Capítulo 9

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Narra Leire

-Si, me a dicho que si quedábamos... -Le dije a mi prima que me miraba con asombro.

-¡CABRONAZO! Nunca pensé que haria eso, como te toque un solo pelo sin tu consentimiento, le pateare las pelotas sin piedad.

-No tranquila, no voy ni a quedar... y tengo sueño, ¿hablamos mañana?

-Si, primi. Buenas noches.

-Buenas noches cielo.

Pasó la semana e Ismael no paraba de insistirme en que quedaramos, salia al porche cada vez que pasaba por su casa, en la piscina, en el parque... y yo hacia lo imposible por no encontrarme con el, como dar la vuelta a la manzana, solo por no pasar por su casa, me tenia realmente arta...

Una tarde de Martes en la piscina -odio las picinas, significa enseñar mucho de mi, cuanta mas ropa y mas tapada mejor y eso que llevaba bañador, rosita y negro, me encanta- todos se fueron al agua, -a mi no me apetecia- excepto el, se levantó de la toalla y se quedó detras mia, no lo podia ver, ya que estaba boca abajo en la toalla. Al sentir que se sentaba encima de mi trasero, pegué un chillido, el me agarró los brazos para que dejara de retorcerme, todo el mundo nos miraba y se reian... que vergüenza. Sueltame y levanta de mi trasero, chille, pero no me hacia caso. Al fín me rendi.

-Buena chica.-Dijo riendo.

-¡Ooohh ME ARTAS TANTO! -Chille.

-No, no te arto, te vuelvo loquita.

-¿Tu? ¿A mí? Me das grima nene.

-Admitelo, estas locamente enamorada de mi.

-Si, claro que lo estoy, quien no... si eres un dios griego digno de admirar.

-¡Lo sabía!

-Lo e dicho irónicamente.

-Si, claro.

-¡Ay! No te aguanto.

-Mira te hago una apuesta, trébol.

-¿Que apuesta?

Ya soltandome las manos que tenia detras de mi espalda, agarradas, añadió:

Antes de que acabe el verano, estaras locamente y perdidamente enamorada de mi.

-¿A si? Venga de acuerdo, ¿Yo que gano?

-A mí.

-Eso no me vale, ya que no perderé.

-A ver si pierdes, trébol, tu ganarias ese disco de música que tanto quieres.

-¡UN DISCO NUEVO! De acuerdo, que ganas de escucharlo.

-Lo que tu digas trébol. -Dijo tumbandose sobre mi espalda y depositando un ligero beso en mi mejilla.

¡Cuidado con esa boca! -Dije furiosa mientras se levantaba.

-¿Vamos al agua? -Preguntó divertido.

-No me apetece. -Añadí.

-Trebol, no me hagas rogarte. -Dijo guiñando un ojo y quitándose su camiseta. Madre mia, podría tirarme la vida mirandolo. Tenia un moratón en el brazo, como si le hubieran agarrado con mucha fuerza.

-¿Que te ha pasado?-Pregunté.

Me tendió una mano.

-Vamos, trébol. -Dijo sonriendo, sin apartar la mano. La acepte me levante y nos fuimos al agua con los demas.

Una mala jugada en el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora