Capitulo 24

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* Narra Matias*

Creo que puedo acotar algo sobre mi ¡tengo grandes habilidades para el arte! Siempre lo he visto de esa manera. Y casi todo el mundo me lo decía, llegamos a mi casa y subimos a mi habitación; y puse el lienzo y los pinceles sobre mi cama, Ezequiel se sentó en mi cama y yo buscaba alguna banca o silla en mi habitación.

Ezequiel: ¿perdiste algo? 

yo le respondí aun buscándolo.

yo: busco algo para que te sientes.

ezequiel me miro extrañado.

yo: ¡vamos a pintarte ya mismo!

ezequiel: ¡claro jack!

dijo ezequiel y rió, yo encontré el banco y me reí junto a el, el es tan así. Tan hermoso y natural ojala pudiera hacerle entender a todos que el es normal ¡un chico normal! y me siento pequeño e impotente ¿y si le hacen daño y yo no estoy allí? ¡nunca me lo perdonaría! el si pero yo no. Lo observo y siento que el peligra en este mundo ¡y no hay nada que yo pueda hacer para salvarlo! ezequiel me observo y yo solo le sonreí.

yo: ¡quítate la ropa!

ezequiel me miro sorprendido.

ezequiel: ¿t... tan... pronto? 

yo me reí.

yo: ¡eso no muchacho! quítate la camisa para poder pintarte.

el procedió y yo le indique con el dedo donde debería sentarse y lo hizo.

yo: ponte de lado, osea todo tu lado izquierdo mirando hacia mi.

el obedeció rápido.

yo: ¡no te muevas! ¿okay?

el solo atino a sonreí y yo empece a dibujar primero con el lápiz ¡para hacer el boceto inicial! veía a ezequiel y buscaba captar cada parte de el pero de una manera que fuese fácil de entender para todos. 

ezequiel: ¿alguna vez has pensado suicidarte?

la pregunta me saco de onda.

yo: ¡¿como?!

dije para intentar me la repitiera de nuevo.

ezequiel: ¿has intentado suicidarte? 

yo: pues... no te miento ¡si! ¿porque?

ezequiel: ¿en serio? 

ezequiel sonaba impresionado.

yo: bueno ¡lo he pensado!

Pues si ¡lo he pensado! Digo a veces cuando me siento fatal y creo que nada podría cambiar jamás ¡lo pienso!

Yo: ¿Y tu?

Ezequiel se rió.

Ezequiel: no.

Yo me reí y seguí haciendo el boceto ¡ya casi lo terminó! Vaya rapidez la mía.

Yo: ¡háblame de ti!
Ezequiel: ¿qué quieres saber?
Yo: ¡todo!

El suspiro pesado y se movió un poco a lo que yo me altere.

Yo: ¡No te muevas!

Grite y el se sobresalto un poco.

Yo: lo siento... ¡continúa!
Ezequiel: Bien... ¿desde cuando supe que algo no estaba bien conmigo?
Yo: ¡sip!
Ezequiel: desde muy temprano creo debí a tener unos ocho o nueve años.
Yo: ¡¿tan joven?!
Ezequiel: ¡si!
Yo: ¿le contaste a tus padres?
Ezequiel: ¡obvio si! Al principio fue patético porque no lo entendieron; poco a poco entendieron, me llevaron a psicólogos y así y fue en una de esas visitas que la doctora les explico  lo que pasaba conmigo y ellos decidieron hacerlo todo para ver a su hijo feliz.
Yo: ¡vaya! Tus padres son geniales.
Ezequiel: no tanto; a la larga sólo se ocupan de su dinero, si me quieren y así pero aja.
Yo: háblame de como comenzó el proceso para ser el chico de hoy.
Ezequiel: la empecé a los 10 años con la terapia de hormonización.
Yo: ¿empezaste con la testosterona?
Ezequiel: si, fueron un poco extraños los cambios, tiempo después me hicieron la mastectomia.
Yo: ¿extirpación de los senos?
Ezequiel: ¡ajap!
Yo: y ¿Como va todo por allí abajo? ¿necesitaste autorización de tus padres en todo esto?

LimerenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora