4. Ferite Aperte

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La fatalidad no siempre es el comienzo de la desgracia, muchas veces es el final de una de ellas, siempre pensé que mi vida mejoraría despues de ella pero, el destino, al parecer, es un desgraciado solo conmigo, aún puedo escuchar sus palabras en mi cabeza, las heridas se abren cada vez que la recuerdo, sé que por ello soy un imbécil, un idiota atrapado en el pasado de un fatídico amor pero... ¿qué hubieras hecho en mi lugar?

Alzó la mirada con la clara intención de encontrar un pequeño consuelo en el cielo que a menudo parecía ser su único amigo en todo el mundo, uno que le daba consuelo aun cuando se encontraba cubierto de espesas nubes, aun en esos días de tormenta, en el día, en la noche y en la madrugada, ya fuese primavera, verano, otoño o invierno, siempre estaba ahí para él, dándole un abrazo con la ayuda del viento, sonriéndole junto a los rallos del sol, acompañando sus lágrimas con la lluvia y todo lo demás.

Se quedó sentado en una banca, en aquel parque al que había llegado sin aviso, cruzo las piernas y encendí un cigarrillo, su mirada estaba baja, melancólica, con tintes de tristeza y de angustia, poco a poco el humo de aquella dotación de tabaco se iba dispersando con el aire y aquel objeto desgastándose, cuando este se acabó, encendió otro y cuando este se consumió, volvió a hacerlo, iba por el quinto cunado unas manos se lo arrebataron.

—Te hará daño tanto cigarro — dijo aquella voz, su mirada se alzó encontrándose con ese rostro.

—Saga Pólux, ¿qué haces aquí? — pregunto, el otro joven solo pudo arquear una ceja.

—El idiota de Saga es mi hermano, yo soy Kanon, y agradecería que no me confundas de nuevo, es un dolor de... cabeza, que me estén confundiendo.

—Lo lamento, Kanon, yo ya me iba — dijo y se levantó de su asiento.

Estaba en toda la disposición de irse de no ser por la mano de Kanon que lo detuvo obligándolo a sentarse de nuevo en la banca, tragó saliva, por un momento creyó que Pólux lo iba a golpear o algo parecido pero nunca paso, se puso el cigarrillo en la boca y lo terminó, mientras tenia apresado su brazo, ahora que lo recordaba, Saga podría parecer tan intimidante como Kanon pero aquel que tenía a su lado era mucho más impulsivo y testarudo.

—Es hora que me digas tu nombre

—Ángelo...

—di' Lota Cancri, ¿de casualidad? — completó con una sonrisa, solo recibió una afirmación con la cabeza.

Los nervios se le pusieron alerta, solo pudo observar a Kanon con aquel par de ojos rojos, nervioso, de seguro y Saga le había contado, ¡que descaro! Pensó Ángelo, aquella idea fue mermada de su mete cuando la mirada lasciva de Pólux se posó en su persona, pasó saliva.

—Dime de una vez que es lo que quieres — preguntó el albino.

—Sabes lo que quiero — respondió con una sonrisa.

Negó repetidas veces, la noche anterior accedió a ello porque tenía un par de copas encima pero ahora estaba con los cinco sentidos intactos y no iba a aceptar eso, aunque la idea de olvidar a Helena de esa manera aun permanecía en su mente, quizá si veía otros rostros y tocaba otros cuerpos, quizá si escuchaba otras voces y sentía sensaciones diferentes, quizá solo así su mente dejaría de recordarle su error, quizá solo así se olvidaría por completo de ella.

Se encogió de hombros antes de aceptar aquella indecorosa propuesta del mayor, seamos sinceros, di' Lota Cancri siempre había sido orgulloso hasta que esa mujer quebró aquel corazón, siempre había sido fuerte hasta que se desplomó mientras la veía marcharse.

Ahora se encontraba como la noche anterior, debajo de un cuerpo que no dejaba de penetrarle ni de decirle cosas al oído, un poco más de un par de minutos, iban para la segunda ronda, sentía su cuerpo sin energía y la piel de sus glúteos ardiendo a la par que sentía la boca de Pólux recorriendo su cuello con descaro, pero él ni siquiera podía decir que lo estaba disfrutando, solo se mantenía ahí, quieto, inmóvil, como si se tratara de una estatua, era un hombre sin ganas de estar ahí pero con la necesidad de estarlo.

Se mantenía inmóvil sintiendo una y otra vez aquel miembro dentro suyo, tratando de no ver la imagen de aquella mujer, pero muy dentro suyo aun la sentía, tan cerca como la última vez que la tuvo entre sus brazos, le habían dicho que no fuese un dramático pero vamos, era la primera persona que lo había aceptado con todo, de pronto todo aquello que sentía se detuvo, Pólux había terminado y el aún estaba en las nubes, sintió su cuerpo recostarse a lado suyo.

— ¿quieres hablar? — preguntó

Negó con la cabeza y se mordió el labio, se atormentaba a si mismo cada vez que estaba con otra persona de esa manera, trataba sin éxito alguno de reprimir la culpa y las lágrimas, Pólux lo había notado, había bajado la mirada peor no había hecho más de lo que su hermano había hecho, más bien, se comportó justo como Saga lo había hecho, se vistió y dejo al albino solo, con las lágrimas corriendo por esas mejillas, la culpa en ese corazón y el arrepentimiento innecesario en la mente de alguien que quiere pero no puede olvidar.

Y las heridas de su pasado se vuelven a abrir de la manera más dolorosa posible, y ahí, ultrajado y desnudo se volvió a desplomar en un llanto desgarradoramente triste, sintiéndose usado y justo como hace un par de meses se sentía, como un algo que Helena había desechado y solo se sentía así porque recordaba sus palabra, ese "lo siento, ya no te necesito" dejo las cosas en claro, él era algo que se podía desechar, pero por alguna razón, nunca se había sentido así, quizá era hora de dejar de creerse la víctima y seguir sus deseos pero ... ¿qué puede hacer este corazón que a menudo se siente inservible? 


🦀🦀
Esta cosa esta más canija, el pobrecito cangrejito tiene serios problemas. 

Ferite Aperte = Heridas Abiertas 

Nos leemos el miércoles

Dan R

Tres Historias, Tres TragediasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora