22. Cita.

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Domingo

Cuando Todoroki y Midoriya llegaron a la entrada del centro comercial e ingresaron.

El bicolor rompió el silencio está vez.

-Izuku... ¿A dónde quieres ir ahora?- pregunto el bicolor, bajando la mirada y ubicando sus manos en los bolsillos de su pantalón.

-N-No lo sé... Dónde tú quieras- respondió.

-Bien... Aprovechando que no hay donde ir, ¿te molestaría acompañarme a comprar hojas?- preguntó el más alto.

-En lo absoluto- respondió sonriendo, volviendo a tomar su mano.

-Bien-

Los dos fueron por las escaleras eléctricas para subir al segundo piso, y al llegar, el peliverde habló.

-Y... ¿Para que necesitas las hojas?-

-Pues...Le escribía cartas a mi madre cuando no podía visitarla y se acabó el papel, aunque ahora puedo visitarla más seguido, lo necesito-

El peliverde sonrió.

Al llegar a la pequeña papelería que se encontraba en el segundo piso. Los dos entraron y compraron lo necesitado, soltando sus manos.

Le agradeció al joven cajero que lo atendió y estaban a punto de irse, hasta que noto al peliverde revisando la vitrina que estaba llena de lapiceros.

-Sh-Shouto, necesito comprar una nueva pluma, la que tengo actualmente está un poco desgastada y no quiero quedarme sin ninguna-

-¿Tienes dinero suficiente?- preguntó el bicolor.

-Si- sonrió el peliverde, comprando su pluma.

Los dos salieron de allí y pensaban en dónde ir.

-Y... ¿Ahora a dónde vamos?- preguntó.

-N-No lo sé-

-¿Quieres ir a tomar algo?-

-¡Si!, Conozco un café que está cerca- respondió él, a quien le agrado la idea.

Según las pocas películas románticas que había visto por televisión, había notado que los lugares más románticos para una primera cita, era un café, en el cual surgían demasiados temas del que hablar.

Y más porque... Generalmente al terminar el café y dar por terminada la cita, el hombre besaba a la mujer después del salir de allí.

La única diferencia era que... Los dos eran hombres.

Pero aún así, no había nada malo en eso.

Los dos siguieron caminando por lo largo del pasillo, frenando en cada dos tiendas para que el peliverde viera cada figura de All Might que se encontraba detrás de la vitrina. Junto a la de otros héroes.

Al llegar finalmente a la tienda de café en la que el más bajo sugirió.

Se sentaron en una mesa de a dos, que se encontraba en el centro del lugar, y pidieron su orden.

Mis extraños sentimientos | TododekuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora