¿Que es tán inentendible? Padre.

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Ophélie: Evans, hijo, hora de despertar.

Desperté desconcertado, me pregunté; ¿Isabelle?.

Evans: Madre! Isabelle, ¿fué un sueño?

Ophélie: Claro que no fué un sueño. Te animaste al verla, hace mucho tiempo no estabas tan... Vivo.

Evans: Gracias!.

Quize levantarme a saltar de felicidad pero, mi enfermedad tampoco era un sueño.

Ophélie: Tranquilo hijo! Aún estás un poco lastimado. Estuviste durmiendo todo el día. Ya son las 4 de la tarde, tu padre y yo queríamos darte una sorpresa.

Evans: ¿Que sorpresa?

Ophélie: La familia Marchant nos invitó a un banquete en su mansión para hacer negocios. Ahora, levántate y vé al comedor. 

Evans: Gracias madre.

Bueno, la vería de nuevo, eso era una exelente noticia para mi, aunque me quedé dormido. Sentía una prescencia bastante inquietante, me desperté observando hacía todos los lados de la habitación. Un hombre alto con una ropa bastante blanca me habló:

Desconocido: Hola Evans, ¿Como te sientes? ¿Tu enfermedad está desapareciendo?

Muy asustado respondí:

Evans: Pero, ¿Quien eres tu?!. ¿Como entraste aquí?-

Se me hizo un nudo en la garganta.

Lucien: Me llamo Lucien, querido Evans. Y no te exaltes, aún no estás en buenas condiciones.

Leyó mis pensamientos.

Lucien: ¿Quien soy yo?. Yo soy tu verdadero ancestro, tu verdadero creador!. Yo te hice, a ti y a tus padres, y a los padres de tus padres, y millones de generaciones anteriores a ti. Vengo a sacarte de tu miseria.

¿Pero este tipo está loco?!

Lucien: No, no estoy loco. Soy el Portador de Luz. Y quieras o no. Vas a estar conmigo toda la eternidad. Vas a morir, así está escrito, pero tu alma, tu sangre es la mia, mi sangre es la tuya, y voy a salvarte. Vas a ser un angel. Un angel caído.

Me dió un abrazo y me hizo observar su mirada, eran una mirada, que me llenó de temor, no había maldad en su mirada, ¿encerio este tipo es Lucifer?. De momento a otro desapareció. Y desperté.

Me cuestioné a mi mismo.¿ Fué eso verdad? En fin. Hoy es el día en el que verémos a la familia Marchant.

Vaya, hay un enorme frio esta noche; me levanté para observar por mi ventana, estaban los guardias cuidandonos. Teníamos bastantes guardias, ¿como puede ser que alguien haya entrado a mi habitación sin haber sido visto por los guardias?. Recargandome a la pared salí caminando por el pasillo, una de las sirvientas se ofreció a ayudarme pero no se lo permití, tenía que caminar por mi mismo, si no no sería feliz. Y me encontré a mi padre en el pasillo.

Manuel: Hijo, que bien que estás caminando!, -me abrazó- ven, vamos a mi sala privada.

Evans: Claro padre, ¿hay algo importante de que hablar?.

Manuel: Importante, no, es otra cosa, que para ser sinceros, sale de mi comprensión. Tendremos a un invitado para que nos explique a ti y a mi lo que sucede.

Entramos a su sala, había una enorme ventana con balcón, con un escritorio y una silla, 2 libreros enormes a la derecha y 1 a la izquierda dando espacio al sofá y un ajedrez en el balcón. Mi padre tenía gustos medievales en lo que es construcción y muebles. Pero lo que más sorpresa me dió es ver quien estaba en su sofá, recostado observando a su izquierda, con la parte trasera de la mano derecha pegada a la frente y sosteniendo un Alfil con sus dedos...

Evans Dómine(ABANDONADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora