La reina de las serpientes

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El pequeño nido de las serpientes se encontraba tres pisos bajo la planta principal del castillo, una sala de muebles de cuero y chimeneas humeantes que había sido tallada a forma de un laberinto dentro de los sótanos. La sala principal estaba llena de ventanales que dejaban ver las profundidades del lago negro, el piso estaba cubierto por alfombras verde oscuro y la luz verdosa de las chimeneas iluminaba las empinadas escaleras que subían y bajaban hacia las habitaciones

Cuando llegaron toda la casa se había reunido en torno a la calidez del fuego maldito, buscando un buen lugar en la oscuridad para ver correctamente la inducción de las pequeñas serpientes; BlackFire, un estudiante belga, pero de familia inglesa, había estado en la cúspide de la casa desde su quinto año y durante toda la cena había fanfarroneado, tramando con sus compinches para evitar que los cuchicheos sobre la niña Vasilis opacaran su gran reinado durante su ultimo año

Severus Snape, que había aprendido a respetar la jerarquía social de la casa desde la sombra de Lucius, se quedó observando a través de una puerta hechizada, esperando que sus alumnos resolvieron por sí mismo la revolución que la niña de piel moteada había iniciado entre los pequeños herederos. El prefecto se separo de los niños apenas los dejo instalados en el centro del salón, parados bajo la luz de la lampara frente a frente con el enojado BlackFire

- ¿La grandiosa Vasilis no se permite una palabra con los simples mortales?

El grupo se abrió en un pasillo perfecto, obligándola a caminar hasta que toda la casa pudo verla con mucha atención; todos los sangre pura, al menos de un mismo país, eran bastante parecidos debido a que todos estaban emparentados de alguna manera, incluso siendo niños, cualquiera criado en las estrictas manos de una familia noble sabría reconocer las facciones de media docena de estirpes diferentes

Melinoe no tenía el más mínimo parecido con ninguna familia que ellos conocieran

Su cabello parecía hecho de hebras de chocolate amargo, enroscándose en sus orejas y bajando por sus delgados hombros, tenia la piel color canela, pero en los brazos y el cuello estaba manchada con pecas blancas del tamaño de un frijol; no había nada de sangre Black en la forma de su nariz, de Lestrange en la curva de los pómulos ni de Lombottom en la circunferencia de sus ojos

Parecía forjada de cero, sin ninguna hebra de la que tirar para revelar los misterios de su apellido

-Apuesto a que no eres una sangre pura, tal vez ni siquiera tengas padres; ¿De que libro para niños sacaste tu nombre?

-Yo apuesto tu vida a que mi sangre es mil veces mas pura que la tuya y te recomiendo, si quieres mantener todos los dedos en su lugar, que nunca vuelvas a insultar mi nombre, que mi padre lo ha escogido con mucho cuidado para mi

- ¿Y quién es tu padre?, no existe nadie con apellido Vasilis en toda Europa; eso significa que tu vienes de una rama bastarda de la familia, ¿Te follaste a uno de tus primos para que te diera apellido?

Los demás niños habían huido hacia las chineas, dejando a ambos contrincantes solos en el medio de la sala común, pasándose galeones con discreción entre manos para sellar apuestas que volaban en susurros de un lado a otro de la sala común. Nadie apostaba por la integridad o la superioridad de Melinoe, excepto Traci Davis, que aposto los 40 galeones que tenia en el bolsillo a que la niña se sacaba de la manga una habilidad mágica poco esperada

-Pues a mi me parece que los primos que follaron fueron tus padres, hace falta mucha endogamia para que nazca un niño tan imbécil como tu

Los padres de BackFire, eran en efecto, primos hermanos y ese insulto en particular siempre tocaba en su interior una fibra sensible que lo impulsaba a desistir de la varita y soltar un golpe certero en la nariz con el puño de la mano derecha; Melinoe, que le llegaba a la cintura y a ojo se podía determinar que pesaba la mitad, cayo al piso de espaldas con la sangre brotando de su nariz y el cabello esparcido alrededor de la cabeza como la aureola de una santa

El silencio se extendió durante un momento indeterminado, todos sintiendo lastima por la pequeña niña que yacía en el piso con la nariz rota; nadie, ni siquiera el propio Severus, alcanzo a observar como ella se levantó, empuñando una daga y la varita

Todo sucedió tan rápido que todas las historias que se cuentan de ese día difieren en una docena de detalles diferentes; algunos dicen que Melinoe se movió en forma de una sombra, enterrándole la daga en el ojo y amenazándole la garganta con la varita, otros posicionan la daga en el cuello y la varita como el arma que logro poner al muchacho de rodillas. Esa noche, BlackFire perdió de forma definitiva el ojo izquierdo, una falange del meñique izquierdo y sufrió una lesión de por vida en los tendones del hombro izquierdo

-Gracias por ofrecerte como tributo para que pudiera demostrarles a los demás miembros de esta casa que mejor no se metan conmigo, porque les va a salir muy caro

Davis sintió como ciento veinte galeones caían en su mano gracias a las habilidades de Melinoe y ella, que apreciaba mucho el dinero, sintió que debía darle a su compañera algo en compensación por todos los galeones que le había echo ganar. Tracy Davis, durante toda su vida fue parecida a una polilla que volaba a ciegas hacia el dinero y el poder; esa noche, nunca más acertada, se abrió paso entre la multitud asustada para pararse frente a Melinoe, poniendo el sillón como defensa natural entre ellas

-Heredera Vasilis, la casa Davis se presenta a usted como miembro del tratado mágico primordial

La varita extendida de Tracy marco un momento de claridad en todos los presentes que observaron como la varita de Melinoe correspondió el gesto, ambas dando una ligera reverencia; viendo como su estudiante se desangraba en el piso, Severus decidió que era un buen momento para entrar y poner un poco de orden en la sala común

-Me parece que los estudiantes de primer año han sobrepasado su hora de dormir, ¿algún prefecto es tan amable de guiarlos a las habitaciones o se quedaran ahí parados?

Una chica de cabello rubio se abrió paso hasta llegar al centro del salón llevando a los niños de primer año como un rebaño de ovejas a través de unas escaleras que bajaban aún más en las mazmorras

-Flint, busca a la señora Pomfrey y tráela aquí antes de que BlackFire se desangre

Mientras eran consumidas por la oscuridad de las escaleras ambas pequeñas entrelazaron sus brazos, caminando tan juntas como era posible, intentando aplacar el miedo que había comenzado a filtrarse a través de ellas mientras la adrenalina de su pasada pelea se diluía en su sangre

Al llegar a la primera puerta todos las miraron con interrogación

-Supongo que es nuestra habitación 

¿Quién es el elegido?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora