8. Champa

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Nota: Pedido hecho por KualesmiNombre.

(Ana, dinos en un comentario que te ha parecido esta pequeña historia.)

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Momento inolvidable

  “Querido Champa:

  Vados ha dejado un nuevo regalo en mi cama, seguramente lo has enviado tú. Me pregunto, ¿cuándo piensas regresar? Creo que han pasado tres meses desde que saliste a buscar nuevamente las Super Dragon Ball y Bills no ha dejado de venir al Universo 6 solo para molestarme.

  Te tengo una sorpresa, la verdad no sé si te guste pero a mí en lo personal me alegró la vida. De hecho, esta es la razón por la que Bills no deja un solo segundo de molestar...

  Estoy embarazada.”

  Segundos después de meter la carta en un sobre y dársela a Vados, Ana salió sonriente a caminar por el jardín del bonito planeta adaptado para que ella pueda ser feliz cuando su amado salía a cumplir con sus tareas de dios. Pero no pasó mucho tiempo cuando una ráfaga de brillo impactó la tierra de dicho planeta.

— ¡Querida bolita marrón! —gritó Beerus, caminando con los brazos extendidos hacia ella— ¿Cómo está mi pequeño sobrino? Espero que bien, de lo contrario, te mataré. —amenazó seriamente.

  Whis alejó al dios de un golpe en la cabeza y se arrodilló para quedar a una altura promedio para la dama. Ana sonrió aternecida, asintió levemente y el ángel procedió con la revisión diaria del pequeño feto.

— Se encuentra bien, como siempre —informó con una sonrisa—, después de todo tiene una madre muy buena y precavida.

— Si sigues mirándola así llamaré a Vados para que te lleve con el Gran Sacerdote y te castigue por pretender la mujer de un dios. —murmuró el otro, caminando "casualmente" a su lado.

— ¡Qué cosas sin sentido dice, señor Bills!

— ¡Pero yo no he dicho nada!

  La mujer castaña miró como nuevamente ellos realizaban su pelea de rutina. Suspiró cansada y se dirigió a una pequeña caseta en medio del jardín para comenzar a cantar una dulce melodía dirigida a su bebé, ella sabía que las peleas de Bills y Whis podían durar un largo tiempo.

• • • • • •

— ¡Te ves más bonita que antes! —gritó un eufórico Champa corriendo a los brazos de su prometida.

— V-vados, ¿qué pasa? —dijo nerviosa la ojiazul, aún no se acostumbraba a tener tan cerca a su amado dios. Siempre creía que era un sueño, un muy bonito sueño.

— Oh, señorita Ana, cuando el señor Champa leyó su carta comenzó a gritar y saltar por todos lados —ambas mujeres miraron a la deidad, quien ahora tocaba con miedo el vientre de Ana—, y me ordenó que volvamos de inmediato.

  Ana sonrió con ternura, luego recordó que Bills le debía algunas golpizas bien merecidas y quién mejor que su pareja para cobrárselas.

— ¿Champa?

— Dime... —respondió distraído, mirando de todos lados el vientre de la chica.

— Bills está aquí —informó. Inmediatamente el dios se detuvo y miró fijamente un punto vacío—. ¿Vas a golpearlo?

  La mirada del dios se oscureció. Recordó todas esas veces que vigilaba a su novia a través del báculo de Vados y la veía siendo molestada (o a veces siendo abrazada) por su hermano.

— ¿Dónde está?

— Está en el patio de entrenamiento, junto a Whis, seguramente destruyendo el lugar. —dijo con malicia.

  Vados la miró con regaño y ella se encogió de hombros luego de que Champa se retirara al lugar previamente dicho. Su única opción fue seguirlo y ver que en realidad no armara un gran lío.

— ¡¡Bills!! —gritó enfadado.

— ¡¡Champa!! —gritó con alegría.

— ¡Rómpele la cara, amor! —Vados y Whis la miraron con resentimiento— Es decir, cofcof, no peleen...

— ¡Bolita marrón, deten a esta bola de grasa!

— ¡Señor Bills, no empeore la situación!

— ¡Señor Champa! No puede pelear ahora, tiene a su novia presente.

  Champa se detuvo a pocos centímetros de golpear a su hermano, igualmente Bills se detuvo. Ambos miraron a la chica y ella se encogió de hombros.

— Todo por ti, pequeña... —susurró Champa, abrazando a su chica con cariño.

— ¡Y yo! ¿No merezco un abrazo? —Ana miró enojada al dios.

— Usted, señor Bills, me ha molestado todo este tiempo. Guarde silencio.

— Solo cuidaba a mi sobrino. Sabes que un dios no puede ni debe tener hijos, pero cuando eso pasa es muy interesante. Por tanto, ustedes dos son interesantes.

— Bien, eso tiene sentido... ¡Pero —Champa se separó del bonito y cálido abrazo para señalar el vientre de su chubby girlfriend—.... este bebé es mío! ¡Ya no lo vas a molestar!

— ¡No lo molestaba!

— Si, claro...

— Yo molestaba a la Bolita marrón, no al bebé. Es que se ve tan graciosa así hahaha

  Bills comenzó a recibir golpes de Champa, quien no dudó un segundo en defender a su novia cuando notó la ofensa dirigida a ella.

  Y, de hecho, así pasaron el resto del día. Entre risas y golpes, peleas y sonrisas, seguramente fue un momento inolvidable.

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𝑂𝑛𝑒-𝑠ℎ𝑜𝑡𝑠  ||  𝐷𝑟𝑎𝑔𝑜𝑛 𝐵𝑎𝑙𝑙Donde viven las historias. Descúbrelo ahora