Evans Dómine(ABANDONADO)

Cazador

Me detuve a 600 metros de aquel Arcángel . ¡¿Que hacía un arcángel en el Limbo?! El tiempo no se movía y este arcángel se abalanzó sobre mi. Bloquee su puño con mi espada y me aparté lo más posible de el, pensaba en que hacer pues es la primera vez que peleo como un demonio, en fin, no sentía miedo, solo tenía que pensar en las probabilidades. Se puso en guardia con una enorme guadaña la cual parecía estar congelada, tomé mi espada luminosa y me lanzé a toda velocidad y lo atravezé, se rompió en pedazos tal como lo supuse, en trozos de hielo.

Lucifer: El no ha muerto, Evans. Los ángeles no pueden entrar aquí aunque lo intenten, morirían. Lo que destruíste es algo como un androide.

Evans: ¿Androide?.

Lucifer: Seres muy poderosos creados para servir como soldados, empleados y sirvientes sin emociones. Serán enviados a pelear contra nosotros a la tierra.

Evans: -Riendo- No serán problema.

Lucifer: Nada es problema. Ahora regresa a la tierra y traéme a Caín.

Evans: -Colocándo mi brazo derecho en diagonal con mis dedos al hombro asintiendo con mi cabeza- Como ordéne, Rey.

Desaparezco del lugar para aparecer en la tierra. Y me doy cuenta de algo impresionante, pasó alrededor de 100 años pues era el 1914. Mis padres habían muerto ¿Ahora están en el Limbo?.

Me centré a lo que Lucien me había ordenado. ¿Donde estará Caín?. Está vagando por el planeta. ¡Londres!. Me dirigí hacía Londres cruzando utilizando ciertos puentes. Llegué en un momento. Primero, debo cambiarme.

Un momento más tarde encontré una tienda, entré y tomé un traje gris oscuro con líneas diplomáticas más oscuras. No llevo dinero, no me preocupo. El hombre de la tienda se me acerca y me hace preguntas sobre medidas del traje. Momentos después me diríjo a pagarlo y me hizo una pregunta que me desconsertó. -¿Efectivo o Tarjeta?-. Efectivo, contesté. Hice aparecer dinero de la actualidad en mi antigua ropa. ¿Porque hago esto si puedo hacer aparecer mi ropa?. A pesar de mi demoniáco poder, quiero encajar con el humano actual.

Salgo de la tienda ya vestido, estaba oscureciendo. Camino por las calles nocturnas de Londres y un ser que nunca había visto aparece frente a mi, era un humano, no, no lo era, era como yo pero tampoco era un demonio ni un ángel. Nos observamos un momento y caminó hacía enfrente, se detuvo un momento y asintió con su cabeza, quería que lo siguiera y eso hice. Unos minutos después nos encontramos en la entrada de un antiguo teatro que había permanecido desde que yo era un humano. Me hizo pasar, e hizo una reverencia.

Cross: Me presento, mi nombre es Cross. Y soy hijo de Caín. Yo le llevaré con mi padre.

Cross, Cross era un vampiro. Vástago, como les gusta ser llamados.

Evans: Nunca podrás morderme, conozco tus intenciones y vas a morir, nadie que no sea Lucifer puede entregarte la inmortalidad.

Mis ojos se volvieron totalmente negros y el vampiro comenzó a gritar desesperadamente pues hice que en su interior naciera el fuego.