El Final de la Pijamada

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Capítulo 9: El Final de la Pijamada

Nuevamente el sol era visible ante la llegada de aquel nuevo día, por aquellas horas la movilidad por parte de los laburantes era habitual pues tan solo el reloj marcaba las seis de la mañana, el hogar de los Saiyan una ves más presentaba movimientos luego de semejante noche alocada.

Aun con expresiones que delataban pesadez en sus accionares y aquel contagioso sueño, acompañado de la terrible resaca generada por la incontrolable necesidad de beber, Vegeta acompañaba a todos sus invitados hacia la puerta de su hogar para así despedirse de ellos mismos respetuosamente. Sus compañeros debían regresar a sus hogares y tratar con reposo los malestares de la bebida.

Una ves sus compañeros se retiraron, aguardo unos segundos detrás la puerta principal cerrada al mismo que cuestionaba aquel misterioso sabor que inundaba su garganta.

Vegeta- Que gusto raro tengo en la boca... ¿Qué abre comido?- Con su mano tocaba su garganta intentando averiguar el causante de semejante repulsión. Al parecer no recordaba en lo absoluto los acontecimientos ocurridos por la noche.

Un extrañado se dirigió hacia la sala principal de su hogar, no pudo evitar observar detalladamente en su corto trayecto el desorden que se alojaba hasta en el más remoto rincón de su hogar, intentaba deducir el porqué de tal desastre. Aceite en las escaleras, tachuelas esparcidas por todo el suelo, objetos desparramados por doquier, la picada a medio comer, botellas de bebida dominaban todo su living y lo que más destacaba era aquel magnifico ventanal completamente destrozado.

Vegeta- ¿Pero qué paso acá, nos pusimos a jugar Jumanji, invocar espíritus o que mierda? Porque parece que un huracán arraso toda la casa- Su expresión atónita reflejaba su sorpresa- ¿Y por qué estoy vestido de colegiala?- Con sus manos recorría completamente aquel vergonzoso traje- Aunque... No me sienta tan mal la pollera...

Una ves llego hacia su destino, la sala principal, en un principio fue inesperado encontrar a su hermano fuera de su cuarto pues no olvidaba el momento en el cual lo encerraba injustamente en su cuarto, además, ¿En qué momento había llegado Kyabe? Miles de incógnitas inundaban su cabeza en muy poco tiempo, debía asimilar bastantes cuestiones sin siquiera saber cómo ocurrieron. Por unos cuantos segundos observo detenidamente a ambos jóvenes, un profundo sueño y agotamiento hicieron de sus energías nulas. Estaban en el quinto sueño.

Vegeta- No entiendo nada de lo que está ocurriendo, además... ¿Por qué están abrazados?- Opto por ignorar aquella duda de si mismo, aun debía averiguar cómo fue que su casa fue tirada por la ventana.

Con una de las mantas que disponía en su living, arropo cuidadosamente a ambos pelinegros de tal manera que el frio no atentara con su salud.

Vegeta- A ver qué pasa acá...- Aun con cierta molestia en su cabeza, tomo su celular, el cual había escondido debajo del sillón del living previamente a la llegada de sus pares, odiaba inmensamente que revisaran sin su consentimiento las miles de fotografías que portaba junto a Goku, sin contar sus picaras conversaciones junto al de cabellos alborotados.

Tan solo abrió su whatsapp pudo divisar como el chat de su madre destacaba entre el resto, no pasaron muchos minutos desde el momento en el cual Velitia había enviado un importante audio hacia su celular. Con cierta desconfianza comenzó a reproducir aquel audio. En el mismo se distinguía claramente la voz de su madre, sin embargo aquello que cautivaba su atención era el impresionante bullicio que se oía detrás de su serena voz. Música, copas de bebida chocando entre sí, incontrolables gritos representantes de una fiesta, algo no cuadraba en su mente.

Velitia- Buen día hijo, ¿Cómo la pasaste con Tarble? Tu padre y yo ahora mismo estamos en una reunión de suma importancia. Sucede que la reunión se adelantó más de lo que pensamos, por lo cual terminamos cambiando los pasajes de avión para hoy amor, así que en dos horas estaremos yendo para el aeropuerto y calculamos que para el mediodía estaremos llegando a casa, tenemos pasaje para las diez de la mañana. Así que nada hijo, nos vemos en unas horas ¡Los extrañamos mucho!

Expectativas de una PijamadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora