días que no veía a Bryan ni recibía un texto de él, cuando trataba de llamarlo nunca respondía y en serio me preocupaba cada vez más. No fue al instituto por una larga semana y eso equivale a días completamente horribles. Si algo había pasado después, es que tampoco me ha preguntado de mis ideas para su novela y tampoco sé si la misma seguirá en curso. Mi cabeza ha estado llena de muchos pensamientos de los cuales no logro encontrarle respuestas. Por suerte Mackenzie había estado conmigo, y era la única con quién podía hablar de mis preocupaciones. 

Tuve que recoger la nota y la flor que había dejado encima del escritorio antes de que alguien más lo hiciera. La nota la eché a la basura y la flor la guardé en mi bolso para nunca más ser sacada de ahí.

Mackenzie pasó por mi y notaba que no me sentía del todo bien. Y para ser sincera, yo tampoco sabía como me sentía. Estaba molesta, triste, preocupada o incluso todas las emociones juntas. Solo quiero saber dónde está él y saber por qué no me ha hablado más.

El momento se hizo incómodo cuando Lisa se acercó para saludar a Mackenzie, y es que no sabía que cara poner porque estaban en frente de mí abrazándose y diciéndose lo tanto que se extrañaron; realmente no fueron celos... solo incomodidad. Más raro fue cuando Lisa decidió hablarme, y es que de verdad nunca lo esperé y eso hizo que me pusiera nerviosa aunque no fuera nada serio.

- De verdad gracias por no decirle. Sé que es tu amiga y debió haber sido tu compromiso hacerlo. Igual solo gracias. - y me abrazó.

Y fue confuso porque pensé que había preferido la relación de Lisa y Jennie antes que la mía con Kenz, y aunque sabía que esa no había sido la verdadera razón, la idea invadía mi mente a cada rato y me enfurecí, sin embargo por dentro solo quería recuperar la amistad de ambas.

- Todo está bien, Lisa. - le dije.

Aunque no lo hubiese querido, Lisa permaneció con nosotras un largo rato y ofreció ayudarme con el informe de fin de año, algo que agradecí muchísimo. No quise hablar de Bryan delante de ella, por lo tanto la mayoría del tiempo se basó en el silencio, y me entristece porque solía anteriormente contarle todo... ahora tengo que guardar silencio cuando ella está.

Todo esto nos llevo a casa de Alex, y me sentía más aliviada cuando escuché la voz de Bryan detrás de la puerta. Oía la de Alexander también y supuse que no incomodaba; o eso pensé hasta que una mujer abrió la puerta. Ella no era tan alta, con un cabello perfectamente lacio y un acento americano que sonaba como si lo hubiese olvidado. Ellie se llamaba, según pude escuchar tras una conversación que oí al pararme junto a la puerta. Me apené porque no la conocía, no supe hablar delante de ella. Sólo estábamos paradas ahí y Mackenzie detrás. Realmente no dije nada.

- ¡Oh! - expresó Kenzie para romper el silencio. - Mucho gusto, soy Mackenzie, y ella mi amiga ____. Un placer.

Por más gentil que haya sonado, la mujer dejó a Kenzie con la mano extendida y eso me enfureció.

- ____, ¿Quién es ella? -susurró.

- No tengo idea Mackenzie.

Y no pasó mucho tiempo cuando Bryan asomó su cara por la puerta. Y realmente, no era Bryan. Su expresión se notó fría y no sonrió al verme como solía hacerlo, aunque yo sí lo hice y me sentí como estúpida. De nuevo me quedé callada y dejé que el tiempo pasara como si no hubiera mañana.

- ¡Oh! Mucho gusto, soy Mackenzie y ella es mi amiga...

- Él es Bryan, Mackenzie.- le interrumpí y guardó silencio.

Ellie se retiró sin despedirse si quiera, su cara larga daba un sentimiento de que nuestra presencia la estorbaba, igual jamás decidimos irnos.

- ¿Qué ha pasado Bryan?

Al decir eso Kenzie se alejó de nosotros. Bryan suspiró como si tuviera muchas cosas que decir, aunque su única respuesta haya sido: «He tenido cosas que hacer».

- ¿Por qué no puedo saber de tus cosas?

- Porque son mis cosas, ____.

Y dolió mucho.

- A veces te prefiero como mi profesor de literatura. -le expresé.

Y pensé que le había dolido también, porque mi palabra me afectó tanto a mí misma que al poco tiempo me arrepentí de haberla dicho.

- A veces como tu profesor de literatura y otras veces ¿Cómo qué? - su voz sonaba dura, como si lo hubiera enfurecido. -____, actúas como mi novia.

- ¿Y no lo soy? - pregunté con mi interior vuelto trizas.

- Nunca hemos llegado a ese punto.

Pensé en irme porque mis lágrimas ya empezaban a brotar y no quería parecer débil frente a Bryan, igual fue inútil porque no dejó que me marchara. Y de verdad lloraba y lo odié por ese instante, porque sabía perfectamente que después de ese momento no podía odiarlo. Me lastimaron sus palabras sabiendo aun así que tenía toda la razón, y eso dolió mucho más.

Hubo silencio. Mucho silencio. Y se disculpó. Una palabra no hizo que mis sentimientos mejoraran, pero de verdad lo sentía y no podía resistirme a él por más que quisiera. Lo amaba, lo odiaba, quería irme y al mismo tiempo estar entre sus brazos, me odio por no controlar mis deseos.

Chocó su frente contra la mía y suspiraba. Y yo lo hacía también.

- Había algo que no quería decirte todavía. - empezó a decir.- Pronto tendré que volver a Londres, y en serio, de verdad perdón por no informarte porque sé que te preocupas mucho por mí. Sólo no quería decirlo tan pronto.

- ¿A eso se debe tu ausencia?

- No. - había más. - ¿Creíste que no había pensado en ti - sonrió un poco. - No puedo irme tan deprisa, por eso he faltado a la preparatoria y no he tenido tiempo para ti. Ellie puede ayudarme a quedarme otro tiempo aquí. Entiende por favor.

A pesar de que mis sentimientos destruidos siguieran fluyendo, no pude dejarlo ahí y simplemente irme; sentí la necesidad de escucharlo y abrazarlo porque tuve la ingenuidad de que me necesitaba. Y estuve ahí para él. Lo escuché. Y lo comprendí..

¿Esto es un efecto de amar? Porque odio sentirme tan tanto frente a mis emociones; simplemente me dejo llevar por lo que creo correcto. Y él es lo único correcto. 

Dear Lover | Bryan Skabeche Donde viven las historias. Descúbrelo ahora