La mañana aquél día estaba más fresca de lo normal, su fina campera de color negro no lo abrigaba tanto, por lo cuál su mal humor se notaba a veinte cuadras. Solía amar el invierno, pero no este día, no hoy.
Odiaba tanto estar así. Apenas entraban. Estaban los seis en el auto rojo brillante de Jackson, el cuál tenía la música electrónica a todo volumen, HeeSook y YoungMi hablaban a gritos a su lado, y oía las voces irritantes que éstas tenían, mientras que SunHee estaba sentada encima de él, y ya sentía un terrible dolor de piernas.
Buscó con la mirada a ver si podía encontrar a el niño bonito, y fijarse si su mal humor disminuía, pero no. No estaba por ninguna parte. Sin duda este no era su día. La música retumbaba en sus oídos dándole un fuerte dolor de cabeza y en cualquier momento se iba a hartar, se iría de ahí, y se iría a su casa. Se encerraría en su cuarto a pensar en lo mucho que odiaba a sus mejores amigos. Es decir, Jackson y Mark eran buenos con él pero odiaba cómo eran con los demás que no eran tan populares cómo ellos. Cómo si fueran tan importantes.
Odiaba la forma en la que se burlaban de todos, y aunque casi siempre intentaba defenderlos, era igual de odiado.
Sonrió viéndolo en la calle izquierda, llevaba una capucha pero distinguió su mochila negra con líneas en rojo. Jackson al parecer también logró verlo, y frenó bruscamente a su lado, manejó lentamente para seguirle el paso y comenzó a llamarlo.
—¡Eh, idiota! —gritó mientras sostenía el volante con una sola mano y la otra la apoyaba en la puerta.
JaeBum tenía la esperanza de que el chico se diera vuelta para observarlo de frente, pero hasta ahora no sucedía, los ignoraba. Y sabía que iba a seguir ignorándolos.
—¡Escúchame! dile a tu madre que aprenda a trabajar, ¿está bien? odio que no haga las cosas cómo se las pedimos. Hazlo o convenceré a mi padre de que la despida.
La mamá del chico trabajaba limpiando la casa de Jackson, y este era igual de grosero con ella al igual que lo era con su hijo. JaeBum siempre intentó mantener una conversación con ella, para al menos así poder descubrir el nombre de su hijo, pero nunca lo logró, Jackson siempre interrumpía.
—¡Déjalo en paz, maldita sea! —gritó harto de escuchar a Jackson burlándose de él. Corrió a SunHee de su regazo, tirándola encima de las otras dos y apoyó sus brazos en el asiento de adelante, en dónde estaba Mark. —él no te hizo nada, así que sólo conduce.
—¿Qué mierda te pasa, JaeBum? —preguntó Jackson, dándose vuelta para mirarlo. Pero JaeBum estaba en otro mundo porque aquél chico se había dado vuelta para mirarlo, él había parado de caminar y Jackson había frenado el coche. Sus ojos estaban perdidos en la mirada confusa de él, en esos ojos tan hermosos e hipnotizantes. Daría su vida por poder observarlos un rato más.
Y así cómo él lo miraba, lo hacían todos. Inclusive las chicas irritantes a su costado habían parado de hablar, él sólo se aclaró la garganta pero no dejaba de mirarlo.
—Sólo avanza... —agachó la mirada sintiéndose completamente nervioso, y jugó con sus manos, intentando tranquilizarse. Respiró hondo una, dos, tres veces y logró de nuevo levantar la vista.
—¡Adiós, idiota! —gritó Jackson luego de pisar el acelerador con fuerza y subiéndole a la música de nuevo.
JaeBum se dió vuelta, viendo cómo lo dejaban atrás, pero ahora estaba confundido. Se sentía felíz pero no entendía que acababa de pasar. Su corazón latía con más fuerza, y las manos le temblaban.
—Estás tan extraño, Jae —dijo Mark mientras le bajaba a la música.
—Gracias —suspiró. —volvía a tener dolor de cabeza...
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El día que me enamoré • [BGyeom]
DiversosA JaeBum le atrae aquél chico bonito sin siquiera saber el por qué, y estaba dispuesto a averiguarlo. •Historia 100% original. •Shipps: BGyeom, JinGyeom.