31. Sin miedo.

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Lunes:

Al terminar de preparar la cena, Iida anunció por el grupo que está ya estaba servida.

Cuando los platos se encontraban repartidos por la mesa y los estudiantes llegaban, se le dio comienzo a la noche.

La chicas, emocionadas y un poco tristes al ver la emotiva película de una ballena Orca liberada de un parque, fueron a cenar.

Los cuatro todavía se preguntaban cómo es que Yaoyorozu terminaba de preparar la cena tan eficazmente, y ellos llevaban tanto tiempo preparando algo pequeño a diferencia de otras cenas.

Aunque bueno, también contaron con las cortas distracciones traídas por las chicas, quienes entraban y salían de la cocina para preparar bocadillos en la cocina o llevar comida.

Durante la cena, todo fue normal.

Las chicas murmuraba entre sí, hablando de lo que tenían planeado hacer en su noche. Mientras que los chicos...

Los chicos se quedaron en un silencio incómodo, Iida vigilando cada acción por parte de Mineta para evitar problemas con las chicas.

Después de todo... Quería que Yaoyorozu se sintiera descansada por el esfuerzo que hace todos los días para sus compañeros y apetito, por lo cual no iba a permitir que Mineta arruinara su momento.

O el de todas ellas.

Gran parte del salón se levantó del comedor y llevaron sus platos a la cocina.

Las chicas, todas se levantaron al tiempo, dejando sus platos en la mesa sin darse cuenta.

El peliverde salió de la cocina y tomó los platos olvidados.

Junto a Iida y Todoroki, limpiaron la cocina y los recipientes usados. 
Notando como Kaminari abandonaba el lugar, escapando a su habitación.

El resto de lo que quedaba del día, fue acabando poco a poco.

Las chicas comenzando su noche, otros compartiendo habitación ya que la sala se encontraba ocupada.

Y otros... Pasando el rato.

Y entre ellos, estaban el bicolor y el peliverde.

Ah cierto, y junto a Iida. Quien revisaba que todo estuviera bien con las chicas, y que Mineta no tuviera nada que ver.

Se encontraban en las mesas del comedor, dónde tanto Todoroki como Midoriya, estaban enfocados en su teléfono. Revisando algunas cosas en medio del silencio incómodo que mantenían en la mesa.

Tras no tener nada que hacer en su teléfono, y no querías distraer a Iida entre su misión a vigilar a la chicas. Las cuales gritaban agudamente de minuto a minuto.

Decidió escribirle al bicolor, a quien le vibró su teléfono antes de  envíar el mensaje.

Al enviarlo, el más bajo se encontraba sonrojado, mirando de reojo al otro.
Quién al ver un nuevo mensaje, alzó una ceja, abriéndolo.

E inevitablemente, sonrió levemente.

Izuku:

Mis extraños sentimientos | TododekuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora