24. Cariño.

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El bicolor cerro el chat de la conversación con Natsuo, suspirando fuertemente, y guardo su celular en el bolsillo, llevando su vista hacia la ventana, por la cual caían pequeñas gotas de agua.

A Shouto no le gustaba la lluvia, tenía que admitirlo.

La ciudad se ensuciaba, charcos inundaban las calles y el transporte se trancaba con otros autos.

Pero también tenía que admitir que el sonido de la lluvia, y ver gotas caer... Lo tranquilizaba.

Además, al estar en un vehículo en movimiento, el calor ajeno y no poder abrir las ventanas.

Le daba un poco de sueño.

Sobre todo al peliverde, que al estar perdido en sus pensamientos y estar recostado en su brazo, cayó en el sueño y de su brazo.

Quedándose dormido sobre el brazo del bicolor.

Este sé exaltó un poco al sentir un cuerpo recostado sobre él.

Volteó a mirar y resultó ser quien esperaba.

Midoriya se había quedado dormido en su brazo.

El más alto sonrió involuntariamente, le parecía un acto tierno para él.

Volvió a sacar su teléfono y tomo una foto del tierno momento por el que estaba pasando, intentando no moverse demasiado con el fin de no despertarlo.

La tomó y agrego a galería, con esta ya sería la segunda foto en la que estaban solamente los dos.

Guardo su teléfono y el vehículo frenó fuertemente, mandando para adelante a los dos.

El bicolor se sostuvo de la silla de enfrente y con el brazo sobrante sostuvo al otro, quién todavía continuaba dormido.

Paso de su hombro, a su pecho y de allí a su regazo.

Al más alto le incomodó un poco sentirlo allí, pero mantuvo la calma e ignoro los nervios que sentía en su interior.

Decidió observar el hermoso rostro del peliverde, enfocándose en el leve rubor de sus mejillas junto a las pecas que decoraban su rostro.

Lo frotó levemente, acariciando su mejilla con pecas y rubor leve, empujando despacio los cabellos cortos que invadían su rostro.

No supo como el otro no se despertó con sus caricias, no eran bruscas pero no tan suaves como para mantenerlo dormido.

El metro se detuvo en una parada, dejando ver a un joven alto, una mujer empapada y una anciana, que caminaba lentamente, entrando los tres al transporte.

La mayor pasó por el lado de los asientos de Midoriya y Todoroki, observando su posición, y sentándose en los asientos que se encontraban justo detrás de ellos.

El bicolor de lo embobado que estaba mirando al más bajo, sé exaltó un poco al sentir que una mano calurosa le tocaba el hombro.

Volteó la cabeza, y noto que era la anciana que había entrado hace unos instantes.

-Que linda chica- dijo ella, sonriente, mirando al peliverde, a quien había confundido con una chica.

El bicolor no sabía que responder, dejar en claro que realmente era un chico... O simplemente asentir con la cabeza lo dicho, y dejar toda una conversación terminada.

-Eh... Si, gracias- respondió, sonriendo.

-Tienes suerte de tenerla, últimamente los jóvenes de hoy no se fijan en la personalidad sino solo en la apariencia, y se nota que la quieres... Que linda relación- Exclamó ella, sonriendo nuevamente, sorprendiendo otro.

Mis extraños sentimientos | TododekuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora