Capítulo nueve.

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La música retumbaba en sus oídos, y una irritable SunHee se le colgaba por el cuello, mientras daba saltos para poder besarlo. Él simplemente buscaba a Mark con la mirada para poder saludarlo, evitando a todos los que lo miraban. Se había convertido en el tema de conversación desde que se le vió riéndose en los pasillos con YuGyeom. Sin embargo, cómo si no hubiese pasado nada, Mark corrió a abrazarlo, cómo si no lo hubiese visto en meses.

SunHee se apartó de ellos e inmediatamente se fue con una de sus amigas. Jackson lo veía a lo lejos, algo enojado pero con cierta emoción por verlo ahí, pensando que tal vez volvería a ser el mismo de siempre.

—¡Felíz cumpleaños! —gritó en su oído, oyendo que la música cada vez se hacía más fuerte.

—¡Gracias, me alegra verte aquí! —Mark le sonrió, y JaeBum le devolvió la sonrisa, aunque ésta no sea real. Porque no podía sacar de sus pensamientos lo que había ocurrido aquella tarde, o cómo debería estar ahora mismo YuGyeom.

Mark luego de un rato desapareció entre la gente demasiado ebria que no paraban de bailar. JaeBum fue hacia la cocina y comenzó a tomar un vaso de cada bebida que se presentaba allí. En menos de media hora había vuelto a ser el mismo de siempre, todos estaban a su alrededor gritando y grabando mientras él hacía fondo blanco mientras él tomaba una bebida que desconocía.

A los pocos segundos, todos comenzaron a aplaudir, y supo que lo había logrado. Aquella bebida quemó su garganta pero sonreía tontamente mientras se balanceaba para bailar al ritmo de la música. Ya no estaba totalmente consciente, y ni siquiera se acordaba por qué había estado tan deprimido. Estando en ese estado, se preguntó millones de veces por qué había cambiado esta forma de vivir. Le parecía la más divertida, todos parecían tener ninguna preocupación, y él sólo se hacía un lío por alguien que solamente lo veía cómo un amigo.

Y por más que pensara eso, sabía que en la mañana olvidaría todo y volvería a ese JaeBum inseguro que intenta conseguir a alguien que está dominado por otra persona. Tal vez debería estar ebrio siempre, así no se preocupaba de nada.

Bailó junto a Jackson, que luego de un par de minutos, volvió a hablarle cómo si nada hubiera pasado, cómo si ese tema con YuGyeom no existiera. O tal vez era que estaba igual de ebrio que JaeBum. Y por más que no dejase de moverse inútilmente, en su cabeza se repetía una y otra vez la escena dolorosa del beso entre YuGyeom y JinYoung. Sintió un vacío dentro suyo de repente, y se sintió más decaído que hace unas horas, cuándo estaba sobrio.

Se alejó de Jackson mientras se tambaleaba y empujó a la gente que no paraba de bailar. Quería, de nuevo, quedarse solo pero antes de que pudiera salir de allí, SunHee lo agarró por el cuello y lo besó asquerosamente, sentía el alcohol en sus labios, pero aún así le correspondió. Sus lenguas se acariciaban y JaeBum al rato la abrazó por la cintura, mientras que ella enredaba los dedos en su suave pelo. JaeBum correspondió, solamente porque pensó que SunHee era otra persona, una la cuál no salía de su cabeza ni por más ebrio que esté. Odiaba pensarlo a cada rato pero odiaba no poder controlarse y hacer que eso pare.

Se separaron y respiraron agitadamente, pero no les importó no conseguir el aire suficiente para regular sus respiraciones, porque una vez más, juntaron sus labios en un beso del cuál JaeBum se arrepentiría al otro día. La apoyó contra la pared y ella levantó un poco su remera, para tocar el abdomen de JaeBum. Ambos sonrieron varias veces entre el beso, y no les importaba que los demás lleguen a verlos. Hicieron aquello una vez más, y JaeBum desvió su mirada, viendo a lo lejos a Mark, que parecía encontrarse bastante bien.

Caminó hacia él tontamente mientras llamaba su atención agitando la mano en alto. Mark en cuestión de segundos se acercó a él, sabiendo que JaeBum no podía dar un paso más.

El día que me enamoré • [BGyeom]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora