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NARRADOR POV

Ambos jóvenes se encontraban en silencio dentro del vehículo en el que viajaban a casa del mayor. Estaban sentados en los asientos traseros, cada uno mirando hacia la ventana que tenían al lado. JungKook sostenía la mano de TaeHyung con la suya, dejando pequeñas y cariñosas caricias sobre el dorso de esta con ayuda de su pulgar, cosa que provocaba que el corazón del castañito latiera con emoción y sintiera una profunda tranquilidad y seguridad.

Al cabo de unos minutos, llegaron a su destino, siendo el pelinegro quien se ofreció a pagar el servicio de taxi. TaeHyung agradeció con una sonrisita y luego se dispuso a caminar hacia su hogar mientras el contrario lo seguía en silencio desde atrás.

Ingresaron, chocando ambos con un profundo silencio y la oscuridad del lugar. TaeHyung se acercaba a los interruptores para ir prendiendo las luces y Jeon solo se dedicaba a mirar a su alrededor con curiosidad, como si fuera un niño pequeño. Le parecía extremadamente linda la decoración de la casa, la cual, por cierto, era enorme. Se preguntaba internamente cómo TaeHyung la había conseguido. Quizá un préstamo, quizá una herencia, quizá la robó... En fin, su cerebro creativo imaginaba muchos escenarios, pero el menos convincente fue, en definitiva, la del robo. No se imaginaba a un ser de luz como lo era el castañito cometiendo ese tipo de crímenes.

—¿Deseas un poco de té? También tengo café, leche, galletas con chispas de chocolate.

El mayor logró sacar al pelinegro de su ensoñación al momento de hacerle aquella pregunta. JungKook observó al contrario, parpadeando unas tres veces seguidas para volver a la realidad.

—N-no es necesario, Tae. No deberías esforzarte mucho, podrías cansarte de más—"Con lo de hoy ya fue suficiente para ti, bonito", pensó Jeon internamente.

—Kookie, estoy embarazado, no enfermo, estoy bien—dijo el castaño con una sonrisa, acercándose más al menor—. Aunque, bueno, si no quieres que me canse, podrías ayudarme a preparar las bebidas. ¿Eso está bien para ti?—preguntó con suavidad.

—¡Sí! ¡Claro! Yo lo haré, así que podrías tomar asiento mientras tanto—aceptó con rapidez el pelinegro, desviando la mirada al resto de la casa en busca de algo—. Uhm, Tae... ¿dónde está la cocina?

—Ven conmigo—habló Kim, pasando uno de sus brazos alrededor del de JungKook, empezando luego a tirar de él para llevarlo a la cocina.

El menor sonrió tras aquella acción y solo se dedicó a caminar con tranquilidad. Al llegar a la cocina, el pelinegro corrió rápidamente a la mesa que yacía en una de las esquinas para tomar una silla y moverla un poco, ayudando luego a TaeHyung a tomar asiento cómodamente.

—Qué caballero resultaste, eh, JungKookie—comentó el de ojos avellana con una sonrisita dulce. El contrario solo sonrió, mostrando sus bonitos dientes delanteros y adquiriendo un ligero rubor en las mejillas.

—¿Qué deseas tú, Tae?—inquirió Jeon, acercándose con algo de confianza, digno de su personalidad, a los reposteros de la cocina para buscar cosas como tazas, azúcar, té, entre otros—. ¡Tienes una de esas máquinas especiales que preparan cualquier tipo de café!—exclamó con emoción, mirando con ojitos brillantes la reluciente cafetera roja, que, por cierto, era bastante grande.

TaeHyung soltó unas risitas al ver el comportamiento adorable e infantil del contrario, acercando su cuerpo a la mesa para apoyar sus codos sobre esta y, finalmente, recargar su rostro sobre sus manos.

—Un poco de leche con chocolate estará perfecto—respondió a la pregunta del pelinegro—. Y, sí, es de esas cafeteras. En la puertita de la derecha hay una cajita con sobres de distintos cafés, puedes elegir el que más te guste. En lo personal, el caramel macchiato es el más delicioso—agregó con una sonrisita.

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⏰ Última actualización: Dec 26, 2021 ⏰

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