Capítulo 28

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Narra Ismael

Dormir siete horas del tirón y con Leire ¿se puede pedir más? Hacia que no dormía en condiciones ni se sabe cuanto. Trasmite una paz increíble, cuando era pequeño y tenia pesadillas siempre llegaba mi padre y dormía conmigo, era mi héroe me transmitía mucha paz. ¿Cómo cambian las cosas verdad? Hasta el día de hoy no he visto tanta tranquilidad junta. Ver dormir a Leire relaja mucho. Está despeinada, cosa que no le gusta, tiene la nariz redondita y chata. Y los labios entreabiertos. Yo no merezco tanto cariño, y que por una jodida apuesta me haya enamorado hasta los huesos de esta chica... Si tengo que decir la verdad me veo en un futuro con ella y una pequeña Leire corriendo por ahí. Pero con unos padres de verdad, que se quieren y no se maltratan. Sería incapaz de hacerla daño.

Miré el reloj era ya la hora de levantarse.

Empecé a peinar su flequillo para que se despertara.

Pasé las yemas de los dedos por sus mejillas, nada no se despertaba.

La besé y dije: Despierta bella durmiente. Y sonrió.

Hizo un ruido raro quejándose y se acurrucó aun más contra mi pecho.

-Vamos venga a levantarse nos espera un día largo y otra corta noche. -Dije y se río.

-¡Paula levanta!-Dijo Leire abriendo los ojos.

-Buenos días bella durmiente.

-Buenos días principeso.

-¿Principeso? Eso no existe.

-El mio si. ¡Paula!

-¡Ay! voy calla pesada.-Dijo Paula tirando un cojín por los aires. ¿A quien le dio? A mí ya que justamente me estaba pasando una mano por la cara y no lo vi venir.

Al darme me quede en plan "¿pero que mierda?" y luego escuché un "Buajajajajajaja" era Leire.

-Oye, no te rías de mi.

-Ha sido muy gracioso. Te da en toda la cara y te quedas como si hubieras visto un fantasma.

-Muy graciosa. Tengo sueño ¿sabes? Por eso no me e dado cuenta.

-Claro que sí mi amor.-Dije dándome un besito en la mejilla.

-Tonta.

-Pero me quieres.-Dijo sonriendo.

-Obvio mi vida.-Susurré contra sus labios.

-Voy a despertar al otro dormilón. -Dijo levantándose de la cama.

Fui al baño en lo que despertaba a Joel.

De regreso en la habitación estaba tirada a lo ancho de la cama, los brazos abiertos y las piernas recolgando. Creo que tirarme encima de ella estaría bien.

Me lancé como un loco sobre ella y le hice cosquillas. -Yo ahora me e portado bien.-Dijo ríendo.

-Demasiado bien diría yo. -Ya había parado de hacerla cosquillas.-Solo me apetecia oírte reir.-Dije y note que sus mejillas adquirían color. Más mona.

-Gracias por parar, me gusta esta forma de despertarme. Más días así por favor.

-Quedan millones, el más próximo mañana.

Puso morritos y eso significa solo una cosa. Beso de buenos días o buenas noches. Es tan bonita cuando hace eso.

Ya estábamos camino del lugar donde pasaríamos el día. Todo el mundo reía, cantaba y gritaba. Subir a la montaña con Leire chillando literalmente, canciones de sus cantantes favoritos no tiene precio. Estaba sacando su verdadero yo con el tiempo. Saltaba y bailaba como una niña pequeña. No es el tipo de chica que ve un escarabajo y sale a correr, no, todo lo contrario. En cuanto veía algún pequeño insecto lo atrapaba y corria detrás de las chicas haciéndolas gritar.

Una mala jugada en el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora