YuGyeom golpeó repetidamente la puerta de JaeBum mientras escondía su otra mano detrás de él. Le costaba ocultar su amplia sonrisa y aceptaba que se sentía algo nervioso, no sabía por qué. Sabía perfectamente que su regalo iba a gustarle.
JaeBum abrió la puerta, llevaba un pijama, su pelo estaba húmedo y despeinado, demasiado tierno a la vista de YuGyeom.—¡Hola! —gritó emocionado, a JaeBum se le hacía raro verlo tan emocionado. Sonrió y ladeó la cabeza sin entender que pasaba. —te traje un regalo —en su mano derecha, había un gatito durmiendo tranquilamente, tan pequeño que cabía en su mano completa.
—¡Un gato! —dió saltitos y YuGyeom se la dió para que pudiera cargarla.
—Gata —sonrió.
—Gracias... —lo abrazó con fuerza, teniendo cuidado de no aplastar a su nueva mascota. —te quiero.
—Yo igual.
Pasaron por el living luego de cerrar la puerta, luego por la cocina y finalmente fueron hacia el patio de la casa de JaeBum. La gatita seguía durmiendo sobre sus brazos y JaeBum acariciaba una de sus orejas mientras sonreía con ternura. Se sentó sobre el pasto y YuGyeom en frente de él, los dos en silencio observándola dormir, cómo si fuera lo más hermoso del mundo, cómo si no importara nada más que verla dormir. Se miraron por un instante y JaeBum ni se preocupó por si se perdía en esos hermosos ojos pero nuevamente volvieron a mirar a la gata que se estiraba un poco.
—¿Y por qué? no es mi cumpleaños, que yo recuerde —soltó una risita y se apoyó sobre la pared que dividía el patio y la cocina.
—Por... ah, me pondré cursi, es mejor que me calle —sonrió algo avergonzado y lo miró dándole a entender que realmente no quería decirlo, que sólo aceptase su regalo y nada más.
—Quiero oírte —YuGyeom lo maldijo por dentro y se aclaró la garganta.
—Por... estar conmigo cuándo no tenía a nadie y apoyarme en cualquier decisión estúpida cómo salir con JinYoung, o siempre protegerme. Eres el mejor —agachó la cabeza sintiendo la necesidad de quedarse así por un rato porque odiaba hablar sobre cosas así, lo hacían ponerse demasiado nervioso.
—Entonces yo también tendría que regalarte algo, porque estoy agradecido por lo mismo contigo —le revolvió el pelo y YuGyeom se sonrojó levemente.
Pasaron la tarde decidiendo el nombre de la gata, si bien era la gata de JaeBum, los nombres que tenía en mente eran horribles. YuGyeom hizo lo que pudo para convencerlo de qué sus nombres no eran una buena idea, terminaron llamándola Nora y la observaron por el resto de la tarde hablando sobre sus cuidados y demás. YuGyeom se sentía mejor al saber que podía estar a mano con JaeBum, ahora estaba acostando a Nora en la cama de JaeBum para que siga durmiendo. Los dos estaban arrodillados frente a la gata, era cómo una obra de arte, una ilusión óptica porque era imposible quitar sus ojos de ella. Incluso YuGyeom, se sentía algo celoso porque la tenía JaeBum y tranquilamente podría habérsela quedado.
—Es tan parecida a tí —soltó JaeBum.
—¿A qué te refieres? —frunció un poco su ceño.
—Duerme demasiado, cómo tú —rio levemente y se levantó para acostarse junto a ella, seguido de YuGyeom.
—Tienes razón —lo abrazó por la cintura sin siquiera pensarlo y sintiéndose algo incómodo luego de recapacitar lo que hacía. Se separó un poco intentando concentrarse en Nora, pero en cuestión de segundos había dejado de ser lo más importante, ahora JaeBum notaba lo avergonzado que estaba él, y él buscaba alguna excusa para poder irse o cambiar de tema, olvidar eso. Ya lo habían hecho muchas veces pero no quitaba eso la incomodidad y el nerviosismo.
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El día que me enamoré • [BGyeom]
RandomA JaeBum le atrae aquél chico bonito sin siquiera saber el por qué, y estaba dispuesto a averiguarlo. •Historia 100% original. •Shipps: BGyeom, JinGyeom.