Secreto del corazón -Grelliam-

Cap 7: Almuerzo

El despertador como siempre cumple con su función mañanera de despertar al azabache que abre sus ojos perezosamente, pasa su mano por el lado vacío de la cama y se sorprende al sentirlo frío. ¿Grell despertando temprano? Ni en sus mejores sueños eso pasaría, se puso sus gafas para mejor la habitación y efectivamente: Grell no estaba en ningún lado de la habitación. 

Un poco alarmado y confundido por esta nueva conducta lo empezó a buscar en todas partes: sala, cocina, terraza... Se detuvo cuando escuchó lo que parecían ser ligeros jadeos provenientes del cuarto de baño. Aclaró su garganta y tocó despacio la puerta para después decir: 

- Sut...Grell, ¿estás ahí dentro? - nadie le respondió - ¿todo bien ahí? 

- Y-Yo...¡Uggghh! - Al escuchar esta débil oración, William no dudo en abrir la puerta con toda la fuerza que tenía solo para encontrar a un Grell sumamente pálido, jadeando mientras se recargaba de la porcelana del sanitario - Buenos días... querido

- ¿¡Grell?! - Tomó a Grell por los hombros y lo levantó mientras lo recargaba contra su pecho para evitar que cayera, Grell alzó su mirada y le sonrío débilmente - ¿Te encuentras bien? 

- S-sí... solo son ascos matutinos - río levemente - Ya sabes, típico del embarazo 

- Lo sé... serán unos largos nueve meses Grell - Con la mayor de las sutilezas, William pasó uno de los brazos de Grell sobre sus hombros a manera de ayudarle a mantenerse en pie y caminar juntos a la habitación en donde también le ayudo a vestirse. Grell solo reía antes estas muestras de "cariño" que su prometido le profesaba incluso llegó a pensar que sufrir esos ascos a cambio de cuidados de su amado no estaba tan mal. 

SEDE SHINIGAMI : OFICINA DE WILLIAM

- Recuerda, si te sientes mareado o acabas de vomitar úsalo - Dijo antes de depositar en en la mano del carmín lo que era un pequeño dispositivo de transmisión de radio. Grell hizo una mueca de disgusto, no por el hecho de que William se preocupara por él, sino por que ver ese tipo de cosas le recordaban mucho lo que había sucedido con Michaelis hace mucho tiempo. 

- Hai hai, lo que digas querido - dijo escondiendo el dispositivo de radio en uno de los bolsillos de su gabardina roja - Pero antes, ¿me podrías recordar porqué accedí a llevar este aparatejo para comunicarme contigo? ¡Puedo venir a verte en cuanto tenga tiempo! 

- Pero eso sería muy arriesgado - Dijo mientras se acomodaba sus gafas - Recuerda que nosotros somos un caso "especial",no sabemos cuando podrás sufrir un desmayo o estés en problemas. Esto te servirá para llamarme en cuanto algo así suceda. 

- Ji ji ¿te preocupas por mí, querido? - William calló mientras un ligero y casi imperceptible tono rosáceo se apoderaba de sus mejillas provocando que Grell se conmoviera ante esta expresión - Eres tan tierno mi Will...

- No es ser tierno, es ser precavido - dijo recuperando parte de su orgullo - Eso me recuerda, me pareció muy irresponsable de tu parte el que hayas ocultado los primeros síntomas de tu estado. 

- ¡Oye! - le contestó antes de hacer un pucherito infantil, estaba tan distraído berreando que no se dio cuenta que estaba siendo llevado a la puerta por la mano del azabache - ¿Ahora a donde vamos? 

- Es hora de almorzar - le contestó cortante, sin embargo Grell de solo escuchar la palabra "almuerzo" se le revolvía el estomago y es que tenía un apetito voraz pero el temor de regresar todo lo que consumiera le quitaba ese apetito inmenso típico de él así que como pudo se libero del agarre de Will. 

- Y-yo estoy bien así Will, desayuné lo suficiente hoy - dijo riendo nervioso. 

- Una taza de té y una manzana no es un desayuno Sutcliff - El gruñido proveniente del estomago del ahora apenado Grell solo le dieron la razón al mayor - Como supuse debes estar hambriento, ahora vamos, yo invito el almuerzo.