El efecto Sierra Bryant.

Su legado.

Su legado.

Roma nunca había estado en Los Ángeles, pero entendía por qué Sammi se había dejado arrastrar por la vida hasta allí. Desde la habitación del hotel, se veía buena parte de la ciudad, y era asombroso.

-Así que fue un drama, ¿eh?

Escuchó las palabras de Sammi con una sonrisa en los labios. Se lo había contado, lo del cumpleaños de Hunter, y la enorme brecha abierta entre ellos y sus padres; Sammi simplemente se había echado a reír.

No iba a ser una boda por todo lo alto, no querían líos con la prensa, ni una horda de paparazzis esperando para conseguir una foto. Con la fama que Sammi estaba teniendo últimamente, eso era algo previsible. Sammi se casaba con un vestido corto, de satén blanco; solo iba a haber una dama de honor, Roma; y un padrino, uno de los hermanos mayores de Noah.

La novia se maquillaba con parsimonia, sentada en la cama, con el arte experto de quien ha hecho eso muchísimas veces. Roma le había peinado la melena corta, se la había cortado después del funeral de Sierra, y le favorecía.

- ¿Tenemos que hablar de eso, hoy? ¿El día de tu boda?

Sammi se encogió de hombros, sin apartar los ojos de su reflejo.

- ¿Y de qué otro tema podemos hablar?

- ¿Estás nerviosa?

Frunció el ceño, y le miró como si hubiera salido de otro planeta.

-No, claro que no. Casarme con él va a ser lo más fácil que voy a hacer en mi vida.

-El día de mi boda yo estaba aterrada.

-Eso fue porque tu madre y tu suegra tenían como único propósito ahogarte, cielo.

Roma le tuvo que dar la razón, se sentó a su lado, quitándole de las manos la brocha del polvorete, y comenzó a aplicárselo ella misma.

- ¿Sabes si al final va a venir Aiden?

Sammi asintió sin apenas mover la cabeza.

-Aiden más uno - respondió al final.

-Vaya.

-Sí.

- ¿Cómo te sienta eso?

Sammi rodó los ojos.

- ¿Cómo debería sentarme? ¡Me voy a casar con su hermano, Roma! -Roma se echó a reír. Sammi iba a ser una novia de esas que quedan recordadas. - Marty llamó ayer a Noah, al parecer le invitó. Sin decírmelo.

- ¿Ya tenéis problemas? ¡Aún no os habéis casado!

-No tenemos problemas - contradijo, aunque sabía que Roma bromeaba. - Pero no lo quería aquí.

-Sierra lo hubiera querido aquí - añadió en un susurro.

-Lo sé.

-Y Aiden y Noah están trabajando tan duro por mejorar su relación. ¿Sabes? Creo que Marty no es el mismo Marty que vimos en mayo.

-Cuando vea con mis propios ojos que ha dejado de ser un capullo, me lo creeré.

-Es el efecto Sierra Bryant - susurró Roma. - Sierra pone de acuerdo a los Dancaucer y a los Bellerose; y hace que Marty Green madure.

-Sierra no tuvo ese efecto en vida, ya veremos si lo tiene ahora.

Los sí quiero habían sido preciosos. como apenas había veinte personas en el bar del hotel que los novios habían elegido, el ambiente era cálido y acogedor. La luz anaranjada de las lámparas colgantes, que databan de los años veinte o algo así, les robaban a las mejillas de Sammi un brillo extraño. Y, al final, acabaron comiéndose la boca.