Aullidos a la luna

Caos

La barrera cayó, los hechizos volaban a diestra y siniestra, Hogwarts, la buena escuela de magia y hechicería que muchas personas considerarían su hogar ahora era el campo en que se libraba la segunda parte de la guerra mágica más grande de la historia.
Los estudiantes demostraban habilidad, determinación y desicion a luchar por su hogar y creencias.

Los Pasillos así como las afueras del castillo estaban siendo atacadas por mortífagos.
Colin Creevery corría con un mortífago persiguiendolo, no traía máscara, pero aún así no sabía quién era, su varita pérdida en algún lugar del inmenso castillo, corría evitando hechizos a cómo podía, muchos de ellos rozandole. Su nariz estaba sangrando y su brazo dolía cómo un demonio pero todo eso pasaba a segundo plano cuando corría por su vida. No sabía dónde estaba su hermano, y lo mejor que podía hacer ahora era sólo desear que estuviese vivo donde sea que este, que este asalvo y no cómo el, cuyo único talento era tomar fotos, inútil al final.
Un hechizo tremendamente doloroso dio contra su pierna derecha, arrancando un grito de dolor y llevándolo al suelo, giro un poco hasta estrellarse con la pared que marcaba el final del pasillo, con temor vio que su pierna tenía varios cortes profundos que le hacían sangrar a mares, con los ojos llorosos y respiración entre cortada logró arrastrarse para recargarse en la pared, sólo para quedar cara a cara con el mortífago, quien le mostraba uns escalofriante sonrisa en el rostro, su varita en alto.
Se congeló.
Estaba respirando sus últimos alientos, sus ojos estaban llorando sus últimas lágrimas y su cabeza y corazón dedicaba sus últimos pensamientos y latidos a su hermano, sea donde sea que esté. Bajo la cabeza aceptando su destino, bien sabiendo que no podría hacer nada, cerró los ojos esperando su final.
Una risa macabra.

Un rugido, un grito y un sonido sordo.

Colin levantó la cabeza asustado, sólo para ver a su atacante al otro lado del pasillo, inconsciente y sangrando, y parado frente a el, dándole la espalda, estaba nadie menos que el príncipe de Slytherin: Draco Malfoy.

Bajo la mirada por el brazo de Malfoy, sólo para así divisar que en sus manos había unas garras que ahora estaban levemente manchadas de sangre. Draco volteo por el hombro, su mirada chocó con la de Colin, dejando ver a este sus electrisantes ojos azules que brillaban con fuerza y unos grandes colmillos en su boca. Colin estaba en shook, el...el...era un hombre lobo....el hombro lobo que acababa de salvarlo de morir.

Draco se agachó a frente a Colin, regresando sus ojos a ser grises y guardando sus colmillos y garras, sabiendo que así asustaria menos, el  chico nisiquiera se inmutó cuando empezó a revisar su pierna. Draco vio sus heridas con algo de horror, ¿cómo torturar y lastimar niños iba a "purificar" el mundo mágico? Reprimió un gruñir y colocó una mano en la pierna del infante, sólo para cerrar los ojos y jalar el dolor.
Colin estaba en shock, la persona que el creía que estaría del lado oscuro estaba ahí, ayudándole e intentando sanarle.

-¡Draco! -llamó una voz al final del pasillo.

Draco volteo, sólo para encontrarse con Blaise, que corría a toda prisa a donde él, al llegar se agachó, viendo las heridas de Colin

-Llévalo a un lugar seguro donde puedan curarle las heridas.

Blaise le hecho una mirada al Colin, sólo para asentir y levantarlo en brazos sin dificultad y teniendo cuidado de lo herido que estába, Blaise le dedico una mirada preocupada pero Draco asintió. Blaise se fue y Draco tomó su propio camino.

****************

Harry lanzaba hechizos, intentando evitar y lanzar al mismo tiempo, todo el mundo lo miraba cómo un Salvador, tenía que ganar, no dejaría que la muerte de su padre y el sacrificio de su madre fuera en vano. Estaba batiendose al duelo con un mortífago enmascarado, no tenía ojos para nada más, ese mortífago estaba atacando a más no poder, tanto así que no noto el rayo verde que iba contra él hasta que chocó contra un protego que el no invocó. El mortífago que lo estaba atacando cayó con otro hechizo lanzado desde su espalda. Alarmado se volteó, sólo para quedar cara a cara con otro mortífago enmascarado, algo asustado vio a los ojos del mortífago, tratando de ver dentro de la máscara, pero entonces se pudo divisar un brillo azul intenso, un electrisante brillo azul, vio con las atención para ver la cabellera rubia y larga que caía por los hombros del mortífago.