Capítulo 17 (parte 2)

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Niall y yo nos encontrábamos en medio de la multitud de cuerpos sudorosos que se movían al ritmo de la música.

Mi pulso se aceleró cuando Niall me cogió de las caderas para pegarme a él y obligarme a moverme al ritmo que marcaba. Mis manos sudaban, nunca antes había bailado así con alguien y el alcohol no calmaba mis nervios. Me movía torpemente pero por suerte Niall era realmente bueno bailando y tapaba mi torpeza.

- Debes relajarte Lucy -Dijo Niall cuando la tercera canción acabo- Parece que lleves unos pies postizo.- Le pegue en el pecho avergonzada por su comentario- Debes dejarte llevar por la música, tal y como lo hiciste la noche del viernes.- Imagenes bailando en el local de la noche del viernes para "vengarme" de Niall me vinieron a la cabeza.

- No sé.- Dije separandome, pero su mano me cogió de la cintura para volver a pegarme en su pecho-Simplemente estoy un poco cansada.- Mentí, sabía que su proximidad hacia que mis piernas fueran gelatina.

Una chica rubia, alta y muy estilizada, se acercó hacia nosotros señalando a Niall para que fuera con ella. Niall la miró de reojo y me soltó para caminar hacia ella. La chica le dijo algo a Niall que no puede escuchar.

-Lucy, voy a por otra cerveza.- Dijo Niall señalando la barra del bar. Sí... Una cerveza.

-Niall creo que ya es suficiente por hoy, mañana tenemos que madrugar.- Niall levantó una ceja.

-¿Enserio?- Rio sarcásticamente- Son solo las 11 de la noche. Por un día que no vayas a clase no te va a pasar nada.

-No, lo siento. Los exámenes estan al caer y no voy a perderme ninguna clase.- La chica rubia que miraba la escena atentamente se acercó de nuevo para decirle algo a Niall.

De un momento a otro me encontraba en mitad de la discoteca completamente sola, sin saber donde estaba Niall. Empuje a la gente para ir a recoger mis cosas e irme de aquí. Un nudo de lágrimas se estaba formando en mi garganta por el plantón que me había hecho Niall por esa chica. Sí, ella era más alta, más guapa y tenía más curvas que yo, al lado suyo yo no era nada. Pero esta noche estaba planeada solo para nosotros dos. Qué tonta fui al pensar que Niall había cambiado y yo una vez más me lo creí.

Cruce la puerta de salida esperando que una salvación apareciera. Era pronto y aun había gente en la puerta haciendo cola para entrar al recinto. Di una vuelta por alrededor del local buscando un taxi, pero nada, ni un maldito taxi.

Me senté en la acera esperando un milagro. Esto me lo había buscado yo solita por haber confiado de nuevo en Niall después de todas las putadas que me había hecho. Una lagrima callo por mi mejilla, no sabía que hacer. Estaba totalmente sola y la noche empezaba a ser cada vez más fría, mi abrigo no era lo suficientemente gordo para mantenerme caliente.

- ¿Tienes algún problema, guapa?- Un hombre moreno con una barba que lo hacía ver más mayor se detuvo delante mío. Era muy atractivo pero había algo en él que no me daba buena espina.

-Simplemente que no sé cómo llegar a casa.- Una sonrisa se formó en la cara del hombre. Lo analice detalladamente, llevaba un piercing atravesaba su ceja y su camiseta blanca dejaba ver algunos de los tatuajes que le parte cubrían de su torso.

-Yo me iba ya a casa si quieres te llevo.-me ofreció.

No me gustaba confiar tan fácilmente en un desconocido, pero estaba en un gran apuro. Llevaba un rato esperando a que Niall apareciera, pero seguro que estaría ocupado tirándose a aquella rubia. No merecia la pena seguir esperándolo porque no iba a venir a por mi.

Me levanté del suelo y deje que el hombre me dirigiera hasta su coche. Una vez que llegamos, rodee el coche para entrar en el asiento del copiloto pero antes que pudiera subirme, escuche un fuerte golpe al otro lado.

Cambio de rumboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora