Marty no había dormido, pero a Sammi eso no le sorprendió. La mañana solo les había descubierto a ellos dos, en la iluminada sala de estar (una de las tantas). Marty tenía la cabeza enterrada entre las manos, pero la levantó cuando la escuchó entrar.
Le miró, expectante.
-Creía que me habías vetado.
Sammi frunció ambos labios, extendió la mano, y exigió:
-Déjame leer tu carta.
El ceño fruncido no fue una sorpresa, porque después de todo, ¿por qué debía Marty acceder a sus peticiones? Pero el chico no se negó, no al principio, simplemente mostró asombro.
- ¿Y por qué debería dejarte leerla?
Tras coger una enorme bocanada de aire, Sammi extendió la suya propia, ahí estaba, la posdata, la prueba del delito. Pareció divertir a Marty, que le miró con el amago de una sonrisa en la boca.
-Quizás tuviera yo razón cuando te dije que no tenías ni idea, ¿eh?
-Déjame leerla -volvió a exigir. Y Marty puso en su palma el papel arrugado.
La leyó de arriba a abajo, era prácticamente lo mismo que ella ya sabía, sin mucha novedad: salvo esa frase. aquella noche del último verano.
- ¿Qué pasó: esa noche de aquel verano?
Aquella vez, Marty sí que se rio abiertamente.
- ¿Por qué debería contártelo? ¡Ni ella te lo contó!
- ¡Cuéntamelo! - Exigió. Y Marty volvió a suspirar.
-Después del 4 de julio... No estoy orgulloso de lo que pasó aquel verano, ¿vale?
- ¿Y quién lo estaría?
- ¿Quieres escuchar la historia o no? - Preguntó, molesto por su actitud. Y ella cerró los ojos en un gesto de rendición. - Después de volver del lago, me evitó. No le culpo, hasta Cam me dijo que la había cagado. Pero, hacia mediados de agosto, estábamos en el pub irlandés, aquel que cerró un par de años después que...
-Sí, sé cuál es. -Le cortó ella. - Sigue.
-Estaba allí, en mis narices, tonteando con el hermano de Roma. ¡Con Luke! De todos los imbéciles con los que podía tontear, estaba con él. Y yo estaba enfadadísimo, me molestaba tanto...
-Me acuerdo de esa noche, Marty. Yo estaba contigo, te dije que todo era culpa tuya, por romperle el corazón.
Marty asintió con la cabeza, parecía cansado, y sin querer hablar de Sierra, pero aun así continuó hablando:
-Se fue con Luke, y eso me sentó como una patada en el estómago. - Sammi se descubrió asintiendo, ella también recordaba a Sierra saliendo del pub, moviendo las caderas, con Luke y los idiotas de sus amigos, sabía de buena tinta que la mitad de ellos había acabado en la cárcel. Sammi sintió el tirón en el estómago del esto no es buena idea. Pero no dijo nada, se quedó sentada en ese antiguo sofá, escuchando la historia. - Apareció en mi casa.
- ¿En tu casa? ¿Quién? ¿Sierra?
- ¡Sí, claro! ¿De quién crees que hablo? ¿De Luke? - Marty negó con la cabeza, bufó y se levantó del sofá. Empezó a pasearse por la habitación, dejando la marca de sus viejas y sucias deportivas en la cara alfombra de los Bellerose. - Apareció allí, casi descompuesta. Se sentó en mi cama, y me miró con los ojos llorosos.
¿Qué has hecho conmigo?
-Tenía la voz tan frágil que temí que le hubiera pasado algo, que Luke se hubiera... Da igual. No pasó. No entendía ni de lo que hablaba.
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El efecto Sierra Bryant.
Short StorySeis amigos reunidos de nuevo en su pueblo natal. ¿La razón? Un funeral. Portada hecha con fotos obtenidas de Unspalsh. Fotografías de: Helena Lopes, Roya Ann Miller, y Mike Enerio. Autoras: @izzyherondale98 y @daphmckinnon