17 | Superstición parte II

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Y odiaba  Bryan. Realmente lo odiaba. Jamás supuse que al hablar del olor de Londres se refería a alcohol y marihuana. Es difícil pensar en drogas cuando hablamos del Reino Unido, pero sí suele suceder. 

No era un club tan fuera de lo común a USA; similar, quizá un poco más elegante, aunque un poco más drogo también, igual quiero dejar de hablar de eso. Pensaré que iba con altas expectativas, empezando porque Bryan se encontraba muy feliz y desde que subimos al auto a querido hablar conmigo de una noticia según él, y mi corazón late desde mi interior. Quizá y por fin le habían alargado su período de visita a USA y podíamos volar de vuelta pronto; siendo sincera, fue en la única buena noticia en la que pude pensar porque la mala vibra me está matando. 

Mientras entraba al antro pensaba muchísimo más. En si solucionó los problemas con su madre, o si por fin había conseguido un trabajo estable. De ahí no pude con más porque ya me sentía drogada. 

Quería irme, no lo niego, pero me quedé por él y porque sabía que estaba feliz. En ningún momento dejó de sonreírme, y en ningún momento soltó mi mano a pesar de que estaba sudorosa. Jamás dejó de arrimar mi mechón de mi cabello por detrás de mi oreja, yo tampoco dejé de admirar lo hermoso que lucía. Y le agradecí a Alex por haber sufrido ese accidente; fue lo mejor que pudo haber pasado. 

Había calor y la multitud cada vez se hacía más densa. No bailaba, por vergüenza; aunque Bryan me animaba no lo hacía, solo estaba quieta luchando con mi yo interior y la música que explotaba mis oídos. Mi madre por su parte había estado tomando por varios minutos y la sentí tan inquieta que quizás había tomado otra cosa - que no era alcohol - y realmente no me extrañaría. 

Quería un minuto junto a Bryan. A solas. Sin ruido. Quería hablar con él de todo este viaje a Londres y de lo mal que me estaba sintiendo. De lo horrible que me había sentido por haber tratado así a Jennie, y por haber olvidado de nuevo la llamada de Mackenzie, me volví a preguntar a mí misma si está todo bien, y si lo está ¿qué me pasa?

Y mi cara lo expresaba todo. 

- ¿Incómoda? - preguntó él. 

Yo le negué. Y pareció ser un acto que exponía más mi sentir.

- Sí lo estás.

- Te juro que no. Amo el olor a marihuana.

Él sostuvo mi mano y fuimos afuera pasando en medio de tantas personas que creía marearme y perder la noción del espacio por un segundo. Estaba sudando y mi corazón latía de manera sobresaltada. Y perdí de vista a mi madre. 

Afuera todo estaba más fresco y calmado. El sonido se detuvo y el olor desapareció. Mi vida volvió a ser la misma; a la misma del hotel, no la de USA. 

- Sé que esto no es para ti, ____. - empezó a decir. - Sé que odias todo esto, yo... yo solo quería dejar de ser rutinario.

Y le sonreí.

-¿Cuándo lo haz sido, Bryan?

Y se sintió cálido. El abrazo fue reconfortante; lo necesité, lo necesitaba y siento que lo sigo necesitando. Quise reposar ahí por siempre, porque cuando lo tengo en mis brazos siento que ya no hay nada más nada que importe. No hay otro problema que retumbe en mi cabeza, solo el simple hecho de saber que nunca me había enamorado tanto, ¿cómo haré cuando no lo tenga?

- El libro. - dijo.

- ¿El libro?

- Nuestro libro. Ya está.

Y lo recordé. Recordé ese libro del que hablaba. Recordé que gracias a eso lo conocí. Recordé todo lo que empezó por un libro. 

- ¿Ya? - empecé a emocionarme. 

Bryan no dejaba de sonreírme y sentirse eufórico. 

- Sólo falta que la editorial lo apruebe.

- ¡Bryan! - y lo menos que pude hacer fue besarlo. Y revivir otra vez. 

Pero todo acabó ahí. Todo terminó en un beso y una buena noticia, una noticia que arrasó con un buen momento. 

- Muy emocionados por volver a Estados Unidos, ¿no es así Bryan?

Y su voz resonó en mi mente. Aquella vez en la casa de Alexander, junto a Mackenzie. Es ella. Ellie. Estaba ahí, pero no entendía nada y me sentí confundida de ella y la inquietud de Bryan.

- ¿Éste era tu trabajo, no? -  siguió diciendo. - ¿Esto era lo que pasaba?

- Bryan, ¿de qué está hablando?

Pero seguía sin recibir respuestas, seguía estando en el aire sin ninguna explicación de porqué la tensión era tan densa. Sentía que me ahogaba en un vaso sin agua. 

Bryan soltó mi mano y se dirigió a Ellie. Ella se resistió y quiso acercarse a mí. Estaba furiosa, se notaba en su cara el tanto odio que tenía. Bryan por su parte tenía miedo. Yo no sé lo que está sucediendo y solo tengo que esperar a que den respuestas porque mi habla quedó muda. E inició una discusión; en altos de voces no comprendía lo que discutían. Bryan le acorralaba y ella exclamaba mi nombre. Ahora mi mente se pregunta: ¿quién diablos es Ellie para Bryan? 

Me acerqué y apoyé mi mano sobre un hombro de Bryan, y le sonreí, porque supuse que todo estaría bien; le sonreí porque seguía siendo tan ingenua que yo era la única que no lo notaba. Y terminó la pelea. Terminó porque pedí la explicación. 

- ¿No te lo contó? - preguntaba Ellie.  Supongo que no lo hizo. 

Bryan callaba, y no podía mirarme a la cara. Quería buscar respuestas en sus ojos pero nunca me miraron. 

- Conocí a Bryan hace seis años. - empezó a decir. - Lo conocí cuando vino a Londres después de vivir con su padre en Estados Unidos. - Ellie tomó una pausa y miró a Bryan. - ¿O no es así?

Él no dijo nada. 

Yo no dije nada. 

- Bryan y yo nos comprometimos hace dos años. Y lo seguimos estando.

Pero no escuché nada más. Sentí que la música de  nuevo aturdió mis oídos, que el humo colisionaba en mi nariz, sentí marearme de nuevo. Y seguía sin recibir respuestas de Bryan porque él lloraba con la cabeza baja, ¿por qué no era capaz de mirarme cuando yo tenía la esperanza de estar oyendo mentiras? ¿por qué nunca lo negó? estaría dispuesta a creerle si lo hubiese echo.

- Bryan no volvió a Londres para renovar su estancia en América, ____. Él volvió porque supe de ti. Porque me enteré que estabas con él, porque me di cuenta que estabas arruinándolo todo. Te trajo aquí por descaro, ¿nunca lo notaste? - quería que parara, pero no lo hacía. - ¿Cómo pudiste ser tan estúpida cuando tus propias amigas te lo advertían? Estabas tan enamorada que no lo notabas. Siento tanta lástima por ti, en serio. 

Susurraba su nombre. Llamaba a Bryan pero estaba ausente. No exclamó, no lo negó, nunca lo afirmó, ¿qué debo pensar? ¿por qué nunca le hice caso a mi sentimiento de sentirme incómoda? Sólo quería llorar y recordar para arrepentirme. Buscar a mi madre y volar a USA de nuevo. Ya no me importaba qué era lo correcto, no quiero actuar con madurez; solo correr y llorar.

Ellie dio un último paso hacia mí. Apoyó ambas manos sobre mis hombros y empujó el mechón de mi cabello por detrás de mi oreja. Y me sonrió, pero la odié con mi vida. Era el único sentimiento que sentía junto a la decepción.

- Sé que lo amas. - me murmuró. - Sé que no te quieres alejar de él, ____. Pero vete de aquí, vete. 

Y miré a Bryan de nuevo. Y esta vez si me miraba, me miraba con sus ojos vueltos agua. Y me habló con sus labios. No se movía de su lugar, solo me pedía que me fuera. 

Dear Lover | Bryan Skabeche Donde viven las historias. Descúbrelo ahora