El día que me enamoré • [BGyeom]

Capítulo catorce.

Los días luego de ese día se habían vuelto más normales. JaeBum y JinYoung seguían sin soportarse pero lo importante era que JaeBum y YuGyeom habían vuelto a ser los mismos de siempre. Si bien, JinYoung estaba cómo un tóxico en el medio, no les impedía que salieran casi todos los días.

A YuGyeom se le notaba más animado, solían hacer cualquier clase de cosas los tres, aunque no les gustaba mucho tener siempre a JinYoung encima, a YuGyeom ya le cansaba un poco.

JaeBum jugaba con esa misma pelota que mataba su aburrimiento, aunque por más que lo hiciera, no lo lograba. YuGyeom y JinYoung habían salido por su cuarto mes juntos, y él no tenía ni la más mínima idea de que podía hacer. Apenas era la tarde y ya había terminado sus tareas, hecho los dibujos que tenía en mente, ordenando su cuarto dos veces y leer un poco. Su madre estaba en el trabajo, tampoco tenía con quién hablar. Se fijaba en su celular las opciones para invitar a alguien a su casa pero todas eran malas.

Pensó en invitar a Mark, no parecía mala idea. Ya sabía lo suyo y podrían hablarlo tranquilamente. Pero si estaba con Jackson probablemente esa conversación no pueda realizarse, y sería el peor día de su vida.

Lo llamó y al ver que no le contestaba decidió enviarle mensajes. De fondo de pantalla tenía una foto de él y YuGyeom que anteriormente estaba JinYoung pero lo cortó porque no soportaba ni verle el rostro.
En este poco tiempo que obligadamente tuvieron que estar juntos, se dió cuenta de lo celoso que era, aunque algo de él no le cerraba completamente. Aún sentía que no lo conocía, creía que era alguien falso, lo podía notar en su rostro. Ahora que ya lo conocía, tenía el derecho a decir que le caía muy mal por razones obvias.

Lo que más le molestaba era que YuGyeom nunca se daba cuenta, estaba cegado por el amor, siempre lo cubría con esos «Sólo está cuidándome.» que a JaeBum lo ponían de mal humor. Ha querido hablar cientos de veces con YuGyeom sobre ese tema pero él siempre los ignoraba, o se enojaba o JinYoung los interrumpía. Había dejado de insistir por un tiempo pero no podía dejar de pensar en que probablemente ahora mismo JinYoung estaría gritándole a alguien por mirar a su novio. Tan patético. Si tan solo supiera que tan enamorado está YuGyeom.

Siempre que JaeBum y YuGyeom se juntan, la mayoría del tiempo sólo hablan de JinYoung, lo bien que cocina, baila, canta, y sus miles de habilidades más. Él también podía cantar... o algo así. Nunca se creyó tan buen cantante aunque su madre siempre dijera lo contrario. Y para él, sinceramente, JinYoung cantaba bastante bien, su voz junto a la de YuGyeom cuándo él estaba en su patio y los escuchaba cada domingo a la tarde, eran una hermosa combinación que lo transportaban a otro mundo. Por más que odie a JinYoung, su voz era hermosa también, tal vez si le tenía un poco de envidia.

Le llegó un mensaje de YuGyeom. Decía que JinYoung de nuevo se metía en problemas, y JaeBum desde su posición rodó los ojos. Al rato le llegó la confirmación de Mark, diciendo que en una hora estaría allí. Sonrió levemente y volvió a apagarlo para seguir jugando con la pelotita.

«Bueno al menos no me aburriré tanto.» pensó.

Sus ojos pesaban, temía quedarse dormido y que Mark llegara, así que hizo un esfuerzo para no cerrar los ojos. Se levantó y fue hacia la cocina, que aunque ya la haya limpiado a la mañana, una vez más no le haría nada de daño. Intentaría sacar esas horribles manchas sin dañar la pintura, era todo un reto.
Luego de unos minutos, brillaba un poco más que antes, ya no sabía que limpiar. Su madre siempre trabajó de día, así que él siempre se encargó de la limpieza, hacerlo es algo habitual y lo hace sin problemas.

Recordó las veces que discutió con YuGyeom porque quería ordenar su habitación, que era un desastre pero este no se dejaba. Un día mientras YuGyeom se bañaba, lo hizo, y a YuGyeom no le quedó de otra más que intentar mantenerlo así por unos días. JaeBum siempre supo lo desordenado que era, pero no le importaba realmente.